El Plan Maestro 2025-2030 del Parque Nacional Huascarán, área natural protegida ubicada en la sierra de Áncash, será la hoja de ruta para proteger la biodiversidad y el patrimonio cultural de esa zona que destaca por su ecosistema y albergar nevados tropicales.
Antamina informó que participó activamente en la elaboración del plan, gracias a un convenio firmado con el Sernanp en enero de este año. La empresa minera financió el proceso de actualización —que empezó en abril con la asistencia técnica de la consultora Gestiona— y aportó en la definición de objetivos y acciones. Además, continuará apoyando su ejecución con proyectos que promuevan la sostenibilidad, fortalezcan las capacidades de las comunidades vecinas y vinculen la conservación con el desarrollo económico inclusivo.
El proceso de elaboración del plan incluyó 14 talleres en siete localidades de Áncash (Yungay, Chacas, Yanama, Pomabamba, Huari, Chavín y Huaraz), con la participación de más de 400 actores locales, de los cuales un tercio fueron mujeres. También se logró una nueva propuesta de zonificación para mejorar la gestión del área y se validó el documento con diversos actores regionales, lo que garantiza legitimidad y respaldo para su aplicación.
“Creemos importante esta alianza público - privada, porque hablamos de compromisos de la empresa privada para el desarrollo de las poblaciones asentadas en el área natural protegida, la conservación de la biodiversidad y para la preservación de los recursos naturales”, señaló Abdías Villoslada, jefe del Parque Nacional Huascarán.
El Plan Maestro 2025-2030 será la hoja de ruta para proteger la biodiversidad y el patrimonio cultural del Parque, al tiempo que fomenta la gestión participativa y la coordinación entre instituciones públicas, comunidades y autoridades regionales. Define zonificación, programas de manejo y estrategias de uso sostenible de los recursos, buscando equilibrio entre protección ambiental, desarrollo económico y bienestar de las poblaciones locales.

El Parque Nacional Huascarán abarca más de 340 mil hectáreas de biodiversidad, nevados, ecosistemas altoandinos y sitios arqueológicos. Su preservación es vital para la seguridad hídrica del norte del país, el turismo sostenible y la economía regional.