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¡Sin miedo al éxito!: De Chiclayo a trabajar para la famosa Fórmula 1

Peruana Ana Karla Chero vive en Miami y ha trabajado también para el Royal Caribbean Cruises

ANDINA/Difusión

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12:32 | Lima, may. 24.

Por Cecilia Fernández Sivori

El talento y determinación de Ana Karla Chero Gallardo captaron la atención de Quickload INC, una de las principales empresas logísticas en la región, que la contrató de manera inmediata.

Conversamos con nuestra compatriota y aunque la distancia no permite advertir emociones, percibimos su voz calmada y su seguridad, esa que la llevó a los 17 años a tener una meta clara, migrar y ampliar sus conocimientos fuera de nuestras fronteras. Como se dice popularmente: con todo menos con miedo.

Pero ese temor, natural en los progenitores, atrapaba a su padre, que tenía dudas ante la partida tan temprana del nido hogareño. Esas dudas se disiparon con la determinación de la madre de Ana Karla, profesional de la administración de empresas que pausó su carrera por ejercer el rol materno. Ella inoculó en su hija el deseo de superación académica.



“Mi mamá siempre me habló mucho de su carrera, estuvo un poco tal vez con pendientes profesionales porque solo pudo ejercer un par de años tras graduarse y no pudo hacer todo lo que quería. Siento que he vivido quizá el sueño de ella y eso me nutre porque ella me impulsó más. Mi papá, por su lado, tenía mucho miedo y pensaba que podía pasarme algo fuera debido a su instinto protector”, recuerda Ana Karla.

Esfuerzo y dedicación


Afortunadamente para ella y el país, tras ser parte del programa de Bachillerato Internacional en el colegio San Agustín en Chiclayo, obtuvo la beca. “Fueron papá y mamá quienes me acompañaron en el camino”, nos revela emocionada.

Así comenzaron los exigentes estudios en el Hult International Business School en Boston, Massachusetts, donde un nuevo mundo se abriría ante sus ojos con todas las oportunidades que la carrera ofrece. “Siempre había soñado con salir al extranjero”.

“Tengo familia que vive en Japón y en Estados Unidos, y me comentaban la experiencia de migrar, de estudiar fuera, de lo laboral. Como era muy caro estudiar allá pensaba en algún momento estudiar una maestría, pero nunca pensé que la oportunidad de viajar se me diera siendo tan pequeña. Gracias a Dios, a mis notas, a mi esfuerzo y, sobre tod,o a mis padres, postulé a esa beca y se me abrió la puerta”, expresa al tiempo que recuerda que es vital tener una meta clara en la vida.

“Había culminado el colegio y había la opción de que ellos me pudieran llevar; pero no contaban con una visa y, así, no llegaron a conocer cuál era mi universidad hasta que me gradué”, recuerda sobre esos días en el campus con más compañía que la de sus libros y apuntes.

Debido a sus calificaciones y alto potencial, su alma mater la mantuvo trabajando y rotando en el campus e incluso pudo vivenciar un semestre en Londres, ciudad que había sido el punto de partida de sus sueños; pero ahí comprendió también que prefería hacer una carrera en Estados Unidos.

El valor del saber


Esa experiencia templó su carácter y es ahí donde Ana Karen se inclina por el rubro en el que hoy se desempeña: el campo logístico.

“Inicialmente, siempre he sido de la idea de que el comercio internacional nunca va a tener una caída grande en términos laborales. Y por eso pensé en esa industria como algo con muchas oportunidades para mí. Siempre veremos que hay importaciones y, sobre todo, en un país tan consumista como Estados Unidos".

Sin embargo, el mundo logístico puede estar pensado para hombres. “Sí es real que se vincula a la logística como algo más masculino. Recuerdo que al inicio me llevaban los taxis a las oficinas y me decían ¿trabajas aquí?, ¿qué estás haciendo? porque veían muchos camiones y es otro ambiente y siempre estaba la incógnita”.


“Pese a eso y al buscar que se respete mi trabajo por lo que sé más que por lo que veían en mí o por mi sexo, yo misma me dije que me tenía que hacer valer por mis conocimientos. Si bien es cierto vine con preparación académica, me sirvió mucho el día a día, aquí en el campo”, explica.

En la Fórmula 1


Entre el manejo con grandes firmas que le ha valido una cartera de clientes altamente reconocida, Ana Karla vivió el reto profesional de ser la jefa de operaciones en el campo logístico de uno de los eventos deportivos más esperados en el mundo como es la famosa Fórmula 1.

“Tenía al inicio mucho miedo. Los ojos del mundo están puestos en esta competencia, pero mis superiores vieron mi potencial. Afortunadamente, todo salió bien y tuve gran apoyo de mi equipo… y emocionalmente el de mis padres y hermanos”, nos dice orgullosa.

Sin embargo, esa experiencia fue altamente retadora y aunque libró el encargo hubo sobresaltos que pondrían de vuelta y media a cualquier ser humano, como cuando en plena noche de sábado un contenedor de Pirelli que almacenaba llantas en la yarda simplemente dejó de funcionar y estaban en juego millones de dólares.

“En el mundo de la logística cualquier error cuesta dinero si te equivocaste en un número, fecha o lugar, pero la lección que me dejó ese encargo fue darme cuenta de que todo es posible, que no hay reto grande”, enfatiza.

También ha colaborado con empresas de renombre como Royal Caribbean Cruises. Nos hay límites, subraya.

Soñar en grande


Si Ana Karla pudiera hablarle a la niña que fue allá en su natal Chiclayo le diría a ella y a otras niñas que sueñan despiertas que “todo lo que te propongas es posible, soñar en grande es válido. Hay mucha gente te dice es imposible que logres algo que ellos creen que no puedes alcanzar… incluso te dicen que no lo hagas, pero recuerda que si tienes las ganas se logrará siempre”.


“Habrá obstáculos, pero la clave es ser persistente Hay que estar segura siempre de cuál es tu meta”, nos dice esta joven peruana que hoy gestiona en la calurosa Miami y que aún tiene todo un mundo por delante.

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(FIN) CFS


Publicado: 24/5/2024