Andina

Tesón y sacrificio hicieron que joven peruana ganara olimpiada de matemática

Mónica Martínez logró el oro en reñida competencia europea

Mónica Martínez (la tercera de derecha a izquierda), junto a sus compañeros de equipo. Foto: Andina/Difusión

Mónica Martínez (la tercera de derecha a izquierda), junto a sus compañeros de equipo. Foto: Andina/Difusión

17:42 | Lima, abr. 16.

Restarle horas al sueño es ya para Mónica Martínez Sánchez una práctica común, porque lograr una medalla de oro en una olimpiada internacional de matemática no es cosa de todos los días, sino una meta que requiere mucho sacrificio.

Treinta horas semanales de práctica y estudio perseverante implican obviamente dormir menos y dejar de lado la diversión propia de la juventud, pero Mónica a sus 16 años lo hizo y su recompensa fue la presea de oro en la Olimpiada Europea Femenina de Matemática que se desarrolló en Italia.

Ella confesó a la Agencia Andina que llegó a la competencia con la meta de traer el primer puesto, porque así se debe ser si se quiere ganar. "No puedes ir pensando que quieres solo la de plata", comentó la estudiante del colegio Saco Oliveros.

Explicó que esta Olimpiada solo es para participantes europeos y que para que haya una competidora peruana hay que pedir un permiso especial. En el 2016 se pidió la autorización para el 2017 pero con mucho retraso por lo que el viaje no se pudo concretar.

"Este año por eso fui con muchas ganas y esta fue mi venganza", afirmó divertida esta jovencita aficionada a los números desde los seis años y que ya ha ganado una medalla de oro en Argentina cuando tenía 13 años.

Mónica admite que en algún momento de la competencia los nervios le ganaron, que estaba temblando y tuvo que pedir ayuda. Sin embargo, supo sobreponerse, retomar la calma, resolver a tiempo los problemas que no entendía y alzarse con el triunfo.

La joven reconoce que el amor de sus padres, Nelly y Miguel Ángel, es muy importante en su vida, que ellos logran darle calma, confianza y seguridad, pero también agradece a su profesor quien la acompañó y defendió su puntaje durante la competencia.

El examen que la joven rindió constó de dos partes con tres problemas cada una, para los cuales tenía un plazo cuatro horas y media para resolverlos.

"Lo complicado en este caso es que no se trata solo de dar la respuesta sino también de explicar las soluciones y detallar cómo llegaste a ellas", dijo.

Mónica Martínez Sánchez está aún por decidir su futuro. No sabe si estudiará ciencias de la computación, ingeniería mecatrónica o matemática pura.

Por ahora está convencida que quiere seguir en las competencias de matemáticas para demostrar sus destrezas.

(FIN) ART/ART



Publicado: 16/4/2018