La Navidad es un momento adecuado para cerrar viejas heridas y liberarse de un gran peso emocional. Aprenda a pedir perdón con los consejos que brindamos a continuación y no olvide estar atento a los síntomas de la depresión, que algunas veces se disparan en estas fiestas.
En las películas dedicadas a estas fechas, lo usual es ver a familiares que hacen lo imposible para llegar a la Nochebuena y abrazarse con sus seres queridos. Otras cintas muestran que es el mejor momento para perdonarse. Pero, ¿es un acto sencillo?, ¿basta con un abrazo protocolar solo porque es
Navidad?
Quien pide perdón se liberará de una carga pesada y abrirá la posibilidad de retomar una relación dañada o cerrar definitivamente el círculo que lo unía a ciertas personas. “Para pedir perdón se requiere, primero, reconocer que se dañó a una o varias personas”, dice la psiquiatra Vanessa Herrera, del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado-Hideyo Noguchi”.
El complejo perdón
Advierte que el perdón “no es un acto meramente mecánico”, porque implicará “todas nuestras funciones emocionales: compromiso, voluntad, una autoevaluación emocional. Es un acto complejo de reflexión porque es difícil aceptar los errores que cometemos”.
“Tenemos culpas, pero también cargamos mucha cólera con nuestra pareja, nuestros padres e hijos. Este peso emocional nos genera dolor, tristeza. Si logramos perdonar o pedir perdón tendremos serenidad y paz”, dice la especialista.
Escriba: “discúlpame”
Para quienes deben una disculpa a alguien y no saben cómo hacerlo por diferentes motivos (ha pasado mucho tiempo, quien los ofendió ya falleció o, simplemente, les avergüenza hacerlo), Herrera les ofrece algunas pautas que facilitarán este proceso.
Lo primero, debe estar convencido de que es su mejor decisión y que solo traerá aspectos positivos para todos los involucrados. Haga una lista de las personas a quienes ha ofendido y al lado de cada nombre, escriba la circunstancia o situación que afectó la relación que tenían.
Busque una hoja o papel bonito para escribir lo que piensan decirle a esa persona. No tema: llorar al recordar lo pasado es parte del proceso. “Sin embargo, este acto simbólico, que implica una serie de actos emocionales, al final será altamente relajante”, asegura Herrera. Escribir esa carta puede tardar más de un día, lo importante es que la empiece y la termine.
Luego espere el momento apropiado para entregarla o leerla ante la persona elegida. Si ya no está en contacto con ella, puede enterrar su carta en un lugar especial o colocarla en un lugar significativo.
Es necesario que escuche activamente a la otra persona si ella desea comentar algo al respecto. En el caso de una persona fallecida, puede hacer el mismo proceso y al final escribir otra donde detalle cómo le hubiera gustado que la relación sea después de perdonarse.
Es fundamental estar preparado ante la posibilidad de que la persona a quien hemos pedido perdón, no quiera recibirlo. O que la relación que alguna vez los unió, no se restablezca. Puede pasar. Sin embargo, recuerda la psiquiatra, debe disfrutar la sensación de alivio por haber hecho lo correcto y cerrar un ciclo de dolor o resentimiento que nos unía a ciertas personas que herimos alguna vez.
Volver a empezar
La doctora Herrera indicó que lamentablemente hay cosas irreparables, aunque se pida perdón. Si bien podemos tratar de resarcir con actos el daño causado, la especialista destaca que es mejor ser explícito y verbalizar nuestro deseo de ser perdonados. “Son palabras mágicas: ‘Lo lamento’, ‘disculpa’ o ‘perdón’. Son esenciales para aligerar el peso que llevamos dentro”.
Recuerda que para algunas personas será más difícil perdonar, como aquellas que han sufrido violencia o agresiones sexuales. “Lo cierto es que podemos perdonar y hay que buscar hacerlo. Es importante también aprender a no culparnos por los errores que hemos cometido. Somos seres humanos. Y en el caso de personas que han sido víctimas de hechos muy dolorosos, como una violación, alejar la idea de haberlo provocado, porque no fue así. La idea es perdonar y comenzar una y otra vez”.
Cuidado con la depresión
La pérdida de un ser querido o que le echen a uno del trabajo, son algunas de las pocas razones por las que hay personas tristes durante la Navidad. Si no es su caso y, sin embargo, tiene una tristeza muy honda que dura varios días, podría tratarse de una depresión, enfermedad que puede iniciar o intensificarse en Navidad y Año Nuevo.
Para el doctor Guillermo Ladd, director ejecutivo de la Dirección de Adultos y Adultos Mayores del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi, en esta época del año hay una presión social por estar juntos y en armonía. “Y cuando no se ha trabajado en ello, puede existir mucha presión para alguien que ya tiene una enfermedad mental, pudiendo desarrollar una depresión”.
Hay síntomas cardinales que nos pueden poner en alerta: Una tristeza permanente en la persona, patológica, que no cambia ni con situaciones buenas. En el caso de los niños se vuelven irritables, tienen pesadillas, no rinden en el colegio, hay retroceso en las edades. Incluso, vuelven a orinarse en la cama.
Otro síntoma es la falta de disfrute de la vida, ni lo que antes le gustaba. Es fundamental que estos síntomas estén presentes como mínimo dos semanas seguidas. Que uno esté triste un día o dos no es depresión.
La enfermedad de la depresión está asociada a una serie de síntomas que afectan la salud mental y física como cambios en la alimentación (se pierde el apetito o se come mucho); alteraciones en los niveles de sueño (se duerme poco o demasiado); problemas de concentración, de estima personal, aparece el sentimiento de culpa y, en algunos, aparecen ideas suicidas.
Ladd lamenta que, al no verse, la depresión pase muchas veces desapercibida, permitiendo que se agudice. “Uno nace con genes para la depresión, pero no todas las personas van a desarrollarla, a menos que esté enfrentando una situación muy dura y compleja”.
Para el psiquiatra, algunos aspectos de las próximas celebraciones podrían predisponer o disparar los síntomas de la enfermedad, como el exceso de comida y de alcohol.
Si bien el número de suicidios asociados a depresión disminuyen en Navidad, se incrementan después de Año Nuevo, “cuando, en apariencia, se inicia un nuevo ciclo vital y se hace un balance inadecuado de la vida”.
Un factor crucial es la falta de esperanza, condición que se aprende a edades muy tempranas. Cualquiera sea la razón que motive un caso de depresión es importante recordar que esta enfermedad tiene tratamiento y cuanto antes se atienda su pronóstico de recuperación será mucho mejor.
Cena sin riesgos
La cena navideña es el momento más importante de la Nochebuena y, por ello, Indecopi recomienda: 1) Compre alimentos envasados o preparados debidamente rotulados (etiquetados) con datos como el nombre del producto, ingredientes y aditivos empleados, registro sanitario, fecha de vencimiento, etcétera.
No acepte panetones que contengan bromato de potasio ya que esta sustancia está prohibida. Recuerde que el peso del pavo es 8% menos cuando está congelado. No compre alimentos envasados o de envoltorios abollados, chancados, oxidados o deteriorados. Una verdadera tableta de chocolate de taza debe contener más de 35% de cacao.
Más en Andina:
(FIN) KGR
Publicado: 24/12/2018