El presidente Francisco Sagasti dijo en la víspera, a propósito del escándalo de las vacunas indebidas, que a la crisis de salud, económica, social e inestabilidad política que vive el país, se ha sumado la crisis moral y ética, por lo que nuestro deber es buscar la regeneración de esos dos valores, sin los cuales no será posible construir el país justo y democrático que todos queremos.
Al analizar esta situación, el psicólogo social Jorge Yamamoto dice que lamentablemente el uso del poder para beneficiarse de una prebenda personal es una conducta generalizada en nuestra cultura, y si en vez de 487 hubieran sido 1,000 o 2,0000 los “invitados” a ponerse la vacuna, la probabilidad de aceptar habría sido alta.
Para él, la solución es que desde Servir y los ministerios se trabaje en educar a los servidores públicos de que todos somos iguales, y que no hay peor castigo para el que desacata esta regla, que el escándalo y el escarnio público, como ha sucedido con el tema de las vacunas.
“Recalcar eso, repetirlo como disco rayado, y poner este caso [de las vacunas] como lección (…) porque ya se han dado cuenta de que es una gran metida de pata que les costará la carrera y, en algunos casos, mayores responsabilidades”, declaró en entrevista con RPP Noticias.
Otro aspecto que el investigador recalca para cambiar este tipo de conductas es hacer que en los ciudadanos prevalezca las normas que llama “prescriptivas”, lo que debo hacer, lo correcto, sobre las normas “descriptivas”, que es lo que hace el resto. Y esto solo por un tema de ética, si no porque a la larga es la que produce mejor satisfacción.
“Si a mí me ofrecen ,“oye, hay una vacunita ahí para la gentita”. Si yo sigo la norma descriptiva, y me dicen “todos acá los directores nos hemos vacunado”, aplico la norma descriptiva y me apunto. Si estoy formado con la norma prescriptiva, diría “todos se han vacunado, pero todos se fregarán, espérate que salga el escándalo y yo soy el único que sobreviviría”. Enseñarles la norma prescriptiva les hará un favor a los funcionarios y, por supuesto, al país”, señaló.
Comentó que los países que tienen mejor cumplimiento de sus reglas son aquellos cuyos funcionarios tienen claro qué es lo que se debe hacer, y ese es el horizonte que el país debe tener en la formación de sus servidores públicos.
El miedo no es una razón
Al destaparse al escándalo de las vacunas, la exministra de Salud
Pilar Mazzetti pidió perdón por su conducta, pero dijo que se vacunó por miedo, porque veía que la segunda ola de la pandemia es más fuerte que la primera, y que muchos de su entorno se enfermaron e incluso perdieron la vida.
Por su parte, la excanciller
Elizabeth Astete dijo que accedió a vacunarse porque “no podía darse el lujo de enfermarse”, ya que ella, como canciller, estaba a cargo de las negociaciones con los laboratorios.
Sobre esto, Yamamoto comentó que el miedo no es una justificación para estas acciones, y, como funcionarias y profesionales, más temor debieron tenerle al escándalo y al perjuicio que esto ha generado para sus prestigios y sus carreras, que enfermarse del virus, del que hay mayores probabilidades de sobrevivir.
Respecto a Mazzetti, comentó: “No es el miedo, primero es la formación en valores, porque si la gente tiene claro el valor no cambiará por miedo. Además, ella misma ha estado promoviendo las normas de seguridad, como la máscara, el distanciamiento, y lo puede practicar. Eso del miedo es una justificación que lo hace pensar a uno, pero no lo obliga a hacer cochinadas, y sobre todo a mentirle al país, que es el tema central”, puntualizó.
El profesional manifiesta que a raíz del caso de las vacunas, hay que generar campañas para que el miedo no sea solo de ella [Mazzetti] “sino también sea de todos los funcionarios para que por valor no hagan cochinadas, y en todo caso, por roche no lo hagan”.
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(FIN) DOP/ SMS
Publicado: 17/2/2021