Estados Unidos cree que Ucrania puede ganar la guerra contra Rusia si cuenta con el "equipamiento adecuado", dijo el lunes el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, en tanto los bombardeos rusos contra una instalación ferroviaria del centro de Ucrania dejaron al menos cinco muertos.
El viaje de los altos cargos del gabinete del presidente Joe Biden coincide con el inicio del tercer mes de la guerra, que ha dejado miles de muertos y millones de desplazados.
"La primera cosa para ganar es creer que se puede ganar. Y ellos están convencidos que pueden ganar", dijo Austin a periodistas después de que él y Blinken se reunieran con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
"Pueden ganar si tienen buenos equipamientos, el apoyo adecuado", subrayó.
El encuentro duró unas tres horas y fue "muy productivo y detallado", según un vocero del Pentágono, que agregó que Zelenski fue informado de una reunión de seguridad de aliados occidentales que se llevará a cabo el martes en Alemania.
Tras las discusiones, Lloyd Austin afirmó que Estados Unidos espera que la capacidad militar de Rusia quede debilitada: "Queremos ver a Rusia debilitada al punto de que no pueda hacer el tipo de cosas que ha hecho al invadir Ucrania".
Durante meses, Zelenski ha pedido a los países occidentales armas pesadas -incluyendo artillería y aviones de combate-, asegurando que las fuerzas ucranianas podrían cambiar el rumbo de la guerra con más potencia de fuego.
Los llamamientos parecen tener eco. Varios países de la OTAN se han comprometido en los últimos días a proporcionar armas pesadas y equipos a Ucrania, pese a la protesta de Moscú.
Austin y Blinken, quienes regresaron el lunes por la mañana a territorio polaco, anunciaron en el envío de 700 millones de dólares (653 millones de euros) en ayuda militar adicional.
El ministro de Defensa británico, Ben Wallace, anunció que Londres entregará "una pequeña cantidad" de lanzacohetes blindados antiaéreos Stormer.
El ministro cifró, por su parte, que Moscú había perdido hasta ahora "aproximadamente 15.000 hombres" en Ucrania, una cifra que no se pudo verificar de forma independientes. Además, desde que el 25 de marzo Moscú afirmase haber perdido 1.351 soldados, el Kremlin no dio más balances de muertos.
Blinken dijo que Biden tiene previsto designar en los próximos días a la actual embajadora en Eslovaquia, Bridget Brink, como nueva jefa diplomática estadounidense en Kiev, un cargo vacante desde 2019.
El regreso de los diplomáticos estadounidenses será gradual, según un funcionario del departamento de Estado.
¿Alto el fuego en Mariúpol?
La visita de los dos altos funcionarios estadounidenses ocurrió mientras los combates han seguido causando estragos en Ucrania, ensombreciendo las celebraciones de Pascua en este país mayoritariamente ortodoxo.
Al menos cinco personas murieron y 18 resultaron heridas por bombardeos rusos contra instalaciones ferroviarias en las localidades de Jmerynka y Koziatyn (región de Vinnytsia, centro-oeste), anunció la fiscalía local.
En total, cinco estaciones de tren fueron objeto de disparos, según las autoridades.
Vinnytsia es un importante nudo ferroviario tanto en el interior de Ucrania como para las conexiones con el exterior. La mayoría de los trenes internacionales que atraviesan el país pasan por esta región.
Con miles de personas en condiciones cada vez más precarias, Kiev invitó a Moscú a conversar cerca de la planta de acero Azovstal, donde se refugian soldados y civiles ucranianos en la ciudad portuaria de Mariúpol (sureste).
El presidente ruso Vladimir Putin dijo que ordenó a sus fuerzas no atacar el complejo industrial, pero los ucranianos aseguran que las hostilidades continuaron sin tregua.
Mariúpol, que el Kremlin asegura haber "liberado", es clave para los planes rusos de abrir un puente terrestre hacia Crimea, bajo ocupación rusa.
Esta semana, un alto cargo militar ruso dijo que la meta de Moscú es tomar control total de la región oriental de Donbás y el sur de Ucrania.
Ataques permanentes
Los combates continúan también en la región de Járkov (segunda ciudad de Ucrania, noreste), donde los bombardeos diarios obligan a los civiles, desde hace semanas, a dormir en refugios subterráneos.
Este lunes, las autoridades rusas informaron de un incendio de origen no determinado en un depósito de combustible en la región de Briansk, una ciudad a 150 km de la frontera ucraniana que sirve de base logística para las fuerzas rusas.
Rusia también dijo que derribó dos drones ucranianos en el distrito de Rylsk fronterizo con Ucrania, a unos 200 km de Briansk.
Sin embargo, ningún elemento permitía en lo inmediato establecer un vínculo entre estos dos incidentes.
El Ministerio de Defensa ruso reivindicó que su fuerza aérea atacó 82 objetivos militares, incluidos cuatro puestos de mando y dos depósitos des petróleo. También afirman haber alcanzado 27 objetivos con misiles de alta precisión.
Por su parte, el ministerio ucraniano afirmó que Rusia está atacando las infraestructuras y líneas de suministro de la ayuda militar de sus socios.
Más de cinco millones de ucranianos han huido de Ucrania y millones más han sido desplazados internamente desde el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero, según las autoridades.
El conflicto también cortó toda colaboración diplomática entre Rusia y los países occidentales. El lunes, Moscú anunció la expulsión de 40 diplomáticos alemanes en represalia por una medida similar adoptada a principios de abril por Alemania tras el inicio de la ofensiva rusa.
En La Haya, la Fiscalía de la Corte Penal Internacional anunció que participará en la investigación de la Unión Europea sobre los posibles crímenes internacionales cometidos en Ucrania.
En este contexto, el secretario general de la ONU, António Guterres, visitará el lunes Turquía, país que está intentando mediar en el conflicto, antes de ir a Moscú y luego a Kiev el martes.