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Carnavales: Cotabambas se alista a celebrar con júbilo la festividad de T'ikapallana

El también llamado Carnaval Tambobambino fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación en febrero de 2014

La provincia apurimeña de Cotabambas, y en particular su capital Tambobamba, se prepara para celebrar el tradicional Carnaval T

La provincia apurimeña de Cotabambas, y en particular su capital Tambobamba, se prepara para celebrar el tradicional Carnaval T'ikapallana, declarado Patrimonio Cultural de la Nación en febrero de 2014.

11:58 | Lima, feb. 4.

La provincia apurimeña de Cotabambas, y en particular su capital Tambobamba, se prepara para celebrar el tradicional Carnaval T'ikapallana, declarado Patrimonio Cultural de la Nación en febrero de 2014. Esta festividad es la más importante del calendario festivo de esta localidad ubicada a 3,250 metros sobre el nivel del mar.

Cotabambas es una de las siete que conforman el departamento de Apurímac, creada el 21 de julio de 1825 por el libertador Simón Bolívar. Cuenta actualmente con una población de más de 8,000 habitantes que se dedican principalmente a la agricultura y la ganadería.


T'ikapallana es un vocablo quechua cuya traducción al castellano es "acopio de flores".  El Carnaval de T'ikapallana, llamado también Carnaval Tambobambino, tendrá lugar en Marapurutupampa, del 23 de febrero al 1 de marzo.


El Carnaval T'ikapallana reúne algunos de los anhelos más importantes en la vida de la población de la región. Es ocasión para la realización de rituales de propiciación de la ganadería y de la agricultura, lo que trae a colación dos manifestaciones de importancia en la tradición andina. Una es la celebración de la fertilidad de la tierra en época de lluvias y de los primeros frutos, que se considera, por lo tanto, el tiempo para la formación de parejas.


Por otro lado, es la fiesta de los animales y la celebración de la primera cosecha del alimento necesario para su crecimiento y multiplicación. La actividad ritual propia de esta temporada es la t’inka, que consiste en una ofrenda hecha a los apus o dioses de las montañas dominantes de la región, pidiendo por la multiplicación de productos agrícolas y de animales, y también permiso para la realización de la fiesta.


Según la tradición, para el primer día de carnavales era muy requerida la exótica flor llamada Surphuy para hacer el pago a la tierra en cada hogar. Esta especie altoandina es pequeña, con una altura que va de 5 a 10 centímetros, y crece al ras del suelo. Es capaz de resistir el gélido clima de la puna. Florece en época de lluvia, en los meses de febrero y marzo.


Esta festividad es precedida por dos celebraciones vecinales, el Jueves de Compadres, celebrado dos jueves anteriores del domingo del Carnaval, y el Jueves de Comadres, una semana después, siendo la primera celebrada en honor a los varones de la comunidad y la segunda en honor a las mujeres.

Celebración


El Carnaval de T'ikapallana es inaugurado en Tambobamba por el alcalde u otra autoridad de alto rango, que aparece en la plaza principal de la ciudad, recorriendo las calles y barrios principales con la comitiva de autoridades locales en señal del inicio de la fiesta. 


En su comitiva destacan personajes burlescos, entre los que figuran los llamados waylakas, varones caracterizados en forma estrafalaria de mujeres, que parodian la supuesta falta de elegancia y feminidad de las damas.


El lunes de Carnaval es el día de inicio del Hatun pukllay. Los pobladores de las comunidades y centros poblados del distrito, más los de algunas comunidades cercanas de distritos vecinos, se dirigen al amanecer, a pie o a caballo, a la explanada de Marapurutupampa. Esta planicie que en temporada de lluvias se llena de verdor y cuyos pastizales alimentan al ganado vacuno y ovino, así como a los caballos y camélidos que encuentran allí el alimento que los sostendrá todo el año.


Los caballos cobran un lugar especial en la celebración del Carnaval Tambobambino, dado que son conducidos con destreza por hombres y mujeres que encabezan las multitudinarias delegaciones de participantes.   


Todo este contingente de personas formado por ayllus, ya sean comunidades campesinas o los barrios de Tambobamba, llega a la planicie cantando al lugar y a los apus de la región, a quienes se pide permiso para iniciar la celebración y los juegos del Carnaval. 


Se ofrecen como tributo hojas de coca o el llamado alcanzo, hecho con flores secas, tierra roja o semillas de coca, según la necesidad de cada comunidad. Los apus en esta región son el Sawrikalla, el Surphumarka, y la pareja de montañas Tayta Markaraqay y Mama Inki que dominan el paisaje de la ciudad de Tambobamba, entre muchos otros. 

Cada apu tiene una función particular, como proteger las cosechas, al ganado vacuno o a los camélidos, y cada comunidad celebra a su apu particular independientemente, según su cercanía y su actividad económica predominante. Los asistentes llevan su fiambre para el desayuno y el almuerzo en el lugar.


