Las picanterías arequipeñas, auténticos santuarios del sabor y del saber porque atesoran tradiciones heredadas que son traídas al presente transformadas en suculentos potajes, cautivaron a exigentes comensales en la ciudad de Madrid, España, durante un evento auspiciado por el Instituto Cervantes.
La actividad “La lengua y la picantería” contó con el apoyo del Centro Cultural Inca Garcilaso del Ministerio de Relaciones Exteriores y la Embajada del Perú en España, publicó la representación oficial peruana en su cuenta de Facebook.
Tras las palabras de la secretaria general del
Instituto Cervantes, Carmen Noguera, y del secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española, Francisco Javier Pérez, se dio paso a un conversatorio sobre el papel emblemático de las picanterías, declaradas patrimonio cultural del Perú, por su aportación de un vocabulario proveniente de lenguas originarias de América al español.
El diálogo fue entre el poeta peruano Alonso Ruiz Rosas, coordinador nacional del IX Congreso Internacional de la Lengua (CILE) —que se celebrará en Arequipa en marzo del 2023—, junto con tres destacadas picanterías arequipeñas: La Maruja (de Maruja Ramos de Aguilar), La Nueva Palomino (de Mónica Huerta Alpaca) y Laurita Cau-Cau (de Beatriz Villanueva Salas).
El conversatorio, que se desarrolló el pasado lunes 23 de mayo, permitió a los invitados conocer las características de la rica y variada tradición culinaria de las picanterías arequipeñas, que entrelaza antiguos saberes y productos prehispánicos y coloniales.
Los ponentes coincidieron en que su preservación hasta la actualidad se atribuye al rol fundamental de la mujer en la dirección de estos locales, así como en la transmisión y vigencia de los saberes culinarios tradicionales.
En esa línea, recorrieron el amplio vocabulario particular que conservan estos espacios culinarios, compuesto de palabras de origen quechua, aimara y, en menor medida, otras lenguas nativas, cuyas voces forman parte del lenguaje “loncco” o chacarero del entorno rural.
Los invitados degustaron preparaciones tradicionales de la cocina de Arequipa: ocopa de camarón y de huevos; escribano de camarón; escabeche de gallina; soltero de queso; zarza de senca y de choros; torrejas de quinua, de verdura y de coliflor con camarón, y chuñopasa con queso. Como postre, un delicioso queso helado de papaya arequipeña.
Uno de los productos que se espera obtener en el IX Congreso Internacional de la Lengua es el Diccionario panhispánico de gastronomía, en el cual, con seguridad, Perú tendrá un papel significativo y al que las picanterías arequipeñas aportarán su particular léxico.