Estos sistemas de alerta no anuncian que ocurrirá un terremoto, pero una vez registrado un movimiento telúrico, nos dicen en cuánto tiempo vamos a ser sacudidos por la onda sísmica, precisó el funcionario. “Cuanto más lejos estemos del epicentro, tendremos más tiempo” para adoptar acciones.
“Pisco está a 250 kilómetros de Lima y como la onda sísmica se propaga a 8 kilómetros por segundo, en el 2007 hubiéramos tenido la señal de alerta alrededor de 40 segundos antes de sentir el movimiento”, explicó Tavera.
En los esfuerzos de prevención y respuesta, contar con esos segundos es muy importante para la población. “Si bien no podemos alertar a la ciudad próxima al epicentro, sí podemos avisar a otras que están alejadas y eso puede salvar muchas vidas”.
Respecto al inicio de operaciones, el titular del IGP anticipó que el simulacro programado para el 30 de mayo de 2021 “ya deberíamos hacerlo con el sistema funcionando, al menos para la región central del Perú, que es la zona más preocupante en el Mapa de Vulnerabilidad Sísmica.
Si un sismo ocurriera a 100 kilómetros del Callao, en el mar, la alerta para Lima llegaría 10 segundos antes del sacudimiento. “El mismo sensor que detecta el evento tiene capacidad de discriminar si el movimiento es fuerte o moderado: si es fuerte, enciende bocinas y emite el sonido de alerta”.
Punto crítico
En el programa “Andina al Día” de la Agencia Andina, Tavera comentó que en México el sistema funciona bien en la parte técnica, pero el problema crítico todavía es el nivel de cultura de prevención que muestra la población.
“Para este proyecto, de acuerdo con el sistema que hemos configurado en primera instancia, tenemos un apoyo de 44 millones de soles: la mitad para la instrumentación y el resto para tareas de educación y capacitación. A finales de 2021, esperamos tenerlo funcionando para toda la costa del Perú”, sentenció.
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(FIN) CCH