Internos de diez pabellones del penal de máxima seguridad Ancón I (ex Piedras Gordas) se juntaron, por primera vez, para practicar actividades deportivas y culturales como parte de su tratamiento penitenciario y rehabilitación.
Esto ocurrió ayer en el marco de la miniolimpiada “Arte y deporte para el cambio”, organizada por las autoridades del penal, a la cual asistió el ingeniero Arturo Woodman, así como personajes reconocidos del fútbol que jugaron un partido de demostración con los reclusos.
El vicepresidente del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), Javier Llaque Moya, manifestó en su discurso que más allá de los beneficios de practicar un deporte, está el respeto a las reglas de juego que permiten alcanzar nuestras metas no solo en la cancha de fulbito, sino también en la vida. “Podemos triunfar respetando la ley, ese es el mensaje que debemos rescatar”.
Arturo Woodman Polit, ex presidente del Instituto Peruano del Deporte, llevó pelotas de fulbito y vóley a los internos y los alentó a llevar una vida de disciplina con la práctica de un deporte.
Figuras como Alfonso “Puchungo” Yáñez, Waldir Sáenz y Miguel “Conejo” Robosio compartieron su talento en el balompié con los reclusos y los goles que fueron celebrados entre aplausos.
El pabellón N° 8, que representó a México, recibió la copa por ocupar el primer lugar en el campeonato de fulbito, luego de vencer por 4 goles a 1 al pabellón N° 9 de Bolivia.
En la disciplina de vóley, campeonó el equipo del pabellón N° 4 por dos sets a su favor versus el pabellón N° 5. Finalmente, en ajedrez ganó el representante del pabellón N° 4 al vencer a su similar del pabellón N° 2.
Previo a los encuentros deportivos, 50 internos presentaron un número artístico con un baile coreográfico que simulaba el movimiento del mar y el nado de un delfin que fue la mascota de la miniolimpiada. Un mural, dibujado por un interno artista del pabellón N° 4, llamó la atención por los matices de color azul y el vivo mensaje que expresaba: la libertad.
Según John Fernández Morales, director de este penal de máxima seguridad, es la primera vez que internos de los 10 pabellones se ponen de acuerdo y se juntan para realizar la actividad deportiva y cultural, con un lapso de dos semanas de eliminatorias.
Fernández destacó el trabajo de los reclusos que armaron un bote de madera para la coreografía en el taller de carpintería que funciona en el penal, y la elaboración de objetos de cerámica con el símbolo del delfín que fueron entregados a los invitados.
El penal Ancón I es de régimen cerrado especial, sin embargo las autoridades del recinto están logrando cambios de conducta que llevan a un estado de convivencia más manejable en esta población compuesta por 2,678 personas.
(FIN) NDP/RRC