Andina

CADE 2017: lea el discurso completo de Kuczynski en foro empresarial

ANDINA/Luis Iparraguirre

ANDINA/Luis Iparraguirre

22:13 | Lima, dic. 1.

El presidente Pedro Pablo Kuczynski sostuvo hoy que el Perú está retomando la senda del crecimiento y remarcó que la confianza y el diálogo son esenciales para el progreso del país. A continuación reproducimos el texto completo del discurso del jefe del Estado en la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE) 2017.

Muy buenas noches a todos, especialmente a los organizadores de la CADE, los participantes y todos los que nos escuchan.

Mi visión al asumir el Gobierno fue la de modernizar el Perú combinando el crecimiento económico con una revolución social.  Para hacer eso mi mensaje es muy simple pero con un profundo significado: Vivamos en paz y prosperaremos. Dialoguemos y confiemos los unos en los otros: la confianza y el diálogo son esenciales para que progresemos.

El último año, como es evidente, no ha sido fácil pero lo que quiero compartir con ustedes y llamar su atención es que lo importante, que a veces no vemos, es que las perspectivas están cambiando muy rápidamente.  Mi compromiso con ustedes es que el Perú retorne a la senda del crecimiento que hizo disminuir la pobreza de manera considerable. El Perú está cambiando y progresa. El Perú no está estancado.  Veamos algunas cifras:

1. Después de varios años de estancamiento en el crecimiento del empleo tenemos muy buenas noticias. En el trimestre julio a setiembre del presente año se han creado 468,000 nuevos puestos de trabajo comparado con el mismo periodo del año anterior.  Lo que quisiéramos es que fueran todos formales con beneficios pero la gran mayoría siguen siendo informales. No obstante, la tendencia de este último trimestre es muy alentadora. El trabajo es fundamental para la prosperidad

2. Luego de tres años de caída y estancamiento, las exportaciones están creciendo rápidamente. Los primeros nueve meses del año, comparados con el mismo periodo del año pasado, da un aumento en el volumen de exportaciones de casi 10% y de 25% en el valor de las mismas, este último naturalmente influenciado por la mejora de las cotizaciones internacionales del cobre y del zinc.  

El Perú se acerca cada día más a Chile, el primer productor del metal rojo, con 2,4 millones de toneladas que serán producidas en el Perú en 2017 en comparación con 1,2 millones en el 2011.  La proyección al 2021 es una producción de 3 millones de toneladas. Grandes y medianos proyectos que han estado en diseño por varios años empezarán su construcción el año que viene, después de haber cumplido con todos los requisitos de consulta ambiental, asegurando altos estándares internacionales en estos importantes aspectos. Entre ellos: Quellaveco, Corani, Pampa del Pongo, Mina Justa y la ampliación de Toromocho. El proyecto Michiquillay será además adjudicado este 20 de Diciembre. 


3. La construcción, la cenicienta de la actividad económica en los últimos tres años, está recuperando su dinamismo. Después de varios años de estancamiento los créditos Techo Propio y de Mi Vivienda están retomando crecimiento.  El PBI del sector construcción en octubre estuvo 13,9% encima de octubre 2016.  En el caso del cemento tenemos un moderado repunte del consumo interno, el cual ha crecido 4,7% hasta octubre, en comparación con el mismo periodo del año pasado.  La reconstrucción, a veces muy criticada, está ya dando un impulso importante en las regiones que fueron más afectadas por el Niño Costero. Este impulso irá creciendo rápidamente en los próximos meses.

No quiero caer en el juego de las predicciones porcentuales del crecimiento económico, pero no hay duda, si uno lee los comentarios internacionales, que el Perú será el año entrante el país de economía grande con mayor crecimiento de América Latina. Simplemente no es verdad que todo está trabado. Estamos viendo un nuevo amanecer en la economía.

Estamos saliendo de una transición difícil de una economía que se frenó en parte por factores externos y sobre todo por una excesiva burocratización en los últimos años del gobierno anterior.  Añádase a ello el Fenómeno del Niño Costero, el llamado caso Lavajato y sus consecuencias negativas en varios proyectos muy importantes de infraestructura.  Tenemos que ser objetivos: critiquemos cuando haya lugar a críticas, que por cierto son bienvenidas, pero apoyemos cuando tenemos que hacer todos un esfuerzo conjunto.

