Al celebrarse hoy el Día del Campesino, cabe recordar que gracias a su enorme agrobiodiversidad y la salvaguarda de cultivos con el conocimiento ancestral de las comunidades campesinas, el Perú es uno de los 22 países del planeta que forma parte del programa “Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial” (SIPAM), de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Este programa, lanzado en el marco de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, realizada el 2002 en Johannesburgo (Sudáfrica), tiene como objetivo conservar estos sistemas agrícolas tradicionales de importancia global.
En el artículo titulado
“Iniciativas para conservación de la agrobiodiversidad en el Perú” -publicado en el portal del proyecto Sus-Ter, financiado por el programa Erasmus+ de la Unión Europea-, se explica que
los SIPAM son definidos como “sistemas de uso de la tierra y paisajes ricos en diversidad biológica que han evolucionado desde la co-adaptación de una comunidad con su ambiente y sus necesidades, y sus aspiraciones para un desarrollo sostenible” (FAO, 2002).
Este programa busca responder a dos desafíos globales que socavan la agricultura familiar y los sistemas agrícolas tradicionales. Por un lado, la falta de reconocimiento de los sistemas agrícolas que han sostenido altos niveles de agrobiodiversidad por cientos, y en algunos casos miles de años.
Por otro lado, la ausencia de oportunidades e incentivos para que la juventud rural pueda optar por planes de vida que contribuyan a la conservación y valorización de su patrimonio agrícola.
Actualmente, existen 53 Sitios SIPAM, ubicados en 22 países del mundo, tres de ellos en Sudamérica (Perú, Brasil y Chile).
El Perú formó parte del primer proyecto global para implementar el enfoque SIPAM, junto con Argelia, Chile, China, Filipinas y Túnez, cofinanciado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), el cual se implementó del 2008 al 2014.
A escala global, uno de los resultados del proyecto fue la declaración de los primeros siete Sitios SIPAM en el 2011, dentro de los cuáles se declaró “El Sistema Agrícola Andino del corredor Cusco-Puno, Perú”.
Corredor Cusco-Puno
El sistema agrícola declarado en Perú abarca aproximadamente 350 kilómetros, y se extiende desde el área meridional de los Andes peruanos incluyendo Machu Picchu, ubicado a 2,430 metros sobre el nivel del mar (msnm) y toda la cuenca del río Vilcanota (4,300 msnm), cruzando la parte septentrional del altiplano peruano y alcanzando el lago Titicaca (3,800 msnm).
Este sistema se ha mantenido gracias a la resiliencia de más de 300 comunidades que han domesticado un conjunto de cultivos y animales a través de sus conocimientos tradicionales.
¿Qué acciones se han realizado en el Perú, a partir de la declaratoria del Sistema Agrícola Andino como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial, en relación a la identificación, registro, salvaguarda, y gestión de estos sistemas, para su sostenibilidad y mejora de la calidad de vida de las comunidades que los integran?
A escala nacional, el objetivo del proyecto global SIPAM fue incorporar el concepto SIPAM en los planes y políticas de Estado a nivel sectorial e intersectorial. Un gran avance a nivel sectorial fue la promulgación del Decreto Supremo N° 020-2016-MINAGRI que aprueba el reglamento para el reconocimiento de las llamadas Zonas de Agrobiodiversidad (ZAB).
Las ZAB son definidas, según el decreto, como “espacios geográficos determinados en virtud a su riqueza en agrobiodiversidad nativa, cultural y ecológica, en los cuales los pueblos indígenas, mediante sus tradiciones culturales y en confluencia con elementos biológicos, ambientales y socio económicos, desarrollan, gestionan y conservan los recursos genéticos de la agrobiodiversidad nativa en sus campos y en los ecosistemas contiguos” (Decreto Supremo N°020 publicado en 2016).
Las ZAB reciben el reconocimiento del Ministerio de Agricultura y Riego del Perú (Minagri), tras la evaluación favorable por parte del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA).
El objetivo principal de la declaración de las ZAB es contribuir a mejorar las condiciones de vida de los pueblos indígenas, fortaleciendo y consolidando la conservación y uso sostenible y gestión local de la agrobiodiversidad nativa.
Se busca además que a través de este reconocimiento las comunidades que integran las ZAB puedan recibir una retribución por brindar diversos servicios ecosistémicos en el marco de la Ley N°30215.
Andenes de Cuyocuyo
Hasta la fecha, desde la promulgación del decreto en el 2016, se han declarado dos ZAB. El primer reconocimiento fue otorgado a la ZAB “Andenes de Cuyocuyo”, ubicada en la provincia de Sandia, departamento de Puno, en octubre del 2019, bajo la resolución 0324-2019-MINAGRI. Esta ZAB involucra a seis comunidades campesinas.
Parque de la Papa
El segundo reconocimiento fue otorgado a la ZAB “Parque de la Papa”, ubicada en el distrito de Pisac, provincia de Calca, departamento de Cusco, en marzo del 2020, bajo la resolución 0081-2020-MINAGRI. Esta ZAB involucra a cuatro comunidades campesinas.
Gestión sostenible
Si bien se ha avanzado poco con estrategias que actúen directamente en el territorio y esbocen un modelo de gestión post-declaratorias SIPAM y ZAB, desde el 2019 se inició la ejecución del proyecto “Gestión sostenible de la agrobiodiversidad y recuperación de ecosistemas vulnerables en la región Andina del Perú a través del Enfoque SIPAM”, cofinanciado nuevamente por el GEF y ejecutado por la Oficina FAO Lima, el Ministerio del Ambiente (Minam) y el Minagri.
Comunidades participantes
Este proyecto está trabajando en las localidades de Acora (Puno), Huayana (Andahuaylas), Lares (Cusco), Laria (Huancavelica) y Atiquipa (Arequipa), con el objetivo de conservar de manera sostenible la Agrobiodiversidad de Importancia Global (ABD) de estas localidades, así como mejorar las condiciones de vida de sus habitantes utilizando como base el enfoque SIPAM y el marco legal de las ZAB.
Componentes del proyecto
El proyecto opera a través de tres principales componentes: 1) fortalecimiento de las capacidades de los agricultores para la gestión y conservación de la ABD; 2) articulación y promoción de mercados para los cultivos y productos de las ABD; y 3) fortalecimiento de las capacidades institucionales y conciencia pública para apoyar el modelo propuesto de conservación de la ABD.
Sostenibilidad
Para la sostenibilidad de estos sistemas es esencial no solo el reconocimiento global y nacional de su importancia sino también otorgarle un valor agregado a los productos originados dentro de este sistema que reflejen la identidad cultural de las comunidades que lo integran, y que través de un comercio justo mejore sus condiciones de vida.
Los reconocimientos de los sitios SIPAM y de las ZAB no serán sostenibles si no vienen acompañados de un plan de conservación dinámica que integre iniciativas de desarrollo (a nivel (intersectorial y en distintos niveles de gobierno) y reconozca el rol central de las comunidades que han manejado históricamente estos sistemas.
Se podría empezar identificando, fortaleciendo y/o articulando procesos ya existentes, que reconozcan en su estrategia de desarrollo la importancia de la articulación entre la agricultura familiar, el patrimonio biocultural y el desarrollo territorial.
En este sentido, es importante no perder de vista la importancia del intercambio a nivel global, sería interesante pensar en una Red de Sitios SIPAM, e iniciativas que operan bajo ese enfoque, a nivel regional (Latinoamérica), actualmente Chile, Perú y Brasil cuentan con estas declaratorias, pero también existen procesos en Ecuador y en Bolivia que incluyen elementos de este enfoque.
(FIN) NDP/LZD/MAO