Según
Taste Atlas, estas 100 ciudades fueron seleccionadas entre 16,601 ciudades de su base de datos, basadas en 395,205 (271,819 votos válidos), obteniendo las mejores calificaciones promedio para los platos regionales y nacionales que se sirven con mayor frecuencia en ellas.
Tanto la culinaria arequipeña como la chiclayana, que representan a dos importantes ciudades consideradas núcleos gastronómicos regionales ubicados al sur y norte del Perú, surgieron de un mestizaje enriquecedor que fusionó conocimientos y técnicas ancestrales prehispánicos y aportes de otros continentes.
Ambas ciudades albergan Picanterías, recintos donde gracias a sus notables cocineras y cocineros se conserva su herencia histórica, tradición e identidad cultural expresada en irresistibles potajes que las ha convertido en auténticos santuarios del sabor y del saber.
A continuación, conoce las bondades de las cocinas de
Arequipa y de
Chiclayo, así como sus platos emblemáticos que las posicionado entre las 100 ciudades del planeta con las mejores cocinas, de acuerdo con la exclusiva nómina elaborada por
Taste Atlas.
Arequipa, sabores que emocionan
La originalidad de la culinaria arequipeña trasciende al tiempo gracias, principalmente, a sus picanterías que conservan el ADN de esta gastronomía regional, manteniendo incólumes las tradiciones que expresan las recetas heredadas de generación en generación.
Son famosas las picanterías arequipeñas de Yanahuara, Sachaca, Tiabaya y Cerro Colorado, como “La Lucila”, “La Palomino”, "Tradición Arequipeña", "Laurita Cau Cau", "La Maruja", “Victoria”, “La Benita” y “Sol de Mayo”, donde el comensal puede percibir los encantadores aromas y degustar con deleite celestial los sabores que brindan potajes que brotan de los fogones donde aún se cocina con leña, una fuente de calor natural que intensifica el aroma y sabor de los insumos en las comidas.
Lo singular e interesante de la gastronomía arequipeña es que son las mujeres quienes lideran y conducen las picanterías, además de ser las depositarias del notable conocimiento y tradiciones culinarias heredados y que se transmiten a las nuevas generaciones para preservar la riqueza e identidad cultural arequipeña.
Otros restaurantes emblemáticos de Arequipa resaltados por Taste Atlas son “Ary Quepay”, “Callejón Ugarte”, “El Montonero”, “Zíngaro”, “Típika”, “La Capitana”, “El fuego de San Antonio”, “Tío Darío” y “Chicha”, entre otros.
Su variada y suculenta comida, heredera de una gran historia, tradición e identidad le ha valido a la Arequipa y sobre todo a su capital, conocida como Ciudad Blanca -por el color de la piedra volcánica llamada sillar con la que se construyeron las edificaciones de su zona monumental- muchos reconocimientos, siendo el más notable el conferido por la Unesco, en 2019, como miembro de la Red Mundial de Ciudades Creativas en Gastronomía.
Asimismo, en abril de 2014, el Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a las picanterías de Arequipa.
En mayo de 2022, la Sociedad Picantera de Arequipa recibió el II Premio Internacional Guardianas de la Tradición, otorgado en la segunda edición del Congreso de Gastronomía, Mujeres y Medio Rural, evento que tuvo lugar en Asturias, España.
Entre los platos emblemáticos de la cocina arequipeña destacados como formidables por
Taste Atlas figuran el
Rocoto relleno, la Ocopa, el Chupe de camarones (incluido en abril de este año entre las 50 mejores sopas del planeta), el Cuy frito, el Solterito de queso, el Adobo, así como los postres tradicionales
queso helado (también reconocido entre los mejores del mundo) y los
buñuelos.
Chiclayo, delicias irresistibles
Bendecida con un mar rico en diversidad de peces y otros productos hidrobiológicos, y también con campiñas de las cuales brota una ingente variedad de cultivos oriundos y con denominación de origen, como el emblemático zapallo loche, la cocina lambayecana nos ofrece una vasta gama de potajes tradicionales cuya originalidad se atesora en sus picanterías y chicherías, auténticos santuarios del sabor y del saber.
Entre las picanterías más célebres de Chiclayo resaltan “El Lajeñito”, “El túnel”, “La Bartola”, “Mi Delfín II”, “La Picantería del mar”, entre otros.
En estos templos gastronómicos se conserva y pone en práctica este conocimiento y símbolo de identidad en muchos hogares de Lambayeque donde se puede saborear suculentos platos típicos desatacados por
Taste Atlas como los célebres
Chinguirito, Espesado, Arroz con pato, Pepián de pavo, Causa a la chiclayana, Chirimpico, entre otros, y deliciosos postres como el emblemático
King Kong y los irresistibles
Dulce de zapallo loche y las
Tortitas de choclo, por citar algunos, que tienen en la ancestral y deliciosa chicha de jora a la bebida para un maridaje por excelencia.
En Lambayeque, la picantería y la chichería suelen ser extensiones de las cocinas tradicionales de las viviendas, donde se involucra a los miembros de la familia en el expendio de las viandas y bebidas. Estos lugares también han servido para la difusión de importantes géneros musicales y literarios y la consolidación de la cocina regional lambayecana.
Otros restaurantes típicos lambayecanos destacados por los votantes en la selecta lista de Taste Atlas están “Fiesta”, “Sabores peruanos”, “El Pacífico”, “La Parra”, “Barra Chiclayo 360”, “Balta 512”, “El Boom”, entre otros.
(FIN) LZD/MAO