El representante de la Asociación Peruana de Agencias de Viaje y Turismo (Apavit) mostró su preocupación por la situación que afronta el país porque afecta al turismo nacional.
Para dar a conocer su análisis sobre el sector concedió una entrevista al Suplemento Económika del Diario El Peruano.
Los conflictos sociales que afrontamos desde hace algunos meses afectan a la producción nacional, especialmente al turismo, ¿Cómo evalúa esta situación?
–El drama del sector turismo, luego de superar los graves efectos de la pandemia, aún continúa. Después de dos años muy difíciles debido al covid-19 ahora estamos atravesando una situación que, si bien es cierto con características diferentes, tiene los mismos efectos duros que afrontamos en el 2020.
Veníamos recuperándonos paulatinamente de lo que había sido la pandemia, aunque no teníamos los mismos índices que habíamos registrado en el 2019, pero estábamos en el camino correcto.
Sin embargo, luego del fallido intento de golpe de Estado, cuando pensábamos que las cosas iban a mejorar, el panorama se puso muy complicado con estas manifestaciones y actos de violencia que han afectado seriamente la imagen del Perú.
–Usted ha participado recientemente en la Feria Internacional de Turismo (Fitur), ¿Cuáles fueron las impresiones sobre el Perú de los asistentes a ese evento?
–La gran preocupación de los participantes era la situación política del Perú. Todos comentaban sobre ello y sobre las restricciones impuestas por varios países para viajar al Perú. Muchos cancelaron sus vuelos y reservas debido a que consideraban que no había garantías en el país para hacer turismo.
De acuerdo con el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), el Perú pierde diariamente alrededor de 6.5 millones de dólares al día y las personas más pobres y vulnerables son las más afectadas.
Y es que si nos centramos en el caso del sector turismo, no solamente son las agencias de viajes las que se perjudican, sino que también hay toda una cadena productiva seriamente afectada. Por ejemplo, los hoteles, el transporte, los restaurantes, los artesanos, es decir, muchas personas que dependen del turismo y que hoy ven con mucha preocupación que sus trabajos se pueden perder.
Aún no vemos la luz al final del túnel y esperamos llegar a un acuerdo muy pronto para ya, de una vez por todas, salir del hoyo en el que nos encontramos.
–Además, debemos considerar a los afectados indirectos...
–Efectivamente. No se trata solamente del turismo propiamente dicho el afectado con esta situación, es en realidad toda la cadena productiva ligada al sector turismo, desde los productores agrícolas, quienes proveen a los restaurantes y a los hoteles, pasando por los transportistas, los taxistas, aquellas personas que brindan este servicio; los guías turísticos que se quedan sin trabajo porque no tienen a quién guiar, es decir, son muchos las personas vulnerables que dependen de este sector y a quienes las manifestaciones están acabando.
–¿Qué medidas sugiere para evitar que el turismo siga cayendo?
–Muchas empresas del sector aún tienen deudas correspondientes al programa Reactiva Perú, así como también préstamos del Fondo de Apoyo Empresarial (FAE-Turismo). En un determinado momento se solicitó el refinanciamiento de las deudas, pero ello implicaba pasar de un interés de 2% a otro de 18%, lo cual era inaceptable para un sector que afronta serios problemas.
En ese sentido, lo que solicitamos como gremio del sector turismo es un período de gracia, porque no es posible pagar si no contamos con los ingresos para cumplir con nuestras obligaciones.
–¿Cuál es la situación por la que atraviesa el turismo interno?
–El turismo interno, aquel que realizan los peruanos hacia al interior del país, prácticamente se encuentra paralizado debido precisamente a las protestas, al bloqueo de carreteras y los aeropuertos cerrados.
Lo que estamos viendo, en este caso, es un incremento del "turismo egresivo", es decir, aquellos peruanos que prefieren viajar al extranjero en lugar de viajar a una región de su propio país.
Estas son divisas que salen del Perú y que los operadores extranjeros reciben, lo que perjudica toda la cadena de producción, desde el agricultor hasta el gran empresario porque todos están ligados al sector turismo. El cierre de monumentos turísticos de gran relevancia mundial, como el caso de Machu Picchu, así como la cancelación de fiestas tradicionales que solamente se celebran una vez al año, como la Fiesta de la Candelaria en Puno, han sido hechos lamentables porque significan pérdidas cuantiosas.
