El docente con inteligencia emocional tiene más posibilidades de despertar el gusto por aprender entre sus alumnos, a la par de crear el ambiente ideal para lograrlo, razón por la cual entrenar esta destreza se ha vuelto fundamental para el éxito en las aulas.
“Ahora se requiere un perfil de ciudadano diferente, con
empatía, asertividad, que sea más tolerante, más creativo, que resuelva problemas, que cuide el medio ambiente, se preocupe por el prójimo, respete las ideas diferentes. Eso no tiene que ver tanto con contenidos específicos, sino con cómo hacemos las cosas y reaccionamos ante las cosas” y en ese proceso el docente es una pieza clave.
¿Cómo quieres vivir tu vida?
La inteligencia emocional, dijo, es una habilidad que todos deberíamos desarrollar, y con mayor ahínco los docentes, quienes trabajan con una gran cantidad de niños y jóvenes atentos a sus formas y contenidos.
“Los docentes están sometidos a grandes dosis de agotamiento, experimentan una sensación de poca valoración como profesionales, trabajan con muchos niños, tienen horarios extensos y deben relacionarse con alumnos de diferentes entornos, no todos positivos. Es un reto grande, pero
la docencia es una carrera de servicio, retadora”, detalló Jimenez, quien además de coach es también maestra.
Para la experta, el entrenamiento en inteligencia emocional debe partir con la pregunta ¿Cómo quieres vivir tu vida? ¿qué tipo de docente quieres ser? ¿hasta dónde puedes llegar con tus alumnos?
“Mientras nos conozcamos más y aprendamos a regular nuestras emociones, podremos tener una perspectiva diferente de la vida. Si hago las cosas diferentes, también serviré de modelo para los pequeños dentro del aula. Todos aprendemos el cómo hacer las cosas a través del ejemplo, por eso es fundamental gestionar mejor nuestras emociones”.
Rosario Jiménez ofreció los siguientes consejos para aquellos docentes interesados en desarrollar su inteligencia emocional.
1 Conciencia emocional. “El primer paso es hacer una pausa y mirar ¿dónde estás tú? ¿Quién eres? ¿Cuáles son tus valores más importantes? ¿Qué es para ti la felicidad? Uno piensa que lo sabe, pero a la hora de aterrizarlo no lo sabe. Si no se tiene claro a qué le das valor ¿cómo podríamos tomar decisiones importantes en la vida? ¿Bajo qué criterios?”, señaló. Para la experta no se trata de hacer cosas complicadas o estar corriendo a todos lados, sino de poder sentarse un momento, hacer una pausa, para saber a dónde estamos y hacia dónde vamos. Es fundamental conocerse personalmente.
2 Aprender a observarte: Invitó a los maestros a analizar las reacciones que tienen y descubrir qué los pone de mal humor, qué los agota, encontrar la verdadera causa. “Si llego a junio y estoy alocada. Llegan los niños y pierdo la paciencia al primer minuto tengo que descubrir lo que me genera
estrés, mal humor”. Una vez que se sepa cuál es el origen del cansancio o molestia, recomendó evaluar qué es lo que no está funcionando y ver qué se puede hacer. “Y allí nuestro cerebro nos juega unas pasadas, porque no nos gusta cambiar, pero ante la idea de que no se puede, hay que persistir una y otra vez”.
3 Metas cortas y muy claras. Para Rosario Jimenez solo cuando se sabes quién es uno es posible sabe a dónde se quiere llegar. “A partir de que sabes cual es tu meta grande, dices cómo empiezo, qué pasos debo dar, cómo lo voy a medir. Y haces un plan de acción, como si fuera de Plan Anual de Trabajo o tu programación mensual, porque eso te ayuda a hacer un seguimiento”. Es muy distinto decir quiero bajar mi estrés a decir, si cada día me molesto 10 veces, voy a reducirlo a la mitad a partir de hoy. Igual pasa con el descanso. Hay que trazarse cosas que uno pueda manejar, por eso es tan importante saber dónde estás.
4 Mantener la motivación. La experta recomendó tener aliados. “Puede ser familia, tu pareja, tu hijo, tu hermano. O también podrías tener personas que son modelo que seguir, a quienes decirle que te gustaría que te acompañen en algunas cosas que quieres cambiar”. Esto es fundamental, indicó, porque el cambio no es fácil. “Van a tropezarse mucho y por eso se necesita de alguien que te diga vuelve a levantarte, yo te ayudo”.
5 Tenerse mucha paciencia. “Hay que encontrar el para qué quiero hacer lo que estoy haciendo. ¿Para qué quiero ser más paciente? ¿Para qué necesito tener nuevas metodologías?” Dijo que, si ese para qué está sustentado en algo importante,
la motivación será otra, porque solo cuando se encuentra sentido a los cambios es más fácil hacer lo que te propones, no desanimarte con el paso de los días y si pasara algún problema, volver a intentarlo.
La experta indicó que, si bien es necesario que las instituciones se preocupen por la salud emocional de sus trabajadores o colaboradores, “es fundamental que uno mismo se preocupe por su propio bienestar, por estar mejor con uno mismo, con los demás y no esperar que alguien venga con la solución a nuestros problemas”.
Mayores detalles del taller dictado por Jimenez se encuentra en el portal de
Educared, página dedicada a los docentes, donde se podrá encontrar material, videos y otros temas que podrían serles de ayuda.
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(FIN) KGR/RRC