Paolo Guerrero apeló a la picardía y se vistió de héroe la noche del martes, con la complicidad involuntaria del golero colombiano David Ospina, al anotar el gol de empate con el que puso a Perú en el repechaje al Mundial de Rusia 2018.
El atacante del Flamengo de Brasil ratificó su olfato de goleador y aprovechó un tiro libre indirecto, que cobró a los 75 minutos el árbitro brasileño Sandro Ricci, para mantener vivas las esperanzas de su país de ir a un mundial tras una sequía de 36 años.
El juez Ricci validó el gol de tiro libre indirecto debido a que Ospina la tocó con la mano al tratar de impedir que ingresara al arco. Si no la hubiera tocado, el gol habría sido anulado. Tras el marcador 1-1, Colombia clasificó al Mundial y Perú disputará la repesca con Nueva Zelanda.
"Fue un golazo, nos da la posibilidad de estar en el repechaje", resumió el argentino
Ricardo Gareca, seleccionador de Perú, quien demoró algunos segundos en celebrarlo sumido en la incertidumbre de si el balón había rozado a algún jugador colombiano antes de inflar las redes.
En esta eliminatoria, la cuarta que disputa Guerrero, el jugador del Flamengