Cantagallo fue el escenario de un colorido desfile de moda étnica Shipibo-Konibo, organizado en el marco de las celebraciones del Día de San Juan. Jóvenes del asentamiento urbano ubicado en la margen derecha del río Rímac, en Lima, lucieron trajes tradicionales creados por la diseñadora Sadit Silvano.
Cual reinas amazónicas, las jóvenes modelos caminaron con gracia y orgullo mostrando las intricadas y vistosas vestimentas con diseño tradicional kené. Cada prenda significó un homenaje a la herencia milenaria de su comunidad.
El evento no solo destacó la elegancia de los trajes típicos sino también la rica herencia cultural de la comunidad Shipibo-Konibo al ofrecerse también platos propios y artesanías de esta comunidad amazónica.
"Queríamos mostrarle al mundo que Cantagallo no se queda atrás. Vive una precariedad pero muestra otra cara de la moneda. Les abrimos las puertas a todos y les dimos la bienvenida para que conozcan cómo vivimos. Porque la única fuerza que tenemos es la que nos da nuestra cultura", ha señalado en una anterior festividad Sadit Silvano, artista indígena y una de las organizadoras de la Fiesta de San Juan.
La comunidad Shipibo Konibo llegó a la capital en busca de mejores oportunidades y ha enriquecido la ciudad con sus tradiciones y saberes ancestrales. La llegada de los Shipibo Konibo a Cantagallo se dio en el año 2000, cuando 15 familias de Ucayali se establecieron allí tras la histórica Marcha de los Cuatro Suyos.
A pesar de enfrentar numerosos desafíos, incluyendo la falta de servicios básicos durante muchos años, la comunidad ha demostrado una admirable resiliencia. El nombre Cantagallo, un recordatorio del canto de los gallos que solía despertar a los habitantes, hoy simboliza su voz de resistencia y lucha.
El desfile de moda, además de ser una fiesta visual, fue un testimonio de la perseverancia y la creatividad de esta comunidad.