La producción del aceite esencial de eucalipto o eucaliptol para aliviar los síntomas del covid-19 está en su fase final y una vez envasado será distribuido gratis por el municipio provincial de Huamanga entre los servidores públicos más expuestos al contagio de esta enfermedad.
El ingeniero químico Alfredo Arias Jara, uno de los responsables del Laboratorio de Transferencia de Masa de la Escuela Profesional de Ingeniería Química de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga, que cedió en préstamo los destiladores para la producción del eucaliptol, informó a la Agencia Andina que el aceite esencial generado en una primera etapa se envasará en 400 frascos.
La maquinaria utilizada está hecha de acero y consta de un tanque o caldero que genera vapor de agua, el cual es trasladado mediante una tubería hasta otro tanque en el que se encuentra con una cantidad almacenada de hojas de eucalipto, del cual extrae el aceite esencial y se forma un vapor mixto.
Dicho vapor viaja nuevamente por otra tubería hasta llegar a un condensador que convierte el vapor en líquido y este llega a un recipiente llamado “pera de decantación”, que separa el aceite esencial de otro líquido llamado hidrolato. El aceite esencial de eucalipto, llamado también 1.8-cineol o 1.8-epoxi-p-mentano es 100% orgánico.
Para producir medio litro de aceite esencial concentrado se requiere aproximadamente 10 kilos de hojas de eucalipto. Esta materia prima es obtenida de la comunidad campesina de Pampa Cangallo, ubicada en la provincia de Cangallo y a una distancia de casi 70 kilómetros al sur de la ciudad de Huamanga. La producción está a cargo de la empresa Terpens, dirigida por Nelson Ccanto Llantoy e integrada por Jonatan Vladimir Fuentes Auccasio y William Barzola Quispe, todos ellos estudiantes de la Escuela Profesional de Ingeniería Química de la UNSCH.
Si bien el eucalipto es una especie vegetal importada, se adaptó muy bien a la geografía de la sierra peruana, por lo que es frecuente encontrarla en casi todos los departamentos. Lo interesante de esta producción de eucaliptol es que no se necesita talar los árboles dado que solo requieren las hojas o follaje para producir el aceite esencial.
Arias Jara refiere que el eucalipto viene siendo utilizado por la industria farmacéutica y cosmética desde hace muchos años, pero en esta coyuntura de pandemia por el covid-19 cobra una especial importancia por la posibilidad de aprovechar sus bondades germicidas y para aliviar los síntomas del coronavirus.
Según investigaciones, el aceite esencial de eucalipto es un producto usado en tratamientos para combatir la tos, el asma, la bronquitis y otras afecciones de las vías respiratorias producidas por el virus de la influenza y están comprobadas sus características antibacteriana y fungicida.
Para aprovechar mejor sus efectos, se recomienda aplicar unas gotas del aceite esencial en un recipiente con agua que acaba de hervir y proceder a inhalar los vapores generados. Se trata de una nebulización casera con comprobados efectos positivos para la salud, anotó. También puede incorporarse unas gotas del eucaliptol en un frasco de alcohol para utilizarlo como espray antibacterial.
Además del eucalipto, existen otras especies vegetales como el ciprés, la muña, el molle, entre otros que ostentas propiedades medicinales que pueden explorarse para tratamientos a diversas enfermedades y mejorar la calidad de vida de la población, enfatizó.
Proyectos
El ingeniero Alfredo Arias, quien es actualmente decano y profesor principal de la Escuela Académico Profesional de Ingeniería Química, una de las tres escuelas que conforman la Facultad de Química y Metalurgia, sostiene que esta iniciativa puede ser replicada en otras partes del país y afirmó que los profesionales de dicha especialidad están en condiciones para brindar asesoría en la implementación de las plantas de producción.
En ese sentido, consideró que es fundamental la articulación de esfuerzos entre las universidades, el Ejecutivo en sus tres niveles de gobierno, la empresa privada y la sociedad civil para encontrar soluciones conjuntas a desafíos como el que impone la pandemia del covid-19.
Mientras la Escuela Profesional de Ingeniería Química se alista para recibir la acreditación del Sineace, viene diseñando el dictado de clases a distancia, teniendo en cuenta que esta carrera profesional es netamente aplicada, es decir, que requiere estar en contacto con los equipos de trabajo. “Es un reto en estas circunstancias de aislamiento social obligatorio pero tenemos que adaptarnos a esta realidad para preservar la vida humana”, finalizó.
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