Andina

Ica volvió a revivir la leyenda de "La Achirana del Inca", una de las tradiciones peruanas

Romance entre el Inca Pachacútec y princesa iqueña generó emoción y orgullo en toda la región

La leyenda de la Achirana del Inca historia romántica entre el inca Pachacútec y una hermosa princesa iqueña, volvió a ser revivida en varios distritos de la región Ica, causando gran emoción en muchas personas.Cortesía

La leyenda de la Achirana del Inca historia romántica entre el inca Pachacútec y una hermosa princesa iqueña, volvió a ser revivida en varios distritos de la región Ica, causando gran emoción en muchas personas.Cortesía

16:28 | Ica, nov. 17.

La leyenda de la " Achirana del Inca", aquella historia romántica entre el inca Pachacútec y una hermosa princesa iqueña, que es una de la más bellas tradiciones peruanas escritas por Ricardo Palma, volvió a ser revivida en varios distritos de la región Ica, causando gran emoción en muchas personas de diversas zonas del país y ciudadanos extranjeros que llegaron para ser parte de esta tradicional semblanza.

La puesta de la escena principal fue en la plazuela de Pachacútec, del distrito del mismo nombre, y luego procedió a recorrer los 7 distritos por donde pasa la Achirana (canal de regadío inca con más de 500 años de antigüedad) y donde también se escenificó cuando el inca mas poderoso del incario es recibido por la princesa.

La Achirana tiene una extensión de más de 30 kilómetros  y nace en el distrito San José de Los Molinos, recorre las comunas  distritales de La Tinguiña, Parcona, Los Aquijes, Pueblo Nuevo, Tate, Pachacútec, y culmina en Pampa de Los Castillos, en el distrito de Santiago.



En las escenificaciones distritales, la realizada en Los Aquijes llamó la atención porque los actores ingresaron al canal y lampearon como si lo estuvieran construyendo al igual que los antepasados incas.


La actividad desarrollada en los lugares que recorre el canal de La Achirana, contó con la participación de las principales autoridades políticas de Ica y del sector turismo, quienes se vistieron con los atuendos de la época incaica para darle mayor realismo a esta representación histórica.

La puesta en escena, que duró 30 minutos aproximadamente en la plazuela del distrito de Pachacútec, narra cómo el inca Pachacutec, por amor a una joven doncella (Chumbillalla), ayuda a la población que vivía en un desierto de Ica y les construye un canal de regadío que fue terminado en diez días por 40 mil hombres. 


Este canal ayudaría a los habitantes de ese lugar en la producción de sus sembríos y a tener una mejor calidad de vida, que a la fecha beneficia a cientos de agricultores iqueños. 

En la actividad cultural, los asistentes apreciaron la tradicional danza de Los Negritos de la comparsa de negritos del distrito de Pachacútec.

La escenificación de la leyenda de La Achirana del Inca se realizó por el I Festival de la Princesa Chumbillalla, actividad que forma parte de las actividades programadas por la XLIII Semana Turística de Ica. 

En el festival participó Xiomara Miranda Gonzales, quien fue elegida princesa Chumbillalla y Luciana Calderón Bravo, reina de la XLIII Semana Turística de Ica. 



La leyenda de la Achirana del Inca

Según esta leyenda en el año 1442, el inca Pachacútec en compañía de su hijo, el príncipe Yupanqui, y de su hermano Cápac Yupanqui, emprendió la conquista del valle de Ica, cuyos habitantes eran pacíficos, por lo que no hubo mayor problema para su sometimiento.

Pachacútec, visitando  luego el territorio sometido, se detuvo en un lugar llamado Tate, cuya propietaria era una anciana a la que acompañaba su bellísima hija llamada Chumbi Yaya, de la cual el inca quedó prendado y pensó que sería fácil su conquista.


Pero la princesa no se dejó deslumbrar a pesar del poder y la riqueza del Inca, porque amaba a un joven de la comarca.

Pachacútec, entonces, al ver perdida la esperanza de ser correspondido, decidió dejarla en paz y otorgarle la merced que le pidiera, en recuerdo del amor que le inspiró.


Para ello, Pachacútec llamó a la joven y tomándole de la mano le dijo: "Quédate en paz, paloma de este valle, y que nunca la niebla del dolor tienda su velo sobre el velo de tu alma. Pídeme alguna merced, que a tí y a los tuyos, haga recordar siempre el amor que me inspiraste".

Chumbi Yaya le contestó de rodillas: "Grande eres y para ti no hay imposibles. Pero si te satisface la gratitud de mi pueblo, ruego que des agua a esta comarca. Siembra beneficios y tendrás cosechas de bendiciones...". 

Así cautivó con sus palabras al noble soberano, quien propuso esperar diez días para ver realizado el sueño de la comunidad. 

Luego, señala la leyenda,  el monarca subió al anda de oro, que llevaba en hombros los nobles del reino y continuó de viaje triunfal. 


Cuarenta mil hombres del Ejército Inca, durante diez días, abrieron el cauce que lleva del Molino y del Trapiche y termina en Tate, heredado de la doncella que deslumbró al monarca. 

Según la tradición, este es el origen de la Achirana que significa "lo que corre limpiamente hacia lo que es hermoso".

(FIN) GBL/JCB/TMC

Más en Andina:



Publicado: 17/11/2024