La pachamanca, que en quechua significa ‘olla de la tierra’, es una ancestral tradición de los Andes peruanos heredada de los incas, quienes cocinaban la carne, tubérculos, verduras y cualquier otro tipo de alimento dentro de la tierra misma, quizás honrando a la pachamama.
Durante siglos, esta tradición ha prevalecido, como en la familia de Víctor Pariona Enríquez (78), “el maestro pachamanquero de Junín”, donde cada 1 de mayo, la familia celebra sus reencuentros con una pachamanca.
Para don Víctor, natural del distrito de Hualhuas, provincia de Huancayo, ver cómo se preparaba la pachamanca era tradicional. “Mi mamá María, mis hermanas y mis tías eran las encargadas de alistar todo: la carne —de carnero y cuy—, la papa lavada, las habas, el camote, la oca, la mashua, todo”, evoca.
Su papá se llamaba Juan y junto a sus tíos, recuerda, armaban el horno. “Hacíamos un hoyo en la tierra y su tamaño dependía de la cantidad de ingredientes que se pondrían. Luego, armábamos la estructura con fierros para que resista el peso de las piedras, poniendo al final las piedras alrededor del hoyo; construyendo como una choza”.
Después se calentaban las piedras con leña y ramas secas durante una o dos horas. Cuando las piedras ya estaban blancas, caldeadas por el fuego, era la señal para iniciar la pachamanca.
“Echábamos todos los ingredientes sobre las piedras calientes y luego los enterrábamos durante una hora; después, desenterrábamos, sacábamos todo y listo”, cuenta mientras un brillo especial se apodera de los ojos de don Víctor.
“Lo que más me gustaba era cuando mi familia compartía la pachamanca alrededor del horno, todos juntos y unidos, desde el más grande al más pequeño”. Hoy son los hijos de don Víctor los que preparan la pachamanca y él quien los guía. “Para que salga bien, pues”, agrega sonriente.
Cada primer domingo de febrero, Perú celebra el Día Nacional de la Pachamanca, para recordar nuestras ancestrales tradiciones y continuar ese legado o para recordarnos que somos dueños de una cultura poderosa.
Fechas
La familia de don Víctor convirtió, además, los 1 de mayo en la fecha tradicional para sentarse frente al horno y disfrutar de su buena pachamanca; al igual que en el Día de la Madre y el Día del Padre.
Don Víctor forma parte del programa Pensión 65 desde abril del 2014 y se siente sumamente agradecido porque el dinero que recibe le sirve para comprar sus alimentos y contribuye a la economía de su hogar.
Mediante Saberes Productivos, los adultos mayores además de transmitir la riqueza milenaria de nuestra identidad, como don Víctor, exponen sus saberes, con lo cual son revalorados por la comunidad y se contribuye a mejorar su bienestar.
Saberes Productivos de Pensión 65 se desarrolla en 666 distritos del país con 84,140 usuarios y usuarias.
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(FIN) NDP/JOT
Publicado: 2/2/2020