Por su parte, la intendente de Riesgos de Mercado, Liquidez e Inversiones de la SBS, María Esther Sánchez, dijo que las pruebas de estrés de liquidez tienen como objetivo identificar el riesgo de que las entidades financieras fallen en generar fondos suficientes para cumplir las obligaciones que se puedan producir por una repentina realización de sus pasivos.
La relevancia de los ejercidos de estrés (de liquidez) es evaluar la suficiencia de las fuentes de financiamiento disponibles en un horizonte de estrés definido, en este caso 12 meses, refirió la funcionaria.
En estas pruebas se consideraron tres escenarios de estrés de distinta severidad: escenario severamente adverso, escenario adverso y escenario leve, mencionó.
Así, se tomaron en cuenta las entradas de dinero de los préstamos y los flujos de salidas de los adeudados, estresándose más los portafolios (crediticios) ubicados en la zona costera que podrían complicarse por el Fenómeno de El Niño y los adeudados del exterior por la quiebra de los bancos en EE.UU., respectivamente, indicó.
En ese sentido, se concluyó que el sistema financiero se encuentra líquido para afrontar escenarios sumamente adversos, afirmó la funcionaria.
La resistencia del sistema financiero se debe a que existe una adecuada distribución de activos y pasivos, diversificación del fondeo y colchón de activos líquidos que posibilitan afrontar escenarios de estrés, puntualizó.
Turbulencia financiera externa
De otro lado, los problemas del Silicon Valley Bank (SVB) en Estados Unidos fueron resultado de un inadecuado manejo del riesgo de liquidez y tasas de interés, alta exposición a inversiones a vencimiento, alto nivel de fondeo inestable, alta concentración en el sector tecnológico, y laxas políticas de regulación y supervisión, indicó el jefe del Departamento de Investigación Económica de la SBS, Renato Ravina.
Así, el SVB se declaró en bancarrota tras la corrida bancaria (del 10 de marzo pasado) generada, luego de anunciar un plan para reestructurar su balance: liquidación de instrumentos financieros y emisión de acciones comunes, comentó.
Ello implicó un contagio en el sistema financiero estadounidense y tal efecto, generó la quiebra de Signature Bank (el 12 de marzo último) y la absorción del First Republic Bank por JP Morgan Chase (el 1 de mayo pasado), refirió.
El fondo de seguro de depósito de Estados Unidos decidió coberturar el 100% de los depositantes del SVB y Signature Bank, mencionó.
El efecto contagio de esta turbulencia financiera alcanzó a algunos principales bancos de Europa como el Credit Suisse, que mostró necesidades de liquidez y riesgo reputacional, y el Deutsche Bank, que presentó un riesgo idiosincrático asociado al riesgo reputacional, sostuvo.
El Credit Suisse tuvo que recurrir a un préstamo con el Banco Nacional Suizo, luego que el principal inversionista se negase a proveer liquidez, señaló. “Sus acciones se desplomaron en 24% el 15 de marzo”, dijo.
Posteriormente, el Credit Suisse fue absorbido por el UBS el 19 de marzo pasado; y el impacto en el Deutsche Bank implicó en la reducción del valor de sus acciones en 15%, refirió.
Efecto en Perú
Al respecto, Ravina comentó que el sistema peruano se encuentra menos expuestos a los riesgos que enfrentaron las entidades afectadas en Estados Unidos y Europa.
Ello, debido a que el sistema financiero del país posee una estructura tradicional, pues las inversiones en activos financieros representan el 10.7% del total de activos, mientras que las inversiones a vencimiento representan el 2.5% del total de activos, explicó.
Entonces, hay una muy baja probabilidad de que la turbulencia financiera internacional impacte sobre el sistema
financiero peruano, afirmó.
Además, no hay canales de interconexión directa entre las entidades estadounidenses y el sistema financiero peruano, manifestó.
Asimismo, no se ha evidenciado salidas de fondo provenientes del exterior y el riesgo de que ello ocurra es muy acotado, sostuvo. “Los adeudos con el exterior representan el 4.25% de los pasivos del sistema, y de ello, el 40% se concentra en las casas matrices y el 9% en organismos multilaterales”.
Sin embargo, bajo un escenario (de estrés) muy severo en el que los efectos sobre los sistemas financieros de EE.UU. y Europa se extendiesen y acentuasen, podría generarse efectos sobre el sistema peruano de manera indirecta por salidas de capitales en un entorno de mayor aversión al riesgo de economías emergentes y menor crecimiento de la economía peruana, refirió.
Estos posibles efectos indirectos enfrentarían un sistema financiero peruano solvente y líquido, con ratios de capital y liquidez altos, por encima de las exigencias regulatorias, puntualizó.