La mayor inversión de la actividad minera contribuye a reducir la pobreza en las regiones, como está demostrado en el caso de la región Arequipa, señala el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
“Las regiones que registraron una mayor tasa de crecimiento promedio de la inversión minera entre 2013 y 2017 reportan una menor tasa de pobreza en 2017”, indica el MEF en el documento Informe de actualización de proyecciones macroeconómicas 2018-2021.
Refiere que la reducción de la pobreza está explicada por diversos factores:
(i) El ingreso por canon minero dentro de sus partidas presupuestales, lo cual deriva en mayores recursos para la ejecución de obras públicas;
(ii) La inversión social generada dentro de la región, lo que trae consigo más y mejores bienes y servicios para la población; y
(iii) La generación de empleos directos e indirectos, lo cual resulta en mayores ingresos para las familias.
En esta línea, el MEF refiere que la divergencia en el desarrollo de las regiones se explica principalmente por el aprovechamiento de los activos físicos, naturales o humanos, es decir, por la capacidad de gestión de los mismos, así como el desarrollo de políticas públicas beneficiosas.
“En este contexto, aunque Arequipa y Cajamarca (casos de estudio en Morel & Otros) posean dotaciones iniciales similares registraron tendencias divergentes de crecimiento y reducción de la tasa de pobreza”, precisa.
En particular, entre 2004 y 2009, el incremento en el ingreso promedio real per cápita fue mayor en Arequipa que en Cajamarca (137 soles versus 77 soles), lo cual derivó en una reducción de más de un tercio de la población pobre en Arequipa (de 34% a 21%), y solo una disminución de un décimo de la población pobre en Cajamarca (de 66% a 56%).
“De esta manera, en los últimos cinco años Arequipa continuó presentado mejores indicadores económicos en comparación con Cajamarca”, enfatiza el MEF
Asimismo, explica que, en Arequipa, donde se construyó el proyecto de Ampliación de Cerro Verde, se observa que registró tasas más altas de producción,
inversión minera, inversión pública y empleo formal urbano que en la región de Cajamarca, en la que los conflictos sociales impidieron el desarrollo de nuevos proyectos mineros (como Conga).
“Considerando tales regiones, se observa que el mejor desempeño económico se traduce en una menor tasa de pobreza. Así, la tasa de pobreza en 2017 en Arequipa alcanza 8.1%; mientras que en Cajamarca es de 47.5%”, destaca el MEF.
Situación actual
Esto implica que el gasto per cápita mensual de casi 7 millones de personas se encontró por debajo de 338 soles mensuales, cuyo monto corresponde a la canasta básica de consumo del 2017.
Este incremento de la pobreza afectó principalmente a la zona rural, cuya tasa de pobreza es tres veces mayor a la urbana (44.4% versus 15.1%). No obstante, cabe resaltar que no hubo variación de la población que se encontraba en extrema pobreza respecto a 2016 (3.8%).
Refiere que la incidencia de pobreza está asociada a dos componentes principales (i) el crecimiento económico y (ii) los programas sociales focalizados.
Crecimiento económico e inversión pública
El MEF indica que el mayor crecimiento del PBI permite una mejora en el ingreso de las familias debido a la generación de puestos de trabajo, principalmente en los sectores más intensivos en mano de obra.
Asimismo, se genera una mayor provisión de bienes y servicios para la población. Según INEI, entre 2012 y 2017, el 64.0% de los cambios en la pobreza son atribuibles al crecimiento económico.
Dentro del canal de crecimiento económico, destaca la inversión pública como principal herramienta del gobierno para la activación del círculo virtuoso inversión – empleo – consumo.
Así, una
inversión pública focalizada en las regiones con mayores tasas de pobreza promueve su desarrollo en el corto y largo plazo.
En el corto plazo, la inversión pública se caracteriza por la creación de nuevos puestos de trabajo (i) directos, a través de la ejecución de obras públicas; e (ii) indirectos, por su complementariedad con la inversión privada.
“Ello se vería reflejado en el impulso de diversos sectores transables como comercio y servicios, y no transables como construcción”, enfatiza el MEF.
En el largo plazo, la provisión de obras y servicios básicos de utilidad pública mejora el bienestar de la población, por ejemplo, la construcción de carreteras permite una mayor conectividad entre mercados y reduce los costos de transacción.
Importancia del canon
EL MEF, resalta que, la inversión pública en los gobiernos locales ha sido sostenida por los ingresos generados por canon minero.
“En particular, en los últimos cinco años, más del 50.0% de la inversión pública en dichos gobiernos se debe al ingreso proveniente del canon”, enfatiza.
Programas sociales
De otro lado, destaca la importancia de los programas sociales tienen como objetivo atender un problema social como pobreza, ausencia de seguro de salud, baja asistencia escolar, entre otros.
Estos suelen tener tres características:
(i) Son focalizados, en tanto atienden a una población objetivo;
(ii) Tienen un instrumento o beneficio definido, se ofrece un bien, servicio o dinero; y
(iii) Se implementa con un criterio definido, progresivo o masivo.
Además, se pueden identificar distintos tipos de programas sociales. Por un lado, aquellos que generan beneficios individuales o grupales. Entre los primeros se encuentran, por ejemplo, programas como Juntos, Pensión 65, Beca 18, SIS, Bono Gas, etc. Por otro lado, se identifican programas condicionados como Juntos.
De otra parte, están aquellos que proveen beneficios colectivos como la entrega de infraestructura social básica. De esta manera, según la INEI, los cambios en la pobreza, entre 2012 y 2017, se deben en 36.0% a las políticas sociales redistributivas de lucha contra la pobreza.
Así, las transferencias públicas han permitido reducir la pobreza nacional en 3.2 puntos porcentuales y, particularmente, la pobreza rural en 5.2 puntos porcentuales.
Tendencia hacia el 2021
Finalmente, el MEF señala que tanto el impulso del crecimiento económico como la cobertura de los programas sociales contribuyen al alivio y reducción de la incidencia de la pobreza.
En este contexto, la lucha contra la pobreza coadyuvará a la reducción de la desnutrición crónica infantil (DCI) y la anemia que hoy afectan al 12.9% de niños menores de 5 años y al 43.6% de niños menores de 3 años, respectivamente.
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(FIN) MDV / MDV
Publicado: 29/4/2018