Tras el terremoto de 1746, las zonas de contacto de las placas tectónicas en la región central del Perú estarían acumulado una gran cantidad de energía sísmica que podría ocasionar, en un futuro, que Lima y el Callao soporten un sismo de magnitud superior a 8.5 seguido de un tsunami, según estudios del Instituto Geofísico del Perú (IGP).
El presidente ejecutivo del IGP, Hernando Tavera, explicó que Lima se encuentra en alto riesgo, mantiene un silencio sísmico y registra una acumulación de energía que arrastra desde hace 274 años.
“Frente a la costa central del país se viene acumulando tal cantidad de energía que al liberarse podría dar origen a un evento sísmico de gran magnitud que, además de generar altos niveles de sacudimiento del suelo, también dará origen a un importante tsunami”, advirtió.
Destacó que el IGP cumple su labor frente a la sociedad, ya que se encarga de monitorear la actividad sísmica en el país, por medio del
Centro Sismológico Nacional (Censis).
Asimismo, junto al Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) se administrará el nuevo Sistema de Alerta Sísmica peruano (SASPe), proyecto que cuenta con el apoyo del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y hace uso del avance logrado en el conocimiento científico, las comunicaciones y el desarrollo tecnológico. Sin embargo,
estos avances tendrían que ir de la mano de la mejora en la cultura de prevención.
Sismo y desastre
"La clave para minimizar el impacto de un fenómeno natural en una sociedad es prevenir para mitigar los riesgos que implica vivir en una zona altamente sísmica. Las personas tienen que entender que los desastres no son naturales, el sismo es un peligro natural y el desastre lo construye el hombre a través del tiempo”, explicó.
El terremoto de aquel fatídico 28 de octubre de 1746 sorprendió a los limeños a las 22:30 horas, que se disponían a descansar o se encontraban cenando. El movimiento telúrico fue intenso y, al parecer, alcanzó niveles muy altos de sacudimiento: cuatro minutos fueron suficientes para que la capital quedara en escombros, así como personas perdidas deambulando por las calles.
Además, la historia cuenta que varias personas buscaban refugio en el Callao cuando, después de 30 minutos de ocurrido el terremoto, fueron sorprendidos otra vez, pero ahora por grandes olas que arrasaron todo a su paso.
Cifras alarmantes
El impacto de este terremoto se reflejó en cifras preocupantes. No solo afectó Lima y Callao, sino también a Chancay, Huaura, Barranca, Pativilca y Piura, por el norte; así como Cañete, Ica, Arequipa y Tacna, por el sur. El 10 % de los 60,000 habitantes de Lima perdió la vida y de las 3,000 casas distribuidas en 125 manzanas, solo 25 quedaron en pie.
El caso del Callao fue más trágico: de 5,000 habitantes, solo 200 habrían quedado con vida. Los relatos escritos aseguraban que el pánico se había apoderado de los pobladores debido a la desinformación, el hambre y las epidemias que comenzaron a surgir.
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(FIN) NDP/JOT
Publicado: 28/10/2020