El lema de esta Conferencia Anual de Ejecutivos es: “Un solo Perú: no más cuerdas separadas”.  Pero hay una cuerda separada que no se ha mencionado: por un lado, el excesivo pesimismo de algunos, alimentado por la turbulencia política, y por el otro, el optimismo sobre el Perú que se ve desde afuera. 

Este último se refleja claramente en no solo una larga lista de proyectos de infraestructura, energéticos y mineros que se están desarrollando, sino también claramente en el llamado “riesgo país”, que es el margen por encima de la Tesorería de Estados Unidos que pagan los bonos del gobierno del Perú. 

Este margen nunca ha estado tan bajo y permite que en el Perú se financien importantes proyectos a un costo financiero inimaginable hace algunos años.  A pesar de las incertidumbres en algunas economías importantes del mundo, nuestra solidez crediticia internacional se mantiene: después de Chile, somos el país más solvente de América Latina.  

Ello se refleja en costos moderados para nuestro endeudamiento nacional e internacional, lo que nos permite financiar proyectos de inversión que no serían viables en un ambiente con costos financieros sustancialmente más altos. Es fundamental mantener esta situación favorable para poder seguir manteniendo la recuperación de la inversión, tanto privada como pública. 

La inversión bruta llegó a 27% del Producto en 2013 y ha venido bajando desde entonces a un nivel de alrededor de 22%.  Para mantener nuestro liderazgo de crecimiento en América Latina tenemos que regresar a un nivel del orden de 27% o 28% del PIB, promoviendo los proyectos ya bien conocidos, eliminando una infinidad de trabas que ya se han ido recortando con la legislación que nos permitió dar el Congreso y desburocratizando la excesiva regulación que todavía asfixia a las empresas pequeñas, medianas y grandes en el Perú.

A las organizaciones empresariales, muchas de las cuales están aquí hoy, quiero pedirles que se pronuncien con mayor claridad sobre los retos que políticamente estamos enfrentando. El nuestro es un gobierno persistente, no confrontacional: no queremos un pugilato que sea aplaudido en los medios. Lo que queremos es que se progrese con empeño, honestidad y dedicación hacia las grandes metas que hemos trazado para el Bicentenario y más allá. 

Para que se logren estas metas el Perú debe de todas maneras mantener su disciplina fiscal y monetaria.  No podemos arriesgarnos con medidas populistas cuyo único propósito es un aplauso efímero.  Basta con ver las economías de los llamados tigres de Asia para saber que la solidez económica, fiscal y financiera es esencial para el éxito económico y social.  No arriesguemos lo que con tanto tiempo y trabajo hemos logrado.  La prensa, la ciudadanía y los gremios empresariales y trabajadores deben defender estos logros y no dejar que medidas cuestionables hagan peligrar nuestro brillante futuro. Y tampoco debemos dejarnos dominar por algunos pesimismos locales.

Un tema central en los acontecimientos del último año ha sido el destape de una inmensa red de corrupción en el vecino país Brasil y sus ramificaciones en toda la región, incluyendo al Perú.  Hemos sido muy claros en la lucha contra la corrupción y somos vistos en el exterior como el país que más se ha ocupado del tema.  No ha sido fácil desarrollar mecanismos claros para la lucha financiera contra la corrupción, tales como multas, retenciones, inhabilitaciones y sistemas de licitación en obras y adquisiciones que sean mucho más transparentes.   

Nuestro sistema electoral, con elecciones frecuentes con financiamiento poco claro es un incentivo a la corrupción. Nosotros apoyamos cualquier intento genuino de reforma política, una tarea en la cual nuestra minoritaria bancada en el Parlamento está totalmente comprometida. En esta lucha contra la corrupción, apoyamos la institucionalización y el debido proceso de nuestros organismos judiciales, tanto de la Fiscalía como del mismo Poder Judicial. Estamos totalmente comprometidos en apoyar su fortalecimiento, independencia profesional, reforma y modernización.

Para promover una sociedad sin corrupción necesitamos generar confianza entre los ciudadanos, entre ellos y nuestras instituciones.  La burocratización incentiva la coima y el tráfico de influencias.  La simplificación de los procedimientos facilita la creación de una sociedad transparente y no corrompida.  Nos falta muchísimo por hacer para llegar a esta meta.

