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La corrupción afecta felicidad de personas y es percibida como amenaza al desarrollo

Según expertos en salud mental, mala práctica causa anomia, es decir, que da lo mismo ser honesto o no serlo

La corrupción afecta la moral de una población y no denunciarla significa convertirse en su cómplice, afirman especialistas. Foto: ANDINA/Eddy Ramos.

La corrupción afecta la moral de una población y no denunciarla significa convertirse en su cómplice, afirman especialistas. Foto: ANDINA/Eddy Ramos.

13:27 | Lima, feb. 17.

La corrupción afecta la felicidad de las personas, causa atraso al desarrollo de un país y daña la salud mental de la población, revelaron voceros del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi.

El jefe del Departamento de Promoción de Salud, Luis Matos Retamozo, explicó que la corrupción funciona como un índice de bienestar que califica si un país respeta a su sociedad, si la quiere, y al bien público también.

“Los ciudadanos ven a la corrupción como una dificultad que afecta sus derechos y el crecimiento del país. Pero, aún no perciben que más que causar algún trastorno de salud mental para ellos, se lo causa a la población”, comentó el médico psiquiatra.

Este es un gran problema, indicó, pues la sociedad comienza a carecer de autocontrol para enfrentarse a diversos problemas y empieza a generar desánimo, desmoralización y desesperanza en la gente. 

“La delincuencia, corrupción, crisis económica, desempleo, pobreza, alcoholismo son estímulos negativos ("estresores"), que dañan seriamente la salud mental de la población”, acotó.

Para el especialista, la corrupción puede conducir a uno de los problemas más graves que afectan la salud mental: la anomia, que implica considerar que da lo mismo actuar de manera honesta o no.  

La anomia justifica la corrupción y la alienta de una manera cómplice por no denunciarla, afirma Matos Sotomayor, quien agrega que es un riesgo, pues, las personas pueden acostumbrarse a esas conductas inadecuadas y ser indiferentes.

“Ese día estaremos perdiendo nuestros valores y dañando nuestra salud mental”, advirtió el galeno. 

Perfil de la persona corrupta

Matos Retamozo define la corrupción como el aprovechamiento del poder para beneficio propio. Es un comportamiento que se produce por imitación de las conductas de otros. Por lo general, la persona corrupta es aquella que tiene rasgos sociopáticos de personalidad. 

Es una persona que no respeta y no toma en cuenta los valores. Es decir, le da lo mismo robar y no le importa quedar mal con tal de beneficiarse. “La impunidad favorece el florecimiento de la corrupción”, acotó. 

Corrupción en los niños

Alertó que ante tantas noticias de corrupción, los niños y niñas pueden interiorizar estas acciones, aprenderlas y repetirlas.    
Es ahí que los padres, maestros o tutores cumplen un rol importante en educarlos y fomentar buenos valores e indicarles que todo acto incorrecto lleva a una sanción o castigo. 

“Es necesario inculcar desde la niñez buenos valores, enseñarles a diferenciar entre lo bueno y lo malo, y que cada ciudadano tome conciencia de sus actos y asuma la salud mental como un derecho fundamental en su vida”, puntualizó Matos Retamozo. 


(FIN) NDP/ SMS
GRM

Publicado: 17/2/2017