De que Machu Picchu es una joya de valor incalculable no hay duda. Pero, ¿cómo se vincula al mundo de las joyas y el lujo? Pues, los descendientes de Charles Tiffany —fundador de la joyería Tiffany—, gracias a su fortuna, permitieron el descubrimiento de la ciudadela incaica. Entérese de una apasionante historia.
Y dice así. Tiffany & Co. —antes llamada Tiffany, Young and Ellis— fue fundada en 1937 por Charles Lewis Tiffany y John B. Young, en Connecticut, y se trataba de una especie de emporio, contó El Mundo.
Aunque en 1853, cuando Charles tomó el control total de la empresa, la tienda comenzó a enfocarse netamente en las joyas. Tiffany fue la primera en Estados Unidos en tener un catálogo para comprar a través del correo postal.
En la década de 1970, Tiffany ya era consideraba una joyería de renombre y su popularidad aumentó estrepitosamente cuando abrió su "palacio de las joyas" en Manhattan. Tras la muerte de Charles Tiffany, el negocio ya valía 35 millones de dólares y fue sucedido por los seis hijos que tuvo la hermana de su primer socio. Entre ellos, Annie Olivia.
Annie Olivia, nacida en 1844, tuvo una hija con Alfred Mitchell. Una niña llamada Alfreda que en 1898 se casó con Hiram Bingham, un expedicionario estadounidense que dio a conocer
Machu Picchu al mundo.
De acuerdo con National Geographic, Bingham siempre tuvo corazón de explorador, pero recién hasta que conoció a Alfreda fue capaz de "entrar a la clase pudiente norteamericana" y, a raíz de eso, financiar algunas de sus expediciones. Por ejemplo, su visita a Caracas y Bogotá.
El gran descubrimiento
El libro "Life and Death of The Andes", escrito por Kim MacQuarrie, cuenta que la mayor fuente de ingresos de Bingham no era su propio trabajo, sino el dinero de la familia de su mujer. Y ese dinero acabó por financiar uno de los más grandes descubrimientos de la historia: la ciudadela incaica de Machu Picchu, enclavada en las montañas de los Andes, en Perú.
Según History Channel,
Bingham "llegó a territorio inca caminando y, en ocasiones, utilizando una mula. Un día, en el valle de Urubamba, se encontró con un campesino local que le contó que habían algunas ruinas en la cima de un monte. El mismo local llamó a la montaña Machu Picchu, que en quechua significa 'viejo pico'".
Al día siguiente, el 24 de julio, Bingham subió la montaña con un grupo pequeño de pasantes que le mostraron el resto del camino. Guiado por un niño de 11 años, Bingham logró ver por primera vez las terrazas de roca que marcan la entrada a Machu Picchu.
Bingham tuvo siete descendientes. Entre ellos, Jonathan Brewster Bingham, quien fue parlamentario demócrata; Hiram Bingham IV, diplomático y considerado héroe de la Segunda Guerra Mundial; y Alfred Mitchell Bingham, quien escribió un libro sobre sus familiares en 1995, rememora El Mundo.
Posible millonaria transacción
Este repaso de la historia surge porque el 28 de octubre último LVMH —el conocido conglomerado francés dedicado al lujo— ofreció a la cadena de joyerías Tiffany & Co. 120 dólares por cada una de sus acciones, es decir, 13,000 millones, con la intención de comprar la totalidad de la empresa.
El grupo LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy) confirmó que ha comenzado discusiones preliminares sobre una posible transacción con Tiffany. Se empezó a rumorear, entonces, que los herederos de Charles Tiffany podrían convertiste, durante los próximos días, en multimillonarios.
No obstante, en la actualidad, ningún Tiffany ni Bingham ni Mitchell se relaciona con la icónica joyería. Los herederos del explorador tampoco suelen aparecer en la prensa rosa o en las grandes fiestas de Nueva York.
De acuerdo con algunas páginas sociales, los hijos de Alfred Binhgam viven en lugares como Minnesota, Alberta o incluso Salem y no mantienen la elegancia de la que sus antepasados gozaron en los 40. Tal vez la transacción traiga de vuelta a los Tiffany al mundo de los ricos y famosos.
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(FIN) EMO/JOT
Publicado: 4/11/2019