Ya nuestra lucha contra el crimen y la inseguridad está dando algunos frutos.  Hace un año la inseguridad era el tema número uno de la agenda política.  Hoy, aunque estamos muy lejos de llegar al éxito, existe una creciente percepción que la policía está haciendo un esfuerzo especial contra el crimen organizado.  Por ejemplo, hemos hecho 94 mega operativos contra el crimen organizado desde que empezó el gobierno, con 1,310 detenidos y 87 organizaciones desarticuladas.  

Otro ejemplo es el programa de recompensas que ha identificado a 2,500 criminales buscados, de los cuales 742 ya han sido capturados a través de este programa: a fines del año 2018 esperamos tener 5,000 individuos identificados para el programa, y esperamos capturar a 2,000 de ellos. 

En el caso de los celulares robados, el crimen más frecuente, llegaremos a fin del presente año a 3 millones de celulares bloqueados en caso de robo y a la totalidad de celulares bloqueados en caso de robo dentro de un año: este logro permitiría eliminar esta categoría dolorosa de crímenes. Tenemos todavía mucha inseguridad, como lo demuestra la ola reciente de feminicidios.  Reitero mi compromiso del 28 de julio que la lucha de las mujeres es mi lucha. 

Estamos trabajando para que en todas las comisarias del Perú haya un Centro de Emergencia Mujer (CEM).  Actualmente tenemos más de 1,500 comisarías. Para el 2021 haremos un mejoramiento integral correctivo en 300 de ellas y reconstruiremos o contruiremos 200 comisarías más: impulsaremos el programa “obras por impuestos” para alcanzar esta meta. 

La lucha contra la inseguridad es dolorosa. Requiere reorganizaciones a veces difíciles en los sistemas de seguridad y mucha mejor cooperación entre la Fiscalía, el Poder Judicial y las autoridades policiales.  La lucha contra la criminalidad no es un concurso de popularidad: es una limpieza esencial para que nuestra sociedad viva en paz y progrese. No cejaremos en este esfuerzo.

En esta Conferencia se ha hablado y debatido mucho sobre el tema del Bicentenario. Nos quedan un poco más de tres años para llegar a este hito.  Por eso tenemos que pensar no solo en el Bicentenario sino en cada una de las próximas décadas.  Lo más importante en este esfuerzo es promover el crecimiento económico con la Revolución Social, o sea el Crecimiento con Inclusión. 

Si la justicia social y la distribución del ingreso y de los servicios públicos en el Perú no mejoran, seguiremos debatiendo lo mismo año tras año sin progresar.  Seguiremos con conflictos y protestas.  Es fundamental hacer los cambios necesarios, pero hacerlos de manera responsable.  Para ello queremos enfatizar las siguientes grandes prioridades:

1. Todos los peruanos deben tener acceso al agua potable y al alcantarillado.  Es esencial para nuestra salud y nuestra vida.  Desde que se inició el gobierno, hemos empezado 426 proyectos de agua potable y saneamiento en los cuales se han invertido S/. 4,300 millones.  Nuestra meta es que al final del gobierno todas las ciudades y pueblos del Perú tengan acceso a estos servicios básicos. 

Le pedimos al Congreso que escuche las prioridades que hemos presentado ante él, sobre todo para que se implemente la medida que hemos pedido repetidas veces para facilitar el tratamiento de las aguas residuales.  No podemos seguir viviendo con la contaminación de nuestros desagües en los ríos, lagos, y el mar.  Se trata no sólo de nuestro bienestar humano, sino también de nuestra competitividad: los mercados para nuestras agro exportaciones no aceptan productos regados con aguas sucias no tratadas.  Tampoco aceptarán minerales producidos en áreas con relaves contaminantes. 

El Perú debe cuidar mucho sus fuentes de agua: el calentamiento global ya nos ha hecho perder el 50% del volumen de nuestros glaciares.  En 50 años podemos estar en un desierto si no actuamos ahora con programas como Sierra Azul, la conservación de las cuencas y un manejo mucho más eficaz del agua para el riego.  Y tenemos que preservar nuestro medio ambiente con medidas claras y procedimientos fácilmente entendibles e implementables.

