El primer día de clases puede ser un momento agridulce para algunas familias. Por un lado, está la emoción de algunos niños por volverse a encontrar con sus compañeros, mientras que otros sienten miedo o ansiedad apenas se separan de sus padres, especialmente si van a la escuela por primera vez, lo cual se manifiesta en llantos y gritos.
De acuerdo con la psicóloga de niños y adolescentes del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) San Borja, Ana María Castañeda, para asegurar que los más pequeños no sientan temor al momento de conocer un nuevo espacio, lejos de su casa y de su familia, es fundamental el acercamiento previo al nuevo colegio.
“Actualmente, casi todos los nidos hacen el acercamiento previo del menor con su nuevo entorno escolar. En días previos, los niños van a conocer su escuela y se les permite estar todo el día conociendo el aula, a las profesoras y a las auxiliares. Si el niño es muy chiquito, también se le permite a los padres estar presentes ese primer día”, comentó a la agencia Andina.
¿Qué no debes hacer?
Según la especialista, los padres de familia son los principales responsables de crear un ambiente tranquilo, seguro y positivo cuando llega la hora de que el menor acuda a clases por primera vez. No obstante, la realidad casi siempre es otra.
“Cuando es el primer día de clases para los niños de 3 o 4 años, incluso hasta de 5 años, es usual que haya un 10 % de niños y un 90 % de adultos. Esto se debe a que, para muchos papás, esta es la primera separación que tienen con sus hijos”, indicó.
Castañeda señaló que se ha vuelto una mala tradición que todos los miembros de la familia acudan al primer día en el nido, al punto de que ya no van solo padres, sino también tías y abuelos, todos preparados con sus celulares para grabar y tomar fotos del momento exacto en que ingresa a su aula.
Este comportamiento no solo genera aglomeración, sino que el excesivo ruido asusta y perturba la tranquilidad de los más pequeños, quienes experimentan ansiedad y estrés por encontrarse rodeados entre tantas personas desconocidas. Ante esta situación, se recomienda dosificar el número de acompañantes a solo un miembro por familia.
Más pequeño, menos palabras
Si el niño tiene 3 o 4 años, no es necesario darles una larga explicación al momento de la despedida. Explicó que, al no tener un léxico completo, el pequeño puede terminar confundiendo el mensaje que le quieres transmitir. Basta con decirles: "vas a ir a tal lugar, vas a divertirte y vas a jugar mucho".
“Decirle que después de que salga vas a estar esperándolo o a qué hora se van a encontrar, son muchas palabras y el niño tal vez se puede perder con tantas directrices”, agregó la psicóloga.
¿Qué hago si se pone a llorar?
Actitudes como negarse a acudir al centro, llorar o patalear son reacciones muy comunes durante este periodo de adaptación, pero qué pasa si esto se vuelve una constante y el adulto termina aceptando lo que el menor pide, es decir, no ir al colegio.
“Lo correcto es decirle: ‘está bien, no la pasaste bien este primer día, pero igual vamos a ir al colegio’, llegamos hasta la puerta, pedimos permiso para acompañarlo un rato y después nos retiramos, cada día estaremos un poco más lejos hasta que finalmente el niño se acostumbra”, anotó Castañeda.
Si cada vez que llora tu hijo o hija, decides no enviarlo al colegio, entonces le estás enviando un mensaje ambivalente, de que frente a las dificultades, es mejor retirarse que enfrentarlo o que llorando puede obtener lo que quiere.
“Para que un niño logre tener este tipo de reacción en sus papás es porque también le ha resultado antes, y ha podido salirse de alguna actividad a través del llanto, eso es muy común con madres primerizas, lo que hace también que la separación con los hijos sea más difícil”, añadió.
¿Qué es lo que sí debes hacer?
A continuación, Castañeda resalta tres acciones que deben hacer los padres durante los primeros días de clases:
- Cuando regrese del colegio puedes preguntarle qué es lo más divertido que ha hecho o qué es lo mejor que ha pasado en su primer día. Resaltar esas experiencias positivas le dará ánimo para volver a ir a clases al día siguiente.
- Administra tus emociones y transmite confianza. Muchas veces la actitud de los progenitores ante el inicio de clases influye de forma significativa en el comportamiento y actuación de los niños. Debes estar seguro del lugar que escogiste para su formación escolar y de sus habilidades sociales para desenvolverse entre sus pares.
- Comunica tus preocupaciones al maestro o la maestra de tu hijo. Ellos están capacitados para manejar situaciones como esta y pueden ofrecer apoyo adicional en el aula.
Recuerda que cada niño es único y puede necesitar un tiempo diferente para adaptarse a un nuevo ambiente. Con amor, paciencia y apoyo, tu hijo podrá superar sus temores y disfrutar de su experiencia escolar.