La Unión Europea (UE) defenderá que el acuerdo final de la Cumbre del Clima de Dubái (COP28) incluya poner fin a la producción y consumo de todos los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) para usos energéticos, unido a los objetivos de triplicar las renovables y duplicar la eficiencia energética.
Abordar el inicio del fin de los combustibles fósiles será, probablemente, la cuestión más difícil de manejar en las negociaciones, según fuentes de la presidencia española del Consejo de la UE, que han considerado que la de Dubái será la cumbre más importante tras el Acuerdo de París.
Apoyo de más de 80 países
En sus conclusiones previas a la celebración de la COP28, el Consejo de la UE fue muy claro en su posición: hay que triplicar las energías renovables y duplicar la eficiencia energética a 2030, mano a mano con la eliminación de los combustibles fósiles “sin calificativos” para energía, un lenguaje que, según la misma fuente, apoyan más de 80 países.
En este caso, los matices lingüísticos son importantes, pues las decisiones finales de las dos cumbres anteriores, celebradas en Glasgow y Sharm el Sheij, sólo se incluyó una mención al fin de las plantas de carbón desprovistas de sistemas de captura de emisiones (CCS).
En energía, deben salir todos los combustibles fósiles porque ya hay tecnologías competitivas para sustituirlos. Las CCS deben quedar reservadas únicamente a los sectores difíciles de descarbonizar para evitar que se desvíe a su desarrollo el dinero que necesitan las renovables, han añadido las fuentes.
Mitigación, la clave
“No podemos dejar la COP28 sin un resultado fuerte en mitigación” porque es la única manera de mantener vivo el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados, que con las actuales políticas de reducción de emisiones están en riesgo, según múltiples informes internacionales.
Aunque enviar un mensaje claro en relación con la mitigación será la batalla más importante de esta cumbre, no será la única, pues para que el resultado sea equilibrado habrá que avanzar también en solidaridad, sobre todo en relación al nuevo fondo de Pérdidas y Daños, fianzas o adaptación.
El petróleo y gas seguirán siendo necesarios para otros usos, como, por ejemplo, la producción de plásticos, químicos o asfaltos, “pero para cumplir con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados, necesitamos reducir la demanda un 75 % para 2050”, han añadido.