Un Estados Unidos profundamente polarizado votaba este martes entre renovar al republicano Donald Trump en la Casa Blanca otros cuatro años, o reemplazarlo por el demócrata Joe Biden, en comicios ensombrecidos por la peor pandemia en un siglo.
Más de 100 millones ya sufragaron anticipadamente, por correo o en persona -un número récord que representa más del 73% del total de votos emitidos hace cuatro años-, y se esperaba que más acudieran a los centros de votación, que comenzarán a cerrar en la costa este hacia las 23H00 GMT.
Pero la pugna por los 270 votos electorales necesarios para la victoria, obtenidos al ganar el voto popular en cada estado, se anticipa reñida, y el resultado podría no conocerse temprano, o incluso podría tardar días.
"Deberíamos tener derecho a saber quién ganó el 3 de noviembre", dijo Trump, quien muchas veces cuestionó la legitimidad del voto por correo y el recuento posterior a la jornada electoral.
"Creo que vamos a tener una gran noche, pero es política (...) y nunca se sabe", agregó en Arlington, Virginia.
"No hay motivos para juegos"
Más temprano minimizó afirmaciones de que planeaba declararse vencedor antes del final del escrutinio. "No hay motivos para juegos", dijo durante una entrevista telefónica con Fox News.
Trump, de 74 años y primer presidente que busca renovar su mandato tras ser absuelto en un juicio político, llega rezagado en las encuestas frente a Biden, de 77 y en su tercera postulación a la presidencia.
El exvicepresidente de Barack Obama recoge 51,2% de apoyos frente al 44% del actual mandatario a nivel nacional, y lidera por 2,3 puntos porcentuales en estados cruciales para vencer, según el promedio de sondeos de RealClearPolitics.
"Los presidentes no pueden determinar qué votos se cuentan y no se cuentan", aseguró Biden, declarándose "supersticioso" sobre predecir el desenlace de la elección.
"Lo que escucho es que hay una participación abrumadora, en particular de jóvenes y mujeres, afroestadounidenes", dijo en Wilmington, Delaware, donde reside, considerando esto "un buen augurio".
Tras ir a misa en la iglesia donde están las tumbas de su hijo Beau, y de su primera esposa y pequeña hija, muertos trágicamente, Biden visitó su ciudad natal Scranton, en Pensilvania. "De esta Casa a la Casa Blanca con la Gracia de Dios", estampó, junto con su firma y la fecha, en la pared de la sala de su primer hogar.
Más tarde en Filadelfia, tuvo una serie de lapsus, confundiendo a una nieta por otra y aludiendo equivocadamente a su hijo fallecido. La pérdida de capacidad cognitiva de Biden ha sido motivo constante de burlas de Trump.
¿Quién puede votar por él?
Como ocurrió hace cuatro años con Hillary Clinton, Biden puede ganar el voto popular y perder si no alcanza la mayoría de los 538 votos del Colegio Electoral, como dispone el sistema estadounidense de sufragio universal indirecto.
Ahora, la votación está reñida en Arizona, Florida, Georgia, Michigan, Carolina del Norte y Pensilvania.
De los 100,1 millones de votos anticipados, 44,8% se estiman demócratas, pero los republicanos confiaban en una masiva concurrencia. La primera dama Melania Trump votó en Palm Beach.
"¿Quién va a votar por Biden?", se preguntó en Miami Clara Giménez, una cubana de 49 años que llegó en el bote "Mariel" en 1980, y eligió a Trump "porque es anticomunista y porque es millonario, no necesita dinero ni necesita fama".
Pero Annie Belman optó por Biden, cuya campaña cuestionó duramente la gestión del gobierno de Trump de la covid-19, que deja más de 231.000 estadounidenses muertos.
"El enfoque de Trump contra la ciencia y su comportamiento imprudente es una de las muchas razones por las que nunca votaría por él", dijo la septuagenaria.
En California, Joel Luis, un obrero de 56 años originario de México, dijo orgulloso que había votado por Trump, a pesar de haber votado por Clinton en 2016. "Mi situación mejoró en estos cuatro años", aseguró.
"No sé como alguien puede querer a Trump, quiero que lo arresten", dijo Alex Tovar, otro mexicano que lleva 40 de sus 58 años en Estados Unidos.
Ambos son del East LA, una localidad de Los Ángeles donde más del 95% de la población es hispana. La primera minoría étnica del país prefiere a Biden y su voto puede impactar en los estados clave, según NALEO y Latino Decisions.
Más de 8,6 millones de hispanos ya emitieron su voto anticipado, más del doble que en 2016.
Temor a disturbios
La posibilidad de que el país vire al azul demócrata, o se mantenga en el rojo republicano, hace temer disturbios, luego de las manifestaciones a veces violentas contra el racismo que sacudieron al país este año.
La capital Washington, como otras grandes ciudades, tenía los comercios y oficinas tapiadas y las fuerzas policiales en máxima alerta.
Trump, hospitalizado por covid-19 hace un mes, y su esposa Melania, también contagiada, prevén una fiesta en la Casa Blanca para esperar los resultados.
Además de la presidencia y vicepresidencia, se eligen los 435 escaños de la Cámara de Representantes, donde se espera que los demócratas amplíen su mayoría. También está en liza cerca de un tercio del Senado, donde los republicanos arriesgan perder su ventaja de 53-47.
La elección del martes es seguida de cerca en todo el mundo, tras un primer mandato de Trump marcado por relaciones tensas con los aliados de la OTAN, la retirada de Washington del Acuerdo de París sobre el clima, de la Organización Mundial de la Salud, del acuerdo nuclear con Irán.
El continente americano también observará el resultado luego del T-MEC con México y Canadá, la sintonía de Estados Unidos con Brasil y la confrontación con Venezuela, Cuba y Nicaragua.
El vínculo de la primera potencia económica con China, agriado durante los últimos cuatro años no sólo por motivos comerciales sino porque Trump culpa a Pekín de la pandemia, preocupa al mundo entero.
Wall Street cerró en fuerte alza esta jornada electoral, luego del peor desempeño desde marzo la semana pasada.