Las fotos en blanco y negro que algunos socios del Club de Leones de Trujillo conservan con recelo de los primeros Festivales de Primavera de Trujillo mantienen el mismo brillo y nostalgia de las fotografías que se perpetúan con las cámaras digitales actuales.
Horacio Alva Pazos es un ex socio, ex presidente del Club de Leones de Trujillo, y ex coordinador general del Festival de Primavera. Quizá por esa razón que es el único autorizado para hablar sobre cómo se inició este evento conocido también como Festival de las Flores y como lo son ahora.
Es de estatura mediana, usa bigote, y viste formal. Sentado en su escritorio, don Horacio Alva toma su libro Sucedió en Trujillo, donde tiene escrito muchas de las anécdotas de este colorido Festival, como el primer corso de primavera que se realizó el domingo 24 de septiembre de 1950, el cual inició en la plaza de armas y terminó en la plazuela del recreo.
“Aquel día desfilaron vistosos carros alegóricos, confeccionados con flores naturales y engalanados con las jovencitas más bellas de la ciudad. Cerró el desfile una cabalgata de caballos peruanos de paso, conducidos por chalanes trujillanos”, comenta.
Asimismo, cuenta que en ese corso debutó un grupo de bastoneras trujillanas, quienes encabezaron los agrupamientos de carros alegóricos, al ritmo de las bandas de músicos. A partir de entonces la bastonera en jefe fue la preciosa jovencita Marthita Castro.
Festival de talla internacional
En 1960 el presidente del club, Sixtilio Dalmau Castañón, logró la participación de jóvenes embajadoras de la amistad de clubes de leones del extranjero. Así el Festival se convirtió en un certamen internacional.
Por su parte, cuando fue presidente en 1965 Alberto Goicochea Iturri -hoy postrado en una cama debido a una enfermedad- gestionó en un viaje a Florida y California, la venida de bastoneras norteamericanas: Carol Bond, Donna Duffy y Linda Bourland, de Los Ángeles; y Sharon Brown y Gail Conrad, de Miami. Las gestiones e invitaciones, las realizó el presidente león, Alberto Goicochea Iturri, hoy postrado en una cama debido a una enfermedad.
A partir de entonces, se ha hecho tradicional la presencia de las hábiles "waripoleras", como nadie sabe por qué, popularmente se las conoce; convertidas en las engreídas del público. Principalmente Carol Bond y las bellas hermanas Nancy y Katty Skelton, que nos visitaron durante varios años y se ganaron el cariño de todos.
Los festivales de la canción
Al año siguiente de la llegada de las primeras bastoneras estadounidenses, el Club de Leones de Trujillo impulso el Festival Internacional de la Canción de Trujillo, que se realizó en el Coliseo Trujillo, hoy coliseo cerrado Gran Chimú.
En aquella oportunidad se interpretaron 48 canciones de género criollo e internacional, disputándose 100 mil soles en premios entre los mejores cancionistas y conjuntos.
Estos eventos lograron renombre mundial, con la recordada animación de por David Odría y la dirección artística de Peter Dellis y Claudio Fabri. Muchos compositores e intérpretes consolidaron su reconocida calidad; a la vez que surgieron nuevos valores que alcanzaron fama y popularidad.
Compositores de la talla de Roberto Cantoral. Cómo olvidar “La primera piedra” de Mario Cavagnaro, interpretada por Pepe Miranda o a los cantantes argentinos Cristina y Lauro Volpi y al venezolano Ricardo Montaner.
También desfilaron Homero, Lucy Watanabe, Gina Dean, José Escajadillo; Juan Mosto, Lucía de la Cruz, Anamelba y Gladys Mercado. Y destacaron César Altamirano con el tema “Juego de Amor” y Raúl Vásquez con la inolvidable “La Plañidera”.
Sin embargo, -recuerda don Horacio- el Festival Internacional de la Canción tuvo que ser suspendido porque no generaba ganancia y casi siempre los socios tenían que poner de su bolsillo para reponer lo invertido.
El año que no hubo Festival
El único año que no se realizó el Festival Internacional de Primavera fue en 1970, a consecuencia del terremoto, el cual azotó el norte del país, especialmente la región Áncash.
La época moderna
La crítica que Horacio Alva hace al Festival es que no ha sabido adaptarse a la época y cada una de las actividades que realiza se ha vuelto repetitivas; sin embargo destaca el esfuerzo de la organización para llevar a cabo este evento que forma parte de la tradición de Trujillo, mucho más cuando no se cuenta con el apoyo de parte del Gobierno Central directamente.
“Una idea es hacer un mega evento, que es lo que está de moda. Traer un artista der talla mundial que venga a fortalecer el festival. Pero esa idea se la llevado una empresa cervecera que está aprovechando el Festival para lograr este tipo de espectáculo que a la gente, especialmente a los jóvenes les gusta”, sostiene don Horacio Alva.
El presidente actual del Club de Leones, Roberto Valdivia Terry, dijo que la organización del 67 Festival Internacional de Primavera se hizo en menos de cuatro semanas, y que el gran problema fue la elección de la nueva directiva, la cual se elige en junio y queda muy poco tiempo para trabajar.
Aun así el Festival se ha realizado acorde con lo establecido tradicionalmente y se espera que cada año vaya mejorando para que recupere el brillo de antes, pero para ello pidió la participación de las autoridades, las empresas y especialmente la ciudadanía, porque se persigue un fin social.
“Hemos ayudado a muchas instituciones con las ganancias que se obtiene del Festival Internacional de Primavera. Construimos centros de salud, colegios, lozas deportivas, hemos ayudado a la Liga de Lucha Contra el Cáncer de Trujillo, entre otras”, indicó.
Valdivia informó que el corso se realizará el domingo 24 de setiembre, como la primera vez, hace 67 ediciones, pero con un recorrido distinto. Desde el estadio Mansiche hasta la prolongación César Vallejo.
“Las bastoneras y reinas de otros países han recorrido los albergues de la ciudad, han visitado las instituciones públicas y ahora están listas para participar del gran corso, al cual esperamos la participación masiva de la población”, acotó.
Mientras tanto, don Horacio Alva, en su oficina, se detiene en cada foto en blanco y negro y aún sonríe, pese a que no tiene ni una sola foto con las bastoneas o reinas de otros países que han venido al Festival. “Yo solo iba a trabajar”, dice con nostalgia.
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