Sin necesidad de pagar academias o contratar clases privadas, un total de 50 escolares de un mismo colegio lograron ingresar a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) tras superar con éxito el último examen de admisión, destacándose algunos de ellos al alcanzar los máximos puntajes. Conoce en esta nota sus historias y su particular método de estudio.
Este logro fue protagonizado por tres promociones de quinto año de secundaria del colegio Juan Pablo Peregrino, de Carabayllo, en Lima norte, quienes no solo alcanzaron la ansiada vacante en una de las universidades más prestigiosas del país, sino que obtuvieron puestos destacables entre los más de 28,000 postulantes.
Entre esos alumnos destacados figuran Rafael Ricaldi Taydapan, Valeria Soto Huanca, Eidan Arredondo Ibarra, Jhamil Rondan Martel, Karol Jaque Huayta, Maryorith Garay Pastrana y Jean Fabián Mautino, quienes ocuparon el primer lugar en las carreras de Ingeniería Civil, Ingeniería Metalúrgica, Tecnología Médica en Terapia Ocupacional, Ingeniería Mecánica, Estadística, Ciencias de los Alimentos y Química, respectivamente, en el proceso de admisión 2025-I de la UNMSM.
La rutina del éxito
La historia de Rafael Leonidas Ricaldi Tandaypan es un ejemplo de perseverancia y compromiso. Residente del Cercado de Lima, el joven de 17 años se levanta antes del amanecer para asistir a su colegio en Carabayllo. Su rutina diaria no es sencilla, pero ha aprendido a aprovechar cada momento para cumplir su más grande sueño: ingresar a la Decana de América.
"Por lo general, me despierto a las 5:40 de la mañana para alistarme y a las 6:20 ya estoy tomando mi carro para ir al colegio que queda a una hora de mi casa. He mantenido esta rutina desde sexto grado de primaria”, comentó a la Agencia Andina.
Agregó que tiene un doble horario de estudio que va desde las 7:30 a.m. hasta las 2 p.m. y luego de 3:30 a 6:30 p.m., de lunes a viernes. Los sábados sus clases son normales de 8 a.m. a 2 p.m.
Para Rafael, la motivación de ingresar a San Marcos estuvo siempre presente. La cercanía de la universidad con su casa y el hecho de que su madre también sea sanmarquina jugaron un papel importante en su decisión.
Todo su esfuerzo dio frutos al obtener el primer puesto en la carrera de Ingeniería Civil y el segundo lugar en el cómputo general en el último examen de admisión, con un total de 1683.125 puntos. Este logro, sin embargo, no es casualidad. Ya había postulado anteriormente, ocupando el primer lugar en la misma especialidad.
“Este logro no es solo mío, sino que fue gracias a la cooperación de muchas personas. Doy gracias a Dios, a mis padres, a mis profesores, al colegio, a mis compañeros y a todos los que me han dado el apoyo educativo y emocional que requerí para ingresar”, añadió Rafael, quien sueña en grande y espera algún día participar en grandes proyectos como el Megapuerto de Chancay o, quizás, en una futura estación espacial peruana.
A pesar de seguir un camino diferente al de sus padres, un marino y una abogada, siempre contó con su apoyo incondicional, algo que valora profundamente. Por ello, aconseja a otros jóvenes seguir aquello que realmente les apasiona, sin dejarse influir por las expectativas externas.
Jóvenes talentos
Jean Franco Tayler Fabián Mautino, de 16 años, también tenía claro su camino. Desde su primer año de secundaria en el colegio Juan Pablo Peregrino, encontró en la ciencia una pasión que en el futuro lo llevaría a ocupar el primer puesto en la carrera de Química en San Marcos.
"Me fascinaba cómo mi profesor explicaba la creación de productos, como jabones o la lejía, pero no me conformaba solo con entender el proceso, sino que también quería ponerlo en práctica, es por eso que decidí estudiar química pura”. contó.
A pesar de las largas horas de clase, Jean Franco siempre encontró la manera de balancear su tiempo entre los estudios y el deporte. Los simulacros del colegio y algunos libros adicionales los domingos fueron suficientes para enfrentarse al examen de admisión. Tampoco necesitó de academias o clases privadas.
Luego de conocer los resultados, la alegría en su hogar fue desbordante, con felicitaciones que llegaron incluso desde España, donde su padre lo llamó emocionado. “Tenía cierta confianza de alcanzar una vacante, pero lo que no esperaba era ocupar el primer puesto. Eso sí me sorprendió”.
“Ahora me gustaría terminar la carrera con un buen promedio y obtener una beca para continuar mis estudios en la Universidad de Cambridge, en Inglaterra”, agregó.
El colegio Juan Pablo Peregrino sigue sumando historias de éxito con cada examen de admisión. Este es el caso de Alonso Vergara Malpartida, quien obtuvo el segundo puesto en la carrera de Enfermería, convirtiéndose también en el primer sanmarquino de su familia.
Aunque no siempre tuvo claro qué carrera seguir, a medida que avanzaba en sus estudios, descubrió su interés por la biología y la anatomía. Para él, ser enfermero va más allá del cuidado de la salud física, también incluye un trabajo emocional que no todos los profesionales pueden hacer.
Alonso reconoce que su logro es fruto del esfuerzo familiar, especialmente de sus padres, quienes, pese a las limitaciones económicas, siempre lo apoyaron. “De alguna manera también me agradezco a mí mismo porque sé el esfuerzo que he hecho y todo lo que he sacrificado para poder llegar hasta aquí”.
Estas tres historias de éxito no solo representan el logro de tres jóvenes talentos, sino también el esfuerzo conjunto de un colegio que, a lo largo de los años, ha demostrado un compromiso con la educación y el desarrollo de sus estudiantes. Rafael, Jean Franco y Alonso son el reflejo de la dedicación, el sacrificio y la voluntad de superarse a sí mismos y a las circunstancias.
¿Cómo funciona el método “Peregrino"?
No es la primera vez que promociones del colegio Juan Pablo Peregrino ingresan a las más importantes universidades del país. Desde el 2017, la institución educativa ha logrado el ingreso de aulas completas a la Decana de América, UNI y la Universidad del Callao.
Para alcanzar esta meta, los docentes utilizan el método peregrino, un sistema de educación integral que busca reforzar el alto nivel académico de los estudiantes con diversos talleres que velan por su desarrollo psicológico y emocional.
De acuerdo con Paolo Somocurcio Flores, coordinador del área de matemáticas, gracias a estos talleres, que se implementan a través de la lectura, el deporte y las ciencias, los escolares mejoran poco a poco sus habilidades socioemocionales, lo que les permite enfrentar con mayor facilidad un examen de admisión.
“Desde 1° de secundaria los vamos formando. Les damos los primeros pasos del conocimiento preuniversitario en base a una educación académica integral, además de los diversos talleres que se les brinda como son la semana de la ciencia, inglés y literatura”, afirmó.
Todos los días, previo al inicio de las clases, se lleva a cabo una actividad crucial: la sesión de tutoría, que se desarrolla de 7:20 a 7:50 a.m. En este periodo, se abordan diferentes temas relacionados con la etapa de la adolescencia, tales como la sexualidad, la prevención de la drogadicción, el bullying y la construcción de la autoestima, entre otros aspectos que contribuyen al fortalecimiento de los valores y la formación integral.
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(FIN) SQH/RRC