Si bien Machu Picchu es el principal atractivo turístico del Perú, el vasto legado de los incas en la región Cusco tiene en su Valle Sagrado a otro poderoso imán para los visitantes. La singular belleza de su geografía y los 350 sitios arqueológicos que ostenta, aseguran una fascinante travesía por este destino bendecido por el río Vilcanota.
Ubicado a 56 kilómetros por carretera desde el
Cusco y a 53 kilómetros de
Machu Picchu, entre las localidades de
Pisac y
Ollantaytambo, en la
provincia de Urubamba y a 3,354 metros de altitud, el
Valle Sagrado de los Incas atrae cada año a miles de visitantes nacionales y extranjeros que, según algunos testimonios, comparan a su extraordinaria belleza campestre con un idealizado paraíso.
La prestigiosa publicación
Nat Geo Travel recomendó recientemente a quienes visiten el Perú y se dirijan al
Cusco, que conozcan y permanezcan un tiempo en el Valle Sagrado, porque se llevarán un inolvidable recuerdo. A continuación, algunos de sus principales atractivos:
Pisac
De la impresionante cantidad de recursos arqueológicos que posee el valle, caben resaltar estructuras como el complejo de Pisac, considerada la
puerta de entrada al Valle Sagrado, donde se puede apreciar el calendario solar incaico.
Es famoso por su mercado artesanal y sus impresionantes restos arqueológicos, ubicados en una montaña en la parte alta del pueblo. Este pueblo fue una especie de capital de la región en tiempo de los incas, muy importante por su excelente ubicación y sus fértiles tierras.
Las construcciones incas que se exhiben en su territorio son complementadas por los andenes que circundan las montañas y estructuras de piedra pulida, ensambladas a la perfección. Por otro lado, el pueblo de Pisac se ha convertido en el “centro espiritual del Valle Sagrado”, dado que allí se realizan retiros espirituales y se puede conocer a personas de todo el mundo interesadas en cuestiones del alma.
Ollantaytambo
Se ubica a 97 kilómetros al noroeste de la ciudad de Cusco, a 2 horas y 30 minutos en auto aproximadamente. Durante la época de los incas fue una ciudad fortificada, con templos, sectores urbanos, agrícolas y puesto de control administrativo. Luego de la invasión española, se convirtió en uno de los lugares favoritos de los virreyes.
Es considerado uno de los
sitios arqueológicos más importantes en Perú y América del sur; además, muchas personas consideran que, luego de
Machu Picchu, el pueblo y el
complejo de Ollantaytambo contiene el trabajo inca en piedra más impresionante de Perú.
Sin embargo, no es lo único asombroso de este lugar. Hace solo algunos años, los sistemas de posicionamiento global permitieron descubrir que Ollantaytambo está alineado con otras construcciones antiguas en todo el mundo, como las pirámides de Giza (Egipto), las islas de Pascua (Chile), las líneas de Nazca, entre otras.
Runkurakay
Es una especie de ciudadela que se sitúa en medio del
Camino Inca que conduce al imponente
Machu Picchu. A diferencia de otras edificaciones de origen incaico,
Runkurakay presenta la peculiaridad de tener entre sus estructuras recintos de forma circular, algo poco usual en el diseño de los tambos o ciudades incas.
Debido a la forma y diferentes vestigios hallados en Runkurakay, es que se piensa que el lugar habría funcionado como un sitio de descanso, que de alguna manera también sirviera para mantener el control y la vigilancia de esta zona del Tahuantinsuyo. No se descarta tampoco el fin ritual del conjunto, debido a ciertos rasgos que las estructuras poseen.
Estructuralmente, el complejo arqueológico de Runkurakay presenta estructuras hechas con el uso de piedra pizarra y granito gris. El edificio predominante del complejo presenta la forma de un semicírculo en el que se encuentran distribuidos seis ambientes que rodean un patio que se orienta hacia el noreste.
Chinchero
En un tour habitual por el
Valle Sagrado de los Incas, el poblado de Chinchero se visita de retorno a Cusco luego de recorrer la mayor parte del valle. Se ubica a 28 kilómetros de la ciudad del Cusco y a 3,772 metros sobre el nivel del mar.
Posee importantes recintos arqueológicos, así como una hermosa iglesia colonial edificada en el siglo XVII con lienzos de la Escuela Cusqueña, y allí existe un mercado artesanal donde aún se puede realizar el trueque, práctica ancestral de comercio e intercambio de bienes.
Moray
El pueblo de Moray se encuentra a 74 kilómetros al noroeste de la ciudad del Cusco y alberga otra de las impresionantes construcciones agrícolas conocidas como andenes. Se trata de una serie de andenes circulares concéntricos en forma de cuenco, que dan la sensación de ser un cráter artificial.
Este lugar fue uno de los principales centros de investigación agrícola, dedicado a la experimentación y siembra de cultivos provenientes de distintos lugares del imperio incaico. Los distintos climas y pisos altitudinales varían su temperatura en aproximadamente 20°C (del primero al último) y por ello fueron construidos con la intención de hacer posible la siembra de productos de la costa y selva en climas más fríos y a mayor altura.
Maras
Es reconocido por sus más de 5,000 pozas de extracción de sal, construidas desde antes de los incas, aprovechando un manantial de agua salina y la inclinación de la montaña Qaqawiñay.
De lejos, las pozas parecen estar llenas de nieve. En temporadas de sequía, estos pozos son llenados cada tres días con el agua salada que emana del manantial sobre los pozos, y al evaporarse, la sal se cristaliza y paulatinamente se solidifica.
Este proceso continúa por aproximadamente 30 días, hasta obtener una considerable cantidad de sal sólida, con un grosor de aproximadamente 10 centímetros. Las salineras de Maras constituyen uno de los cuatro lugares en el mundo donde podrá obtener sal de color rosa, considerada muy saludable en comparación a la sal marina.
Yucay
Aunque no está incluido en los habituales tours por el
Valle Sagrado, en este pueblo se puede apreciar el palacio del inca Manco Sayri Túpac Segundo, y fue durante el incanato un gran centro de producción agrícola. Se encuentra a 68 kilómetros al noroeste de la ciudad del Cusco, precisamente en medio del valle.
Belleza natural
Al ser un escenario de exuberante belleza, el
Valle Sagrado de los Incas permite la paciente contemplación del frondoso valle, sus montañas y el venerado
río Vilcanota, así como la práctica de deportes de aventura como el canotaje, el canopy, travesía en bicicleta, entre otros.
Posee también diferentes miradores, como Taray y Pisac, desde los cuales se obtiene una estupenda vista del valle; del mismo modo existen en el valle diferentes montañas nevadas como Chicón, que se caracteriza por ser el que mayor altura en la cordillera de Urubamba.
La mejor forma de conocer la mayor cantidad de atractivos del
Valle Sagrado es seguir alguno de los caminos incas, que se encuentran en buen estado de conservación, acompañados de guías calificados.
(FIN) LZD/MAO