La gente se prepara con mucha anticipación porque estos eventos significan un gran ingreso para la región.
–Una vez que se estabilice el país, ¿Qué es lo que se debe hacer para recuperar nuestra imagen como atractivo turístico mundial?
–La estabilización es fundamental para iniciar una recuperación que será larga. Una vez que alcancemos este primer objetivo, es importante elaborar una estrategia de promoción muy dinámica, que vuelva a catapultarnos como atractivo turístico global.
En este caso, la labor de la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (Promperú) será ardua, pues tendrá que levantar la imagen del país como marca, establecer un plan de acción para que los turistas retornen y vean que el Perú continúa siendo uno de los lugares preferidos para viajar.
Como vemos, será una inversión muy fuerte que tendrá que hacer el Estado mediante Promperú para recuperar el turismo.
–¿Cuál es el panorama laboral del sector turístico nacional?
–El turismo peruano comprende a alrededor de 250,000 trabajadores directos. De este total, aproximadamente el 50% podría perderse de continuar estas manifestaciones violentas en el país.
Ahora, la recuperación no será sencilla. Recordemos que aún no habíamos alcanzado los niveles prepandemia, pero estábamos avanzando.
Una vez pacificado el país, considero que a fines del 2024 ya podríamos ver una recuperación significativa y palpable del sector.
Recordemos que un visitante o turista planifica su viaje hasta con un año de anticipación, por lo que no es posible hacer cifras más concretas sobre la recuperación del sector. Además, el nivel de ocupabilidad hotelera, comúnmente establecida en un promedio de 80%, hoy solo alcanza el 15%.
El turismo es resiliente, lo ha demostrado muchas veces y esta vez no será la excepción. Todos debemos trabajar en la recuperación de la marca país.
Para la recuperación
El presidente de la Asociación Peruana de Agencias de Viaje y Turismo exhortó a las autoridades y a la sociedad civil a buscar medidas de consenso que acaben con la convulsión que afecta al país en los ámbitos político, social y económico.
"Vemos como los gobiernos de otros países aconsejan a sus compatriotas que no vengan al Perú, ya que lo consideran peligroso para el turismo. Los operadores turísticos internacionales retiran de su oferta los destinos turísticos del país y eso es preocupante porque afecta nuestra imagen”, manifestó Acosta.
Agregó que si la crisis se supera, el Mincetur podría salir al extranjero y promocionar los destinos nacionales. “Se deben traer operadores extranjeros al Perú para que vean que acá todo está tranquilo; tal vez ello puede ayudar un poco a la industria”, manifestó.
Precisamente, en relación con Machu Picchu, la Cámara de Comercio de esta región confirmó que hasta fines de marzo se ha cancelado el 90% de reservas turísticas.
De acuerdo con este gremio, del promedio de 3,000 turistas que visitaban diariamente esta región ahora llegan muy pocos viajeros que han podido ingresar en vuelos aéreos irregulares (por intentos de tomar el aeropuerto Alejandro Velasco Astete), pasar por vías bloqueadas después de treguas o simplemente caminar en medio de manifestantes y piquetes que no abandonan las carreteras.
"Es hora de reflexionar y ver que estos actos violentos nos afectan a todos. Pequeños negocios y emprendimientos no han podido soportar esta situación y ya cerraron. No sigamos destruyendo a una industria que nos ha dado grandes satisfacciones", comentó Acosta.
Datos
El santuario de Machu Picchu recibía un promedio de 4,000 visitas diarias. Hoy, la que es considerada como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno se encuentra cerrada.
De acuerdo con Mincetur, el sector registra una caída de 83% en ocupación hotelera y se pierden aproximadamente 6.5 millones de dólares diarios.
Según la Dirección Nacional de Turismo Cusco, en esa región el 75% de la población trabaja directa o indirectamente con el turismo, hay 900 guías de turismo y 5,000 porteadores durante el Camino Inca a Machu Picchu.
El presidente de la Apavit aseveró que en el 2019 ingresaron al Perú 4.5 millones de turistas. Para este año, antes de las protestas, se esperaban alrededor de 2.5 millones de visitantes, pero esta proyección se ha reducido a 300,000.
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