Gracias al uso de una nueva tecnología, los pequeños mineros y mineros artesanales del distrito de Ananea, en la región Puno, han empezado a prescindir del nocivo mercurio para obtener oro y con ello cuidar su salud y el medioambiente.
Conocida como la “Ciudad dorada de los Andes”, Ananea, capital de la provincia de San Antonio de Putina, tiene en la minería extractiva de oro a la principal actividad económica de su población organizada en cooperativas y asociaciones.
El principal yacimiento de oro de Ananea se llama
La Rinconada, ubicado en el centro poblado del mismo nombre, a cerca de 5,100 metros sobre el nivel del mar. El poblado es considerado por diversas publicaciones mundiales como uno de los lugares más extremos del mundo y donde el frío puede llegar a los 5 grados bajo cero durante la noche.
De acuerdo con los datos del último Registro Integral de Formalización Minera, del Ministerio de Energía y Minas del Perú (Minem), la región de Puno registra más de 12,500 organizaciones mineras artesanales y de pequeña escala en proceso de formalización.
Entre ellos se encuentra la Cooperativa Minera Oro Sur, donde Elvis Macedo se ha desempeñado como gerente de Salud Ocupacional, Seguridad y Medio Ambiente durante seis años. Es natural de la provincia puneña de Azángaro y afirma que “el gran impacto positivo que deja la minería en Puno son las ganancias económicas que ayudan al desarrollo y progreso de la región”.
En eso coincide Juana Quea, presidenta de la Polar Bear Mining Society, quien sostiene que el impacto más positivo de la minería actualmente es el desarrollo de la región, pero lo negativo que deja la minería en Puno es la contaminación provocada por el
uso de mercurio.
Ella es una de las pocas mujeres que alza la voz en un sector minero predominantemente masculino y es consciente de los problemas que aquejan al distrito y de la necesidad de un cambio que debe llevar a cabo la minería aurífera artesanal y de pequeña escala en la región.
Elvis coincide con Juana, al considerar el mercurio como una sustancia tóxica que puede generar un impacto grave en la salud ocupacional de los trabajadores que lo manipulan y en el medio ambiente. Agrega que el uso de este metal nocivo se mantiene porque no ha podido ser reemplazado con otra sustancia más eficaz que permita la obtención de oro en la minería artesanal y de pequeña escala.
Efectos nocivos del mercurio
La minería de oro a pequeña escala es la mayor fuente de emisión y liberación de mercurio en el mundo. El mercurio tiene la propiedad de formar una amalgama con el oro, por lo que se utiliza frecuentemente para separar y extraer oro de la roca, arena u otro material en el que se encuentre.
Este metal, catalogado por la Organización Mundial de la Salud como una de las diez sustancias químicas de mayor preocupación para la salud pública, se encuentra en uno o más de los procesos que requieren la extracción de oro.
En Puno, la práctica del “refogueo” al aire libre sigue siendo común. Este mecanismo consiste en calentar la amalgama para que el mercurio se evapore y quede el oro. Cuando esto se hace sin utilizar un mecanismo de captura de mercurio, los vapores se liberan y son inhalados por los mineros. El mercurio puede viajar largas distancias, generando un ciclo de contaminación que se extiende a las comunidades circundantes.
Tecnologías libres de mercurio
La exposición al mercurio tanto de los mineros como de las comunidades se puede reducir y evitar con tecnologías simples y efectivas sin mercurio. Para acercar estas tecnologías a los mineros, los proyectos Planet Gold Perú y GIRH-TDPS organizaron pruebas de equipos y tecnología en diciembre pasado.
Ambos proyectos son financiados por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), implementado en Perú por el Ministerio de Medio Ambiente, en alianza con el Ministerio de Energía y Minas y con el apoyo técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El trabajo en Puno se realiza en estrecha coordinación con la Dirección Regional de Energía y Minas.
Aproximadamente 70 personas asistieron a la reunión inicial y pudieron ver y probar el equipo, así como hacer preguntas a los proveedores. Se probaron tecnologías gravimétricas como la criba vibratoria, mesas gravimétricas y concentradores centrífugos. Estos no requieren mercurio; su funcionamiento se basa en la gravedad y la diferencia de peso entre el oro y los demás minerales que lo acompañan durante su separación.
Estas pruebas metalúrgicas son importantes para la determinación de los equipos y tecnologías más adecuados a las características de cada depósito, permitiendo optimizar su proceso productivo y reducir el impacto ambiental que genera el trabajo minero.
“La implementación de tecnologías limpias puede retrasarse por sus costos y la inversión económica que requiere”, afirma Juana durante las pruebas de tecnología en Ananea, “pero lo mejor es abandonar el uso de mercurio”.
La aceptación de los mineros que asistieron a las pruebas de tecnología sin mercurio es una buena señal. Un cambio que puede generar no solo una mayor rentabilidad para la empresa minera, sino que además permite brindar una fuente de trabajo más segura y limpia a los miles de pobladores locales cuyo sustento diario para sus familias depende de esta actividad.
Se trata de un pequeño pero alentador cambio que promueve el cuidado del medio ambiente y que puede generar importantes cambios positivos en el desarrollo socioeconómico de Puno y de otras regiones del Perú donde se practica esta actividad extractiva.