El martes carnaval es el día de confrontaciones y competencias amistosas. En primer lugar, el warak’anakuy, confrontación en que dos bandos conformados por los barrios locales de Urawallu, por un lado, y de Palqaru y Panpaña por otro, van armados con hondas, pero usando como proyectiles frutas y papas, cada bando usando vegetales distintos. 


Otras competencias son de resistencia, planteadas como retos entre dos varones, como el p’aki, en que los contrincantes resisten golpes de codo o puños en los muslos, o el seq’ollunakuy, en que se hace lo mismo con hondas mojadas; con estas competencias los jóvenes intentan llamar la atención de una eventual joven soltera.

Del miércoles al domingo los juegos que dominan en las comunidades del distrito son las carreras de caballos –otra forma de reto-, mientras en la capital se ejecuta la yunza o cortamonte entre los barrios, que compiten por tumbar un árbol profusamente adornado con objetos diversos de uso doméstico y decorativo. 


El domingo, en la capital del distrito, la última yunza termina al caer el sol, con un baile y canto general de despedida. A lo largo de la semana del carnaval se desarrollarán los juegos de rigor con agua y pintura, en diferentes momentos de la fiesta.


Otra actividad de esta temporada son las visitas, iniciadas ya en los Jueves de Compadres y Comadres. Estas visitas no son anunciadas, pero deben ser esperadas, porque son un criterio para calificar a las familias, su grado de compromiso, colaboración y responsabilidad; sobre todo en caso de estar haciendo el homenaje a los productos de miska y maway. 

En estas visitas puede estar presente también el personaje de la waylaka, quien podrá hacer mofa de la dueña de casa si no es bien recibida o sus productos no son de su parecer.

Vestimenta


La vestimenta propia de esta fiesta es la tradicional vestimenta indígena de bayeta, con la dominante de blanco y negro. El traje masculino consta de almilla (camisa), pantalón negro con fundillo blanco y chilico (chamarra con botones multicolores). 


De elaboración más fina son el chumpi (faja) decorado con motivos locales, una chalina a cuadros hecha de lana de oveja, y un poncho también de lana, llamado k’uychi (arco iris) por llevar en su diseño dos bandas de franjas multicolores, sobre un fondo de color entero, por lo que también es llamado puka, yuraq, sani u oqepunchu según sean de color rojo, blanco, púrpura o gris. 

El tocado masculino es el chullu o birriti, tejido con diseños variados. Accesorio importante del varón son las warak’as u hondas tejidas con motivos decorativos. 

Por su parte, la vestimenta de las mujeres consta igualmente de almilla o camisa blanca, un corpiño y una jubuna (jubón) de bordes y mangas muy adornados, chumpi más ancho que el del varón, finamente tejido con diseños complejos, cuatro o más faldas con el orillo decorado, y un pullu o manto. Tradicionalmente se lleva un peinado formado por numerosas trenzas delgadas. Ambos sexos llevan un sombrero de lana de oveja, blanco o marrón, de copa semiesférica y adornada con varias cintas, unas negras y otras con diseños de colores, con una caída por atrás, bajo el ala los sombreros llevan otras cintas de colores que caen por ambos lados del rostro. 


Ciertos detalles indican el estado civil de los participantes. Las solteras suelen llevar como signo de su condición unos cuatro chumpis, que cubren el torso hasta la altura del busto, y peinarse numerosas trencillas muy delgadas, en número siempre par y que puede llegar hasta 32 trencillas.

Música y danzas


La música propia del Carnaval es, a tenor de lo indicado por las fuentes, derivación del antiguo género qashwa, interpretado con variaciones a lo largo de los diversos momentos de la fiesta, por grupos mixtos de mujeres y varones. 

El género es conocido como chimanchay, o las pasyas (al parecer derivación de la palabra paseo, debido a que se suele interpretar mientras se recorren las calles), llamado también pallusma en la comunidad de Asaccasi (distrito de Tambobamba). 


Este género de canto y baile es ejecutado por tropas de jóvenes varones y mujeres. Cada comunidad e incluso cada barrio tiene sus propios temas musicales con sus respectivas letras, que son ejecutados según el momento de la fiesta e incluso según el lugar donde se está celebrando, dado que también puede haber referencia a los pueblos vecinos y al apu más cercano. 

Existen puqllay qashwas para el momento de juegos, de carácter muy alegre, qashwas para el pasacalle, otras para serenata en horas de la noche y otras de carácter más melancólico para el final de la fiesta, tras el último cortamonte. 

En algunas versiones locales los varones agitan las warak’as como una muestra de habilidad; en otros casos una mujer encabeza el grupo llevando una bandera o whiphala. Todo esto hace del Carnaval T'ikapallana un género notablemente rico y variado de música y baile.

(FIN) LZD/MAO

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Publicado: 4/2/2020