El sedentarismo, la mala alimentación y la ingesta excesiva de sal están provocando que más niños y adolescentes sean diagnosticados de
en las consultas del Instituto Nacional de Salud del Niño, de Breña.
Esta enfermedad crónica, conocida como "enemiga silenciosa" porque no presenta síntomas, se caracteriza por la elevación de los niveles de presión arterial o la presión que el corazón ejerce sobre las arterias, lo que aumenta en riesgo cardiovascular.
La doctora Silvia Alegre, jefa del servicio de Cardiología del
citado instituto del Ministerio de Salud (Minsa), recomendó chequeos pediátricos en forma periódica a niños y adolescentes, y en especial a quienes presentan factores de riesgo, como problemas renales, obesidad, hijos prematuros e hijos de madres con enfermedades crónicas como diabetes y lupus.
"Mayormente no se detecta a tiempo y es aquí cuando puede producir insuficiencia cardíaca, accidentes cerebrovasculares o infarto agudo de miocardio, como patologías más frecuentes", refirió.
Alegre recomendó a los padres realizar tamizajes a los 3 años, entre los 7 y 9 años y a los 15. “Son etapas importantes de la vida de los niños que deben ser controladas”, indicó.
La experta comentó que conforme avanzan los años aparecen más pacientes jóvenes, incluso niños, que llegan a consulta con hipertensión arterial y compromiso de órganos como renales, oftalmológicos, neurológicos, entre otros.
Por ello pidió a quienes tienen antecedentes familiares mantener un estilo de vida saludable y realizar una rutina diaria de actividades físicas para retrasar la aparición de la enfermedad.
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(FIN) NDP/RRC