El expresidente peruano Alberto Fujimori evoluciona de forma satisfactoria, pero aún no será dado de alta tras sufrir una severa deshidratación que obligó a su hospitalización el sábado, anunció el domingo su médico personal Alejandro Aguinaga.
"Evoluciona de manera adecuada, todavía no estamos dentro de lo que consideramos satisfactoria", dijo a periodistas Aguinaga al retirarse de la clínica peruano-japonesa Centenario, en Lima, donde está internado Fujimori, de 79 años.
El médico precisó que el patriarca del clan Fujimori seguirá hospitalizado hasta que se estabilice por completo y se completen una serie de pruebas sanguíneas.
El expresidente está "en reposo absoluto" y recibe suero para recuperarse de las diarreas y vómitos que lo afectaron el sábado en su vivienda. Ese cuadro hizo temer una complicación cardíaca ya que además presentó taquicardia, por lo que se decidió hospitalizarlo, según el médico.
El malestar de Fujimori coincide con el público enfrentamiento entre sus hijos Keiko y Kenji, por la herencia del fujimorismo, primera fuerza política del Perú.
Kenji Fujimori, hijo menor del expresidente y parlamentario, renunció esta semana en protesta por las revelaciones de que el partido Fuerza Popular, que dirige su hermana Keiko, habría recibido 1,2 millones de dólares de la brasileña Odebretch para financiar su campaña electoral.
Los problemas judiciales también acechan a Alberto Fujimori. Una corte peruana decidió procesarlo el 20 de febrero por la matanza de seis campesinos durante su gobierno, descartando acatar la gracia presidencial de Kuczynki que lo exoneraba de ese proceso conocido como Pativilca.
Fujimori, de origen japonés, gobernó Perú de 1990 a 2000 y mantiene una importante popularidad en su país donde se le considera como "el presidente que derrotó al terrorismo".
El expresidente cumplió 12 años de prisión hasta diciembre pasado por una condena de 25 años por delitos de corrupción y violación de derechos humanos.
(FIN) AFP/FHG/CVC
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Publicado: 4/3/2018