Día de la Madre: las heroínas anónimas detrás de los ganadores de Beca 18 [video]

Conoce el caso de Mary y Felicita, dos mamás valientes que impulsaron el sueño de sus hijos becarios

Becario Jhony Luis Palomino Berrocal junto con su orgullosa madre Felicita. Foto: ANDINA/Braian Reyna

13:39 | Lima, may. 11.

Por Iván Calderón

Detrás de cada joven beneficiario de Beca 18 hay una historia de esfuerzo y sacrificio, muchas veces protagonizada por una madre que, sin horarios ni descanso, lo da todo por ver a sus hijos salir adelante. Este es el caso de Felicita Berrocal y Mary Cordero, dos madres peruanas que, con tesón y amor incondicional, acompañaron de cerca el camino académico de sus hijos hasta verlos cumplir el sueño de ingresar a la universidad y de ganar la beca de Pronabec.



Desde Ayacucho, una madre que estudió junto a su hijo


Felicita Berrocal Hinostroza, natural del distrito de Los Morochucos, en la región Ayacucho, es una mujer de voz fuerte y enérgica que apoyó a su hijo Jhony Luis en su preparación para postular a Beca 18-2025 en la modalidad Repared. Durante largas jornadas, incluso de madrugada, lo acompañó a estudiar y repasaba con él los temas del examen.

“Siempre lo he apoyado y le he inculcado valores. Me amanecía con él estudiando. Le preguntaba qué había aprendido, lo hacía responder. Por eso estaba casi segura de que lo lograría”, relató a la agencia Andina sin ocultar la enorme felicidad que la embarga. 

Durante esos días clave, Felicita le preparaba café y, cuando lo veía desanimado, le daba palabras de aliento: “Sigue adelante, hijo. Vamos a poder. Vas a ingresar a la universidad y tus hermanas también lo lograrán. Vamos a ser los mejores de la familia”, le repetía con firmeza.

Felicita posa orgullosa con su hijo Jhony Luis, ganador de Beca 18-2025 en la modalidad Repared.

Las palabras de la madre calaron en la mente y el corazón de Luis, quien -después de ingresar a la universidad- alcanzó una vacante de Beca 18-2025 en su primer momento, noticia que fue recibida y celebrada con enorme júbilo dentro de la familia.

Fue una alegría inmensa para mi esposo, para mí y toda la familia. Saltamos de alegría, hasta me puse a llorar porque mi hijo obtuvo la Beca 18 e ingresó a la Universidad Católica, donde él quería estudiar”, dijo emocionada y con un brillo de felicidad en sus ojos.


Esta orgullosa mamá agrega que Jhony Luis se ha convertido en el ejemplo de sus hermanas menores y también de sus primos y sobrinos, quienes ahora señalan que quieren ser como él y estudiar en la universidad.

Felicita siente que todo el sacrificio valió la pena  y que lo volvería a hacer mil veces con tal de ver triunfar a sus hijos. “Yo no pude estudiar por falta de recursos. Me dediqué al comercio, trabajé día y noche para que él pudiera hacerlo. Y lo logré”, afirmó.

Su hijo, Jhony Luis Palomino Berrocal, estudiante de Ingeniería Civil en la PUCP, le dedica su éxito: “Mi madre siempre creyó en mí. Le prometo que no voy a rendirme hasta graduarme y verla aún más orgullosa de lo que ya está”.


Desde el Vraem, una madre que trabajó 16 horas al día


En el distrito de Pichari, en pleno Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), Mary Cordero Pariona también sabe de sacrificios. Para pagar la academia de su hijo Jesús, trabajaba más de 16 horas diarias como comerciante. Su jornada comenzaba a las 4 o 5 de la mañana y terminaba bien entrada la noche.

Para ayudar a mi hijo, tenía que esforzarme un poco más, me quedaba hasta muy tarde porque soy negociante y tenía que vender más. En el colegio mi hijo ha sido primer puesto, por eso, el sacrificio valió la pena. Mira a donde está ahora”, afirma con una inmensa sonrisa en su rostro.

La señora Mary acompañada de su hijo Jesús Quispe Cordero, ganador de Beca 18-2025.

Mary no solo dio el ejemplo con trabajo, también fue su principal motivadora. “A veces me decía que no podía más, pero yo le decía que sí, que íbamos a seguir luchando. Que si no entrábamos por la puerta, entraríamos por la ventana”, recuerda con humor esta madre de cuatro hijos. 

Y el ingreso llegó. Jesús Quispe Cordero ganó la beca 18 Vraem 2025 y se convirtió también en el primer universitario de su familia. “Fue el momento más hermoso de mi vida. Lo abracé con todas mis fuerzas y lloramos juntos”, rememora.


Hoy Jesús se encuentra muy agradecido porque gracias al apoyo incondicional de su mamá pudo superar muchas dificultades, tanto económicas como emocionales, que se presentaron en el camino.


Cuando yo pensé que no podía dar más, mi madre me motivaba a seguir adelante. Me decía que, aunque hagamos un gasto hoy, más adelante yo pagaría porque sería un gran profesional y orgullo para nosotros”, comentó el joven.

Estas historias reflejan el papel silencioso, pero decisivo, que tienen miles de madres peruanas que, desde distintas regiones del país, hacen posible que sus hijos accedan a oportunidades educativas que ellas no tuvieron. Felicita y Mary son solo dos ejemplos de ese motor inquebrantable que impulsa a tantos jóvenes a alcanzar lo que alguna vez parecía imposible.


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(FIN) ICI/RRC

Publicado: 11/5/2025