El libro “Pisco: its Name, its History”, escrito en inglés por el secretario general de la Comunidad Andina
e investigador, embajador Gonzalo Gutiérrez Reinel, fue concebido con un propósito: “defender internacionalmente la denominación de origen” de nuestra bebida bandera, cuyo día nacional se celebra cada cuarto domingo de julio desde 1999.
“Ya hemos escrito muchas cosas en español y hasta una versión más acotada de este libro. Lo que me interesaba era generar un documento que pudiese ser leído alrededor del mundo, en torno a la denominación de origen pisco”, sostuvo el exdirector de la Academia Diplomática del Perú a la Agencia Andina.
Por eso, remarcó, “este libro ha sido escrito en inglés”. “No teníamos una obra en inglés que sirviese para defender internacionalmente nuestra denominación de origen. Puede ser un instrumento interesante para la difusión internacional del pisco”, aseveró.
¿Qué es una denominación de origen?
La denominación de origen es un signo conformado por el nombre de un lugar que distingue productos cuyas características se deben a los factores naturales de la zona (clima, horas de sol, lluvia, agua, tipos de suelo, etc.) y factores humanos: formas tradicionales de elaboración de productos, conocimientos ancestrales y costumbres de los productores del ámbito geográfico, define el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi).
Una de ellas, precisamente, es pisco. El titular de la denominación de origen es el Estado peruano que concede la autorización de uso a los productores de la zona geográfica de origen, siempre y cuando cumplan con los requisitos exigidos por la normativa.
Una defensa justa y necesaria por el pisco
Para el embajador Gutiérrez, la defensa de la denominación de origen del finísimo destilado de uvas pisqueras es justa y necesaria, por cuanto el pisco “es el espíritu del Perú”, tal como reza el eslogan creado hace unos años por Promperú para promocionar nuestra bebida en el mundo: Pisco, Spirit of Peru.
“Y tiene mucho sentido, sobre todo en inglés, porque spirit significa espíritu y también es una bebida espirituosa [bebida alcohólica destilada de productos fermentados; su materia prima es de origen agrícola, la uva pisquera en este caso]”, argumentó.
Durante mucho tiempo, indicó, existe un toma y daca con el vecino país del sur sobre el origen de la bebida espirituosa. El historiador Pablo Lacoste publicó en el 2015 el libro El pisco nació en Chile, cuyo argumento es que en 1733 se encontró “en el listado de una hacienda del norte de Chile una mención sobre tres botijas de pisco”.
“Esa mención no se refiere a tres botijas de la bebida, sino a tres botijas que vinieron de Pisco [Perú]. Quisieron hacer creer, bajo el principio de la antigüedad de esa mención, que eso daba les daba la paternidad [del pisco y la denominación]. Es así que quisimos investigar un poco y encontramos dos cosas”, explicó a la Agencia Andina.
Antiguas referencias respaldan al Perú
En primer lugar, en el Archivo General de Centroamérica (Guatemala) se halló el registro de carga de una embarcación que data de 1712, la referencia más antigua encontrada fuera del Perú sobre el uso de la denominación pisco para identificar a nuestro aguardiente bandera en el mundo.
En segundo lugar, los documentos de la Audiencia de Lima, el tribunal en la época virreinal, donde en 1726 se litigaba sobre el precio del pisco.
Todas estas manifestaciones históricas —opinó Gutiérrez— dan una referencia sobre la antigüedad y la utilización de la denominación pisco en el Perú.
No obstante, agregó, “creo que eso es una vía lateral; lo importante es la cantidad de pisco que se producía en el Perú y la cantidad que se exportaba. A comienzos del siglo XVIII exportábamos miles de botijas de pisco, especialmente al norte del Perú y al sur [Valdivia, Concepción, en Chile]”.
“Ese es el fenómeno importante, no encontrar tres botijas solitarias, de las cuales no hay seguimiento [de lo cual se jactan los chilenos]. No hay una línea de tiempo sostenida [...]. Hay otra referencia de 30 años después de una botija”, indicó el miembro fundador de la Academia Peruana del Pisco.
Uso del nombre a través de los siglos
Para el historiador Eduardo Dargant, con la obra Pisco: its Name, its History se puede llegar a un público más amplio y a escala internacional.
