Mildred Camacho, ahijada del papa León XIV: "Siempre he sentido admiración por su labor"

Su historia ha llegado distintos rincones del mundo, llegando a ser entrevistada por prensa de Bulgaria.

ANDINA/Jhonel Rodríguez Robles

03:15 | Piura, may. 13.

Por Maira Flores Rodriguez, enviada especial

Mildred Camacho aún sigue conmocionada por el nombramiento de Robert Prevost como nuevo papa y de cómo su historia como ahijada del sumo pontífice ha dado la vuelta alrededor del mundo.

[Galería fotográfica]



Incluso en el día de la madre, ella se da el tiempo de recibir a los diferentes medios de comunicación en su casa ubicada en Chulucanas, región Piura, ciudad que acogió a León XIV en su primera visita al Perú en 1985.

Profunda admiración


Mildred deja en claro que su admiración y respeto hacia su padrino Robert Prevost no es reciente, sino que data de hace muchos años.

“Cuando tienes un padrino que trabaja con los papas y que un día ya, cuando tienes un poco más de conciencia, veas una carta por correo donde te manda fotos con el Papa Juan Pablo II o dentro de la Capilla Sixtina, te causa mucho impacto. Esta admiración la tengo de años. Por eso, cada vez que tenía la oportunidad de verlo, sentía un gran respeto”, dice a la Agencia Andina

A pesar de tener una agenda ocupada debido a sus misiones, Mildred comenta que siempre ha mantenido el contacto con León XIV, ya sea por correos electrónicos o visitándolo después de algún evento programado en el país. 

Mildred Camacho recuerda que hubo un evento en la Iglesia San Agustín en Lima, donde se produjo una gran congregación de jóvenes de distintas partes del mundo y el hecho de ver que mucha gente se quería reunir con él, le producía nervios puesto que el respeto que sentía hacia él la paralizaba.

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“Es tanto mi respeto que nunca he tenido ese relajo de explayarme tanto, siempre es como que lo veo y dijo ‘Hola, buenas tardes. ¿Qué tal?’ Me reprimo bastante con él. Imagínate ver a una persona que tú admiras, no un famoso, sino alguien que reconoces por su trabajo. Me daba miedo hablar, cometer un traspié y que se decepcione”, detalla.



El impacto que ha tenido esta historia ha sido tal que incluso fue entrevistada por una periodista de Bulgaria, quien hizo un esfuerzo por entrevistarla en español. 

“A mi casa ha llegado prensa nacional e internacional, como Univisión, Newsday, reporteros de Italia, Francia, Paraguay, de verdad de muchos países. Una vez me llamaron como a las 5 de la mañana para un enlace en vivo y aún seguía medio dormida. Espero no haber dicho algo malo”, recuerda con diversión y algo avergonzada. 

Esta situación ha llevado a que siente cierta presión respecto a su rol como ahijada del sumo pontífice. “Yo converso con los medios, me siento en total confianza, pero estoy segura de que si hablara con él nuevamente me achico, es impactante para mi verlo, sobre todo porque quisiera hacerle un montón de preguntas”. 

La última vez que llegó a reunirse con Prevost fue el año pasado, donde pudo presentarle a su segunda hija Atenea, de 4 años. 

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“Recuerdo que abrazó a mi papá, saludó a mi hija Gaela (9 años) y ahí le presento mi segunda hijita. Su primera reacción fue ‘ah, ya son dos’. Yo estaba por dentro nerviosa porque me decía a mí misma ‘¿ahora cómo le explico? Y como había ido sin mi pareja, ¿pensará que soy separada? Qué roche. Son pensamientos que me invadían porque quería causar una gran impresión”, detalla con emoción.

Bautizo de Mildred


Mildred señala que Robert Prevost es la imagen de lo que un padrino debe ser. “Usualmente hay esta realidad de que el padrino está en la ceremonia y luego desaparece de tu vida. Pero con él las cosas no son así. Siempre ha mantenido una cercanía hacia mí y mi familia”.


Nos cuenta que sus pequeñas siempre le preguntan por él cada vez que su abuelo, Héctor Camacho, le muestra sus fotos y ella les responde que él viaja por el mundo. 

No está muy segura si es permitido que un sacerdote sea padrino, pero eso no impidió que León XIV aceptara. Asimismo, le dijo al padre de Mildred que pactara una fecha que le conceda poder llegar a la ceremonia. 

El bautizo tuvo lugar el 17 de agosto de 1996, unos días después de cumplir un año. 

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Con fotos en mano, Mildred narra a la Agencia Andina un poco de cómo se vivió su bautizo. “Ahí está mi padrino justamente poniéndome la bendición en la frente. Está junto a mi mamá y mi madrina. En esta otra foto ya están en la fiesta. Una de mis fotografías favoritas es cuando reparte los recuerditos. Creo que es una muestra de su conexión y fácil acercamiento a la gente. Mi papá me comentó que es una persona humilde, sencilla, alegre y con alma jovial”.



La historia de su nombre


Camacho menciona que uno de pequeño siempre tiene curiosidad de saber de dónde viene su nombre, sobre todo porque Mildred no es un nombre común dentro de su localidad.

“Los nombres más clásicos son María, Juanita, entre otros. Pero en mi caso, Mildred era difícil, más aún porque lo escribían de diferente manera. Y le pregunté a mi mama ‘¿por qué me han puesto un nombre tan difícil? Y ella le respondió: ‘te lo pusieron por ser el nombre de la mamá de tu padrino”. 

El nombre de Mildred viene con una carga emocional muy fuerte para Robert Prevost, ya que por ese momento había fallecido la mamá del sumo pontífice y en memoria a ella, Héctor Camacho decidió llamar así a hija, lo cual León XIV aceptó como mucha alegría. 

“La intención era rendirle un poco de tributo. Para mi, conociendo aun más la historia de fondo, tiene una carga emocional muy fuerte. Fue a raíz de esto que también le propone ser mi padrino y él aceptó feliz”.

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(FIN) MFR/MAO
JRA

Publicado: 13/5/2025