La vivencia de la espiritualidad trae serenidad y puede ser un camino para mejorar como personas, debido a que permite canalizar o trabajar emociones que pueden hacernos mucho daño.
Así lo manifestó el doctor Manuel Escalante, miembro del equipo técnico de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsa), para quien es importante entender que esta experiencia no requiere de una religión específica para ser vivida.
“Todos tenemos necesidad de saber que podemos contar con alguien”, ya sea un sacerdote, un amigo o amiga especial o un grupo donde uno se siente escuchado y aceptado como es.
A propósito de la reciente visita del
Papa Francisco al Perú, el psiquiatra señaló que la Iglesia Católica, brinda, sin saberlo, ayuda psicológica a sus fieles, mediante el acto de la confesión.
“Las personas católicas que van a misa y se confiesan, a lo mejor tienen un cúmulo de emociones, una carga emocional interna que la trasmiten al sacerdote y cuando son absueltos se sienten más tranquilos y relajados. Incluso el sacerdote cumple criterios importantes como el hecho de guardar absoluta reserva de lo que se le informa”, comentó.
Invitado al programa Saludablemente de Andina Canal Online, Escalante refirió que para aquellos que no son católicos o no tienen una religión establecida, la vivencia de la espiritualidad también es posible.
Es necesario hablar
“Para los que no se confiesan o no son católicos, pueden tener una persona de soporte, de apoyo a quien contarle aquello que los llena de angustia, de preocupación. Hay que evitar que eso afecte nuestra salud mental y para eso es necesario hablar. Todos tenemos necesidad de saber que tenemos alguien en quien contar”, manifestó.
Alertó que algunos cuadros de
angustia o depresión pueden evidenciarse en problemas para dormir, comer, concentrarse o no poder trabajar, lo cual repercute en nuestra vida diaria, espacio justamente donde se puede apreciar o evidenciar cuan desarrollada está
nuestra espiritualidad.
“La espiritualidad trabaja la parte emocional y la tranquilidad que uno tiene justamente en su vida cotidiana”, sostuvo el especialista.
Puso como ejemplo al Papa Francisco, que invoca a la reflexión, a manejar la cólera, las relaciones interpersonales, así como no hacer daño a los demás, pensando en la recompensa que Dios tiene para quienes trabajan en ello, pero otros lo harán también porque los hace mejores seres humanos.
“En la vida cotidiana uno tiene que
saber escuchar, dialogar, reflexionar, que nadie tiene razón en absoluto. Siempre vale la pena cotejar, decir ´tengo la impresión de que esto puede ser´, no juzgar, más que nada invitar a la reflexión y no repetir eso que nos hizo sentir mal. Hay muchos temas desde la espiritualidad que están ligados a la
salud mental”, finalizó.
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(FIN) KGR/ART
Published: 1/24/2018