13:01 | Ayacucho, abr. 9.
En Ayacucho, la fe se vive intensamente en Semana Santa. La celebración de este año tiene un carácter especial. Ya no se ven multitudinarias manifestaciones, pero sí se siente ese fervor religioso, a pesar que las calles se encuentran vacías en cumplimiento a la orden de inmovilización social obligatoria para evitar la propagación del coronavirus.
Desde sus viviendas, miles de ayacuchanos, siguieron con atención los rituales propios de
Semana Santa en esta ciudad considerada la capital de esta festividad en el Perú.
Esta mañana la imagen del Santísimo (eucaristía, símbolo de la fe cristiana) recorrió, a bordo de una camioneta, las principales calles de los cinco distritos metropolitanos de la ciudad de
Ayacucho, provincia de Huamanga. La ciudad lucía vacía debido a la orden de inmovilización total ordenada por el Ejecutivo para frenar la propagación del
coronavirus.
La imagen del Santísimo era sostenida por el padre Fidel Alarcón, quien vestía una túnica blanca. El sacerdote se encontraba apoyado en la parte delantera de la camioneta y daba la bendición a los hogares por donde transitaba el vehículo. Detrás de él, un colaborador suyo, sostenía un alto parlante a través del cual se escuchaban los cantos religiosos en idioma quechua.
El obispo de Ayacucho, monseñor Salvador Piñeiro, encabezó la ceremonia desde lo alto del cerro La Picota, donde se encuentra la Cruz de la Paz. Desde este lugar destacó el acto religioso que fue muy diferente a las celebraciones de años anteriores y pidió a Cristo que bendiga al pueblo ayacuchano.
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(FIN) MAO
Publicado: 9/4/2020