"Llevo catorce días de cuarentena aquí en un hotel de Lima, pero muy pronto veré a mi familia y espero también volver a trabajar", expresó el ciudadano peruano José Moquillaza Risco, quien se encontraba varado en México y fue repatriado al país en un vuelo humanitario.
Moquillaza Risco partió con destino a México con el objetivo de participar en una asamblea en la ciudad de Oaxaca de Juárez. Sin embargo, el cierre de las fronteras en Perú, ante el avance del coronavirus covid-19, que empezó a regir desde el martes 17 de marzo, complicó su retorno a territorio nacional.
"Los vuelos se cancelaron y pasé a condición de varado allá en México; no obstante, desde el primer día me contacté con la embajada de Perú y me registré en su página web", contó a la
Agencia Andina.
El peruano señaló que tuvo que partir a Ciudad de México debido a que la localidad de Oaxaca de Juárez, ubicada al centro de ese país, comenzó a apagarse el jueves 19 de marzo con el cierre de muchas entidades y hoteles.
"Viajé por tierra a Ciudad de México y al día siguiente me acerqué al consulado peruano, donde el embajador de Perú, Julio Garro, y la cónsul general, Gloria Olivares, me concedieron amablemente alojamiento y alimentación".
José Moquillaza, quien es productor pisquero, pasó, posteriormente, a alojarse en un hotel asignado por el Consulado de Perú en México junto a un grupo de compatriotas de todas las edades, en su mayoría jóvenes inquietos y algo nerviosos.
"Los días pasaron y las declaraciones del presidente Martín Vizcarra, quien brindó confianza a los peruanos en el extranjero, fue importante. Todos seguíamos la cuenta de Facebook del Consulado; claro, estaban desbordados de trabajo porque tenían 1,500 varados al inicio, pero en situaciones críticas la comunicación diaria fue clave", recordó.
No obstante ello, la angustia se apoderaba de los peruanos en México porque el presidente de esa nación, Andrés López Obrador, protegía más la economía que la salud pública.
"En paralelo, vuelos mexicanos habían salido hacia Lima solo con el 15 % de su capacidad llevando peruanos y retornando al 100 % con mexicanos a CDMX; alguna razón habría pero sin una explicación se generó miedo, inseguridad y quejas; hubo que dialogar mucho para centrarse en lo fáctico", agregó.
Reveló que la situación mejoró al reunirse con la cónsul de Perú. "Todas las dudas fueron despejadas y la comunicación directa lo arregló todo. Pudimos volver a Perú en un vuelo lleno con 130 pasajeros y con el respaldo del embajador y su equipo, que estuvieron en el aeropuerto internacional Benito Juárez de Ciudad de México".
Con la serenidad que dan los años, la madurez de varias crisis vividas y sin haber gastado un solo dólar en alojamiento y alimentación, el ciudadano peruano mencionó algunas lecciones aprendidas:
- Las crisis se enfrentan con liderazgo y comunicación, que generan confianza. Perú lo tuvo desde el primer día y si bien la pelea es larga somos ya un país unido contra el covid-19. Las fallas se corrigen.
- Por años ha existido el mito de que el servicio diplomático gira alrededor de cócteles: mito derribado, los he visto trabajar muy duro todos los días, a toda hora y en condiciones adversas; el trabajo consular debe ser revalorado.
- Por décadas se ha justificado el no pagar impuestos porque el Estado malgasta los recursos: segundo mito derribado, la forma más eficaz y noble de devolver estos recursos a la sociedad es atendiendo las crisis sanitarias y económicas. Perú lo viene haciendo.
Por último dijo que sentía haber dado mucho al país con su trabajo por el pisco, pero hoy por hoy siente que Perú le ha devuelto mucho de su esfuerzo cuando más lo ha necesitado.
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(FIN) JAM
GRM
Publicado: 15/4/2020