Cuando hablamos de abuso sexual infantil nos referimos a una relación de desigual poder entre un adulto agresor y un niño, niña o adolescente que afecta su integridad, privacidad e intimidad y vulnera su derecho a vivir libre y sin violencia.
Para prevenirlo es importante que los padres y cuidadores se mantengan atentos a los cambios de conducta de los menores y escucharlos con atención para detectar cualquier conducta fuera de lo normal.
Así lo informó el psiquiatra de niños y adolescentes del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) de Breña, Loy Erick Rengifo, quien añadió que estos abusos se pueden dar en cualquier contexto, no solo en el familiar, sino también en la calle, centro de estudios, en el transporte público, entre otros.
“El abuso sexual no solo es la vulneración de las partes privadas del niño y adolescente, sino que va desde las caricias inapropiadas, la exposición de los genitales de un adulto hacia un menor, incluso exponerlos a videos de contenido sexual”, explicó.
El especialista recomendó a los padres no bajar la guardia con sus hijos, no asumir que saben y conocen del abuso sexual.
Tienen que escucharlos activamente, mantenerse alertas ante los cambios de ánimo, si ven más tristes o irritables, si pierden el interés por jugar o si bajan su rendimiento académico.
Muchas veces los niños no exteriorizan lo que sienten y tampoco se lo comentan a los padres.
En ese sentido, mencionó que las tendencias y los estilos de vida actuales no permiten que los padres o cuidadores primarios pasen mucho tiempo en casa, dejando a los menores, en algunos casos, bajo de supervisión de un cuidador poco idóneo.
“Lo primero y más importante es el autoconocimiento y autorrespeto. Los padres deben enseñar a los niños y adolescentes cuáles son sus partes privadas y las áreas de su cuerpo que no deben ser tocadas por nadie. A veces los obligamos a saludar con besito, situación que es aprovechada por algunos agresores”, añadió el psiquiatra.
¿Cómo actuar ante un abuso sexual?
Muchas veces estos abusos son callados por vergüenza, miedo al rechazo o por las amenazas que reciben. No existe un grupo más o menos vulnerable. En cualquier contexto, ya sea que la personas haya sido víctima de un abuso sexual o expuesta a una situación de agresión, es importante el contacto con un especialista en salud mental, para evitar el trauma, identificarlo y procesar la situación para abordarla de manera adecuada.
“A veces la persona no identifica la agresión y el contacto con el profesional de salud mental ayuda a procesarlo. En algunos casos también utilizan el olvido del episodio como un mecanismo de defensa y lo guardan por muchos años, y en muchos otros no son conscientes de que lo están experimentando”, indicó Loy Rengifo.
En el caso de los padres de niños y adolescentes violentados, el principal sentimiento que acarrea es la culpa, para lo que también necesitan de ayuda psicológica. Durante todo este proceso es importante conectar con el menor, validar sus sentimientos y emociones para ayudar a contrarrestar el proceso.
Recuerda que si estas atravesando por cualquier tipo de agresión, puedes acercarte a cualquiera de nuestros establecimientos de salud a nivel nacional o llamar a la línea gratuita 113, opción 5.
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Publicado: 4/7/2024