“Es la primera vez que se expone, en la historia del pisco, las referencias bibliográficas sobre el uso de su nombre a través de los siglos”, resaltó.
En esta publicación, que consta de 11 capítulos, el embajador Gutiérrez hace un recorrido por la documentación que hay sobre el uso del término pisco, que incluye relatos de viajeros, textos notariales y cuanto escrito ha podido encontrar durante largos años de investigación.
Pone énfasis en la documentación hallada en archivos norteamericanos y en libros chilenos como La historia de Chile, de 1865; Voces chilenas, de 1905; Chilenismos, de 1928; en los que se deja claro el origen peruano del término.
Además, “cuenta la historia de la maniobra de mala fe de Gabriel González Videla [expresidente de Chile y senador] al cambiar el nombre de un pueblo para, intencionalmente, engañar a los legisladores de Estados Unidos”, afirmó el historiador.
La referida ley no tiene exposición de motivos, solo se indica el propósito de cambiar el nombre al pueblo de La Unión por el de Pisco Elqui; así fue aceptada y aprobada.
Asimismo, la publicación de Gutiérrez aporta nuevos datos de gran valor. Por ejemplo, las palabras del coronel chileno José Amunátegui, recogidas en el boletín de la Guerra del Pacífico, que incluyen a nuestra bebida de bandera, dijo el historiador.
Al avanzar con sus tropas en el puerto de Pisco, Amunátegui afirma: “La ciudad de Ica es un pueblo de 7000 u 8000 habitantes. Está rodeado de chacras dedicadas especialmente al cultivo de viñas que producen el famoso pisco”.
Incluso la chilena Isabel Allende, en su novela Mi país inventado (2003), sostiene que el pisco es el trago nacional de Chile, pero a la vez "el nombre de este licor se lo usurpamos sin contemplaciones a la ciudad de Pisco en Perú".
“Que no falte un buen pisco en mi velorio
ni un jalisco chingón de despedida,
respirar es un lujo transitorio,
hay vida más allá pero no es vida”.
Joaquín Sabina
Inspiración en el arte, la literatura y la cultura popular
Una novedad muy atractiva del libro es que el autor dedica el capítulo final a la presencia del pisco reflejada en el arte, la literatura y la cultura popular, destacó el historiador Dargant.
Así, hace referencia a la obra del pintor peruano Pancho Fierro, del belga creador de Tin Tin, del escritor británico Rudyard Kipling, del novelista español Benito Pérez Galdós, del premio nobel universal Mario Vargas Llosa, etcétera.
“La defensa de la peruanidad del pisco ha sido una constante […]. Con esta obra [el embajador Gutiérrez] da un paso decisivo en la difusión internacional del conocimiento de nuestra bebida de bandera”, subrayó el historiador Dargant.
Para el diplomático consideró “que ya hemos encontrado buena parte de las fuentes históricas que sustentan la peruanidad del pisco. Ciertamente se puede seguir investigando; creo que se debe investigar más en fuentes y archivos peruanos, donde, estoy seguro, debe haber muchísima información”.
Academia Peruana del Pisco
El embajador Gutiérrez es unos de los fundadores, hace 20 años, de la Academia Peruana del Pisco (APP), que nació con el propósito de defender a nuestra bebida de bandera. El reconocido catador y restaurador Johnny Schuler preside el consejo directivo de la institución.
“Al comienzo era un grupito de amigos y [20 años después] aquí estamos [más fuertes]”, sentenció el diplomático, activo investigador de nuestra bebida bandera.
Por su parte, para el historiador y primer presidente del consejo directivo de la APP, Lorenzo Huertas, a lo largo de estas dos décadas se ha trabajado de manera ardua y silenciosa. Veinte años después se hace “una buena cosecha”, aunque aún hay mucho por hacer.
Desde 1999, cada cuarto domingo de julio se celebra el Día Nacional del Pisco, un homenaje al finísimo destilado de uva que es sinónimo de tradición y orgullo nacional. La fecha se instauró mediante la Resolución Ministerial 055-99-ITINCI/DM del 6 de mayo de aquel año.
Mientras que el otrora Instituto Nacional de Cultura (INC) reconoció al pisco como Patrimonio Cultural de la Nación en 1988, por medio de la Resolución Jefatural 179-88/INC-J, cuyo rango fue elevado a ley en el 2017.
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(FIN) JOT