Julio Ugaz Calderón se formó como técnico en informática, pero se licenció en bibliotecología porque intuyó que desarrollaría su vocación social. En plena pandemia asumió la coordinación de un equipo de especialistas de la BNP que se encargó del registro de publicaciones digitales, que a la fecha ya tiene 1,800 títulos.
En el colegio le interesaba la informática. Julio manifiesta que esa profesión estaba en boga, así que no le fue difícil elegir, al terminar el quinto de secundaria, la computación como una opción laboral.
Sin embargo, cuando finalizó su formación técnica, sintió que debía estudiar algo más. “Siempre me interesó mejorar mi formación académica, y me incliné por especializarme en una carrera relacionada con humanidades o ciencias sociales”.
Fue su hermana quien le comentó que en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) existía una carrera que estaba siendo muy solicitada por los postulantes. Era bibliotecología y ciencias de la información.
Al escuchar ese comentario, una especie de llamita de pentecostés se posó sobre su cabeza, porque su infancia rodeada de los libros de la biblioteca de su padre, un contador interesado en la sociología, asomó con naturalidad en su memoria.
Eligió la bibliotecología, una profesión que le enseñó a conocer a las personas que solicitan la orientación de esos expertos que saben de códigos, títulos y autores, para desarrollar una tarea o investigación.
Aprendió que su labor es de servicio y su mayor satisfacción, ver a un usuario contento por la atención.
Retos digitales
En plena pandemia, la Dirección de Gestión de las Colecciones de la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) constituyó un equipo responsable de procesar publicaciones digitales y periódicas.
“Siempre hemos registrado. Lo novedoso es que ahora lo hacemos de manera digital. Registramos libros en ese formato, páginas webs, revistas electrónicas y diarios electrónicos. Hasta el momento tenemos 1,800 publicaciones digitales que pondremos al servicio del público”, explica.
Además, por sus características, solo un lector tendrá acceso a esta información porque únicamente se leerá en sala de lectura, no se hará copia, ni se publicará en la web.
La Biblioteca Nacional implementará tecnología en su local de San Borja y la Gran Biblioteca Pública de Lima, por el momento, precisa.
El futuro es hoy
Julio tiene sentido de la realidad, sabe que este registro digital se irá consolidando poco a poco. Con su equipo comparte la visión de que en el mediano y largo plazo se verán los frutos. Él sostiene que, si la ciudadanía tiene a su alcance la lectura de libros digitales de autores peruanos, le exigirá a la BNP una sede en su distrito.
Pequeños cambios en cascada se van a generar. El primero, empezar el acopio de libros digitales y recursos digitales de relevancia para conservarlos como patrimonio cultural. Para eso, ya ha organizado un grupo que en el 2023 recopilará información de las páginas webs de las editoriales.
Otro anuncio suma: la Dirección de Gestión de las Colecciones será parte de un proyecto de renovación tecnológica, que implicará enriquecer la Colección Courret con metadata, es decir, con datos muy detallados y descriptivos en cada una de las más de 30,000 fotografías que tiene ese Patrimonio Cultural de la Nación.
“La biblioteca digital será fortalecida”, anota este profesional con casi dos décadas dando su aporte a la BNP.
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(FIN) DOP/ SMS
JRA
Publicado: 15/11/2022