La experiencia de Leandrina Ramos Bernal como bordadora del Colca supera las cuatro décadas. Pero ha ganado reciente fama al participar en la Expo 2020 Dubái, que terminó en marzo de este año. La colección de abayas, cocreadas con el diseñador José Miguel Valdivia, incorporó el arte cabana y collagua, del sur de Arequipa, en la moda del mundo árabe.
Ese encuentro sellaría una relación que trascendió lo familiar, porque gracias a él aprendió el oficio del bordado, y juntos emprendieron el proyecto de crear un taller para bordar trajes del Colca. Fueron socios, cómplices, trabajadores incansables, hasta visionarios porque entendieron que conservar el diseño de los vestidos originarios y preservar su cultura podía ayudarlos a vivir.
Foto: Adrián Sisa
“Le propuse a Saturnino, que en paz descanse, tener nuestro taller. Mi mamá nos regaló una vaquita que vendimos y con lo que ganamos pudimos comprar nuestra máquina de coser y materiales. Así estuvimos cosiendo como quince años”, recuerda.
Ventana al mundo
A Leandrina siempre le gustó ser la mejor, desde niña ya asomaba esa mujer innovadora y exigente en la que se convertiría. En primaria, por ejemplo, le enseñaron a coser su ropita y aprendió a diseñar sus vestidos, lo que no dejado de hacer hasta el día de hoy, que ya tiene 62 años.
Esa inquietud por sobresalir la motivó a buscar otros lugares para vender los originarios trajes del Colca, pero también para progresar. Ya don Saturnino le decía que tenían que dejar Chivay, donde vivían a más de 3,600 metros sobre el nivel del mar, para mudarse a Arequipa. Allí les cambió la vida, porque en su afán de buscar nuevos horizontes descubrieron que se promocionaba el turismo al Cañón del Colca. Comenzaron la elaboración de carteritas, accesorios, chalequitos y bolsitas.
Foto: Adrián Sisa
Entonces, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) capacitaba a los artesanos de diversas regiones del Perú para empezar a colocar sus productos en mercados internacionales. En esos cursos ella participó con gran esmero, y supo que podía usar nuevos colores, intentar nuevos diseños, ser pulcra en sus acabados y, sobre todo, ser original.
El mundo le abrió sus puertas. Su primer viaje al extranjero fue a Córdoba, Argentina; luego, a Brasil, Ecuador, Chile, Estados Unidos e Italia. “Siempre innovamos y mejoramos el bordado del Colca en las prendas de vestir. Eso me hace muy feliz porque seguimos plasmando nuestra flora y fauna, nuestra cultura cabana y collagua. También lo hacemos en estuches, monederos, en lo que nos piden los turistas”, cuenta.
Nuevos tiempos
Hasta que llegó Expo 2020 Dubái, la feria internacional en la que el Perú participó con gran éxito durante seis meses, desde octubre del 2021 hasta marzo de este año. Y aunque esta incansable bordadora no llegó a ir, sus trabajos incluidos en los diseños de abayas, que creó junto a José Miguel Valdivia, sobrepasaron las fronteras y fueron elogiados por todo el mundo.
Foto: Adrián Sisa
Hizo los bordados un mes antes de la exhibición universal, con su hijo, con bordadores de otros talleres. Ella no durmió en esos días, tenía que cumplir. Y lo logró. Todo ya pasó. También su niñez en Coporaque pasteando los animalitos de la familia, sirviendo la comida a sus hermanos porque era la única mujer, el fallecimiento de su papá, cuando ella tenía 11 años, la pandemia del covid-19. Todo. Leandrina no se ha detenido. No lo hará.
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(FIN) DOP/ SMS
Published: 5/3/2022