2. La reforma educativa sigue.  El Ministerio de Educación trabaja intensamente. Estamos tratando con convicción de despolitizar la enseñanza y de invertir más en nuestros colegios y nuestros maestros.  Estamos reviviendo la educación cívica y la educación deportiva, y estamos apoyando a los colegios de alto rendimiento para que sean ejemplos en todas las regiones del Perú.  Todavía quedan grandes vacíos, sobre todo en la educación primaria, técnica y universitaria. Pero el Ministerio de Educación está haciendo grandes esfuerzos y los grupos privados desde los colegios de Fe y Alegría hasta varias iniciativas puramente privadas, están mostrando una ruta muy promisoria.


3. Después de 15 años de operación, debemos hacer reformas y mejoras sustanciales en el funcionamiento de la regionalización.  Como lo anunció la Premier, priorizaremos las mancomunidades y una visión más estratégica de ordenamiento para este país de los 1,000 valles. Además, los estándares de salud pública y de educación deben ser nacionales, y ojalá internacionales, con direcciones regionales mucho más profesionales que sean nombradas en concursos nacionales organizados de mantera conjunta entre los respectivos ministerios y regiones, y que trabajen con comités regionales de padres, familias, profesores y médicos para asegurar una buena calidad del servicio.  Es fundamental desarrollar la salud preventiva, como se ha hecho en España, reduciendo así las necesidades físicas de los hospitales, que se construyen a gran costo sin una debida estandarización.  Salud y educación, dos temas esenciales para el progreso del Perú.

4. La reconstrucción es fundamental.  Hemos sido prudentes pero demasiado lentos. Los preparativos para evitar la reinserción de poblaciones en zonas peligrosas son demasiado engorrosos.  En lo que va del año solo se han adjudicado S/.1.000 millones en obras de reconstrucción, particularmente en la limpieza y encauzamiento de los ríos Cañete, Casma, Chira, Huarmey, Huaura, Olmos, Piura, Tumbes, y Virú y la rehabilitación de algunas pistas y veredas en Piura.  

Implementaremos grandes paquetes de reconstrucción de puentes en las zonas afectadas como para atraer a grandes constructoras que puedan trabajar eficientemente.  Estamos preparando un paquete inicial de 65 puentes, que serán seguidos por otro paquete de 185, incluyendo puentes modulares y definitivos.  En el año 2018 se proyecta adjudicar S/. 7,100 millones en obras de reconstrucción en 13 regiones y están planificadas la construcción de 48 mil viviendas populares.  El tema central es hacer la reconstrucción bien para no tener que repetir las mismas obras en el futuro.


5. Es fundamental mejorar drásticamente la simplificación administrativa.  Como lo acabo de decir, la complicación administrativa genera la corrupción.  Con los poderes que nos dio el Congreso se dieron 16 decretos legislativos de simplificación administrativa: de ellos 10 ya están totalmente reglamentados y estamos en proceso de culminar con los 6 restantes, entre ellos licencias de funcionamiento para operar establecimientos, temas tributarios importantes, entre otros. 


6. El Perú sigue dominado por el trabajo informal.  Éste genera sueldos bajos debido a su baja productividad.  Debemos romper el tabú de enfrentar algunas reformas laborales esenciales.  Protegeremos a los trabajadores despedidos injustamente pero al mismo tiempo promoveremos trabajo flexible con protección en los casos que éste sea necesario.  Urge renovar con cambios la ley del empleo agrícola, sin la cual las inmensas inversiones que necesitamos en agroindustria y en el campo no se llevarán a cabo.  Nos enfrentamos a la paradoja de millones de campesinos que tienen casi nula protección social, mientras que otros reclaman beneficios que no son financiables.

Señores, cuando asumí la Presidencia de la República mi objetivo era y sigue siendo retornar al Perú a la senda del crecimiento con inclusión para todos los peruanos. Soy un convencido que la única manera de combatir eficazmente la pobreza es con el crecimiento acompañado de una verdadera Revolución Social. 
El pueblo quiso que los resultados electorales dieran esa división de poderes que hoy tenemos. Ese resultado nos obliga a ponernos de acuerdo en temas fundamentales para el país. No voy a cejar en mi esfuerzo de propiciar el diálogo con todas las fuerzas políticas, con ustedes empresarios y con los trabajadores para definir estos objetivos comunes.

No me anima ningún interés político posterior. Mi único interés es dejarle al siguiente gobernante un país con sólidas bases para llegar a ser un país próspero y justo.

Muchas gracias

(FIN) NDP/SMA

Publicado: 1/12/2017