Andina

Cayetano Heredia: una entre las 100 primeras

09:06 | Lima, may. 24 (ANDINA).

Manuel Burga Historiador Docente universitario

La semana pasada circuló intensamente en internet la noticia de que una universidad peruana, Cayetano Heredia, ya se encuentra entre las 100 primeras universidades de América Latina, según Scimago (Institutions Rankings - SIR).
Esta casa de estudios fue fundada en 1961 como una universidad de ciencias de la salud, especialmente de medicina humana, por un considerable grupo de docentes y alumnos que dejaron San Fernando, encabezados por notables médicos, como Honorio Delgado, Alberto Hurtado y Carlos Monge, al oponerse a la instalación del tercio estudiantil aprista del rector Luis Alberto Sánchez.
Ahora, 50 años después, no podemos sino mirar con respeto y admiración el lugar que alcanza esta universidad privada, acreditada internacionalmente y con una selecta producción científica.
Entonces, el título en realidad es una pregunta ¿por qué solamente una universidad peruana aparece entre las cien primeras de América Latina? 
San Marcos se encuentra en el puesto 138, PUCP en el 174, UNALM en el 299 y la UNI en el 347. Algunas universidades empresa recién aparecen después del puesto 500. 
Esto último no nos sorprende, pero sí que Brasil, donde la primera universidad se fundó en 1922, tenga 48 entre las 100 primeras; México, 14; Argentina, 11; y Chile, 10. Nosotros, una. Las dos primeras, la USP de Sao Paulo y la UNAM de México, son públicas, como casi todas las brasileñas. ¿Por qué las nuestras son tan poco competitivas y nuestras públicas aparecen tan retrasadas? ¿Se trata de un  tema de presupuesto o de gestión?
Actualmente tenemos más de 120 universidades, 47 públicas y el resto privadas. Las primeras organizadas con la ley 23733 y las privadas con el DL 882. 

Por otro lado, estoy plenamente convencido de que la infraestructura de algunas públicas, metropolitanas y regionales, es de muy buena calidad. Por ejemplo, San Marcos tiene a IVITA (Instituto Veterinario de Investigación Tropical y Andina) con sedes en Iquitos, Pucallpa, Mantaro, Maranganí y Huaral.  En la primera cuenta hasta con dos islas, en el Amazonas, para la captura de primates que se exportan para investigaciones biomédicas.
La UNI, por otro lado, tiene a Unipetro A B C, en el lote IX de Talara y es probablemente la única universidad en el mundo que opera en campos petroleros. La Universidad Nacional San Antonio Abad de Cusco tiene Ciencias Agrarias y Tropicales, en Quillabamba, La Convención, y el centro experimental agrario Sahuayaco, en Echarate, territorio matsiguenga. 
La UNSA de Arequipa tiene un centro similar en Pedregal (Majes I), que produce uvas de calidad, como el viñedo de la Universidad Jorge Basadre, en Tacna.  ¿Qué sucede entonces?
El viernes 18 escuché en Torre Tagle, sede de la Cancillería, al profesor francés Joel Bertrand, en una conferencia a un reducido público de autoridades universitarias, explicar la nueva política del famoso CNRS francés (Centre National de la Recherche Scientique) y me llamó la atención dos de sus anuncios. Uno, que la U. Cayetano Heredia, Concytec y Francia iniciaban un programa de doctorado en Ciencias de la salud. Lo que parece confirmar su ubicación en el ranking. 


También indicó que las 83 universidades francesas actuales han sido consideradas demasiado numerosas para un país con 60 millones de habitantes, por lo que han decidido fusionarlas o aglutinarlas  –por especialidades y regiones- con la finalidad de lograr una mayor rentabilidad académica y económica. 
Esta reforma, casi impensable en nuestro país –refirió– es una respuesta a la poca presencia de la universidad francesa en las clasificaciones internacionales.
¿Por qué en Perú no hay ninguna reacción frente a los rankings? ¿Cómo hacer para que esos fundos, empresas y centros de investigación, como en el caso de otros países de América Latina, puedan funcionar como centros de producción, enseñanza e investigación? 
No para privatizarlas, por supuesto, sino más bien para ofrecer una mejor formación, dar movilidad a los alumnos, atraer a la cooperación técnica y a docentes de calidad.


No es un tema solo de escasez presupuestal,  sino muy probablemente de gestión. Una explicación podría ser que ahora existen dos normas universitarias, la ley 23733 y el DL 882, que crean dos "repúblicas universitarias", como en la Colonia. Pero esta es una metáfora anacrónica, ya que ahora convivimos en una república nacional y lo que necesitamos es enfrentar esa disyuntiva ¿Más presupuesto o mejor gestión?  Quizá un poco de ambas cosas, pero hay que empezar por cambiar la norma legal: promulgar una nueva ley universitaria.

Publicado: 24/5/2012