La felicidad tiene que ver con la paz interior, la capacidad de afrontar problemas y la posibilidad de resignificar experiencias, señala especialista. Foto: ANDINA/Difusión.
Hoy, 20 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Felicidad, una fecha que invita a reflexionar sobre un concepto que va más allá de la euforia momentánea o el éxito material. ¿La felicidad es alcanzable para todos?, ¿se puede comprar con dinero?, ¿cómo se construye?
Para Manuel Saravia, psicólogo y director del Instituto Guestalt, la felicidad se basa en la tranquilidad, el bienestar y la resiliencia. “Más que un estado de alegría permanente, la felicidad tiene que ver con la paz interior, la capacidad de afrontar problemas y la posibilidad de resignificar experiencias”, explica.
¿El dinero compra la felicidad?
Si bien la estabilidad económica facilita el acceso a ciertos bienes y servicios, la felicidad no depende exclusivamente del dinero. Saravia advierte que muchas personas asocian la felicidad con el éxito financiero o el reconocimiento social, cuando en realidad puede encontrarse en acciones cotidianas: compartir con la familia, cumplir con pequeñas metas o incluso acariciar a una mascota.
“El dinero puede proporcionar comodidad, pero la felicidad radica en la satisfacción de superar obstáculos diarios y en construir una vida con sentido”, señala.
¿Se puede prolongar la felicidad?
El bienestar no es un estado estático, sino una construcción diaria. Según el especialista, hay cuatro pilares clave para fomentar la felicidad: meditación, ejercicio regular, alimentación saludable y tiempo de calidad con uno mismo y con los seres queridos.
No obstante, las exigencias laborales y el estrés pueden relegar estos hábitos, generando una dependencia hacia el consumo como vía para llenar vacíos emocionales. En algunos casos, esto puede derivar en estilos de vida insostenibles, marcados por el agotamiento, la búsqueda constante de placer inmediato o incluso el abuso de sustancias.
“La felicidad está ligada a una visión positiva del mundo y a la capacidad de disfrutar el presente. Si no se cuenta con tiempo para ello, se buscarán alternativas poco saludables para suplir esa ausencia”, advierte Saravia.
¿Los niños son felices?
La construcción de la felicidad comienza en la infancia. El psicólogo subraya la importancia del entorno familiar en el desarrollo emocional de los niños. La validación de sus emociones y la escucha activa son fundamentales para fortalecer su autoestima y confianza.
“La caricia más poderosa para un ser humano es sentirse escuchado. Frases como ‘esto es una conversación de adultos’ o ‘anda a dormir’ pueden alejar a los niños de su entorno familiar, afectando su desarrollo emocional”, advierte.
¿Factores emocionales o físicos pueden limitar la felicidad?
La felicidad no implica ausencia de dificultades, sino la capacidad de afrontarlas. Para quienes padecen depresión, ansiedad o enfermedades físicas, el bienestar puede parecer más lejano, pero no inalcanzable.
“El dolor mental o físico puede ser intenso, pero el tratamiento adecuado, que puede incluir terapia y medicación, permite recuperar la capacidad de disfrutar de la vida”, explica Saravia.
Incluso en situaciones difíciles, como la convalecencia tras un accidente, una persona puede experimentar felicidad al recibir apoyo de sus seres queridos o encontrar pequeñas satisfacciones en el día a día.
Claves para cultivar la felicidad
Saravia comparte algunas recomendaciones para fomentar el bienestar:
-Aceptar todas las emociones, sin reprimirlas ni desestimarlas.
-Fortalecer los lazos con personas que escuchen y brinden apoyo.
-Fomentar el contacto físico y emocional a través de abrazos y palabras de aliento.
-Incluir a los niños en conversaciones y decisiones para fortalecer su confianza.
El
Día Internacional de la Felicidad no se trata solo de celebraciones, sino de reflexionar sobre cómo construimos una vida con propósito y bienestar. Porque, al final, la felicidad no es un destino, sino un camino que se recorre cada día.
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(FIN) JRD/RRC
Publicado: 20/3/2025