Andina

Psicólogo explica qué se esconde detrás de los maltratadores de animales

Crueldad animal puede estar relacionada con algunas patologías mentales, como el trastorno disocial

Una de las características principales del maltratador de animales es la falta de empatía, dado que no ponerse en el lugar de un animal dependiente, vulnerable e incapaz de defenderse. Foto: ANDINA/Difusión

17:18 | Lima, ago. 5.

La noticia de una perrita enterrada viva en San Juan de Lurigancho (SJL) ha conmovido a muchas personas, más aún teniendo en cuenta que se encontraba preñada. Felizmente la mascota fue rescatada con vida, pero ¿qué habría pasado por la cabeza de quienes la agredieron de esa manera?

"Miedosa", así es llamada la perrita, fue enterrada por su propia dueña, en cuya casa además había otras siete mascotas en estado de desnurtrición, según indicaron los vecinos.


De acuerdo con el psicólogo Manuel Saravia Oliver, director del Instituto Guestalt de Lima (IGL), una de las características principales del maltratador de animales es la falta de empatía, dado que no se pone en el lugar de un animal dependiente, vulnerable e incapaz de defenderse.

Son personas que no experimentan ningún tipo de remordimiento o sentimiento de culpa por el dolor que pueden generarle al animal. Son personas bastante insensibles al sufrimiento ajeno”, comentó a la Agencia Andina.

Los maltratadores de animales también pueden ser personas con problemas para manejar situaciones de estrés o incapaces de controlar sus emociones, por lo que terminan proyectando su frustración por problemas académicos, económicos o sentimentales en sus mascotas.

Otra de las posibles motivaciones detrás de esta agresividad es la necesidad de poder y control de sujetos socialmente débiles, por lo que desean mostrarse grandes y fuertes frente a otro ser vivo “inferior a ellos”, atacándolos físicamente o verbalmente.



¿Trastorno mental?


Saravia señaló que estas torturas esconden muchas veces una razón más profunda y oscura, como el placer o la diversión, lo cual puede ser síntoma de una personalidad disocial o la psicopatía primaria.

Precisó que las personas con trastorno disocial son impulsivas, egoístas e insensibles a los sentimientos de los otros; también mienten, manipulan y pueden romper las leyes sin sentirse culpables. En ese sentido, resaltó que, de no ser tratados profesionalmente de manera oportuna, puede generar que esa violencia también sea dirigida contra los seres humanos.

“Algunos estudios sobre el maltrato físico y la salud mental indican que aquellas personas que realizaron actos de crueldad animal en el pasado son cinco veces más propensas a cometer violencia intrafamiliar en el futuro, agregó.


La normalización del maltrato animal


Según el especialista, existen dos tipos de maltrato animal. El primero es la violencia física directa, como patear, dar latigazos o asfixiar; mientras que, la segunda se relaciona al abandono, como no darle de comer o beber, dejarlo en la calle o en un balcón encadenado durante largas horas y expuesto al sol, no cuidar de su salud ni su higiene.

Sin embargo, dijo Saravia, se debería agregar un tercer tipo de maltrato, el cual se normaliza desde el hogar y bajo la supervisión de los padres.

Por ejemplo, si un niño lastima a su cachorro, jala sus orejas, mete el dedo al ojo o lo sujeta con demasiada fuerza, para luego tirarlo como si fuera un juguete, “son actitudes que los padres, de manera pasiva, consienten y permiten, provocando que el menor normalice el maltrato contra otro ser vivo que no tiene ninguna posibilidad de defenderse”.


Además de la falta de una educación adecuada, otra de las razones por la que los niños o adolescentes pueden llegar a maltratar a los animales es cuando han sido víctimas o testigos de abuso físico, por lo que, de adultos, repiten estos actos de violencia contra seres más pequeños y débiles que ellos.

Si un niño no tiene la sensibilidad para cuidar, para darle afecto a su mascota, y lejos de eso, más bien, de repente, siente placer de ver sufrir a otro, podría tener serios problemas en el futuro dentro de sus relaciones sociales”, anotó.

Según algunas investigaciones de criminólogos y psicólogos, los delincuentes de carácter violento y agresivo, como los asesinos en serie, en su mayoría, iniciaron sus actos de violencia con animales desde temprana edad.


Por ejemplo, el reconocido sicario juvenil Alexander Manuel Pérez Gutiérrez, más conocido como “Gringasho”, empezó su accionar delictivo a los 12 años en la organización criminal “Los Malditos de Río Seco", donde practicaba su puntería matando perros callejeros.

Si bien no todos los individuos que maltratan animales necesariamente maltratarán a otras personas o acabarán siendo asesinos, lo cierto es que la mayoría de los casos de personas que lastiman a otras con violencia, tienen en su pasado actos de crueldad con animales”, sostuvo Saravia.

Para prevenir estos actos de violencia, apuntó, se debe identificar las conductas de los niños frente a los animales; en los colegios debe enseñarse que, al igual que nosotros, las mascotas sienten dolor, y lo más importante, respetar las leyes que protegen a los animales.

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(FIN) SQH/RRC

Publicado: 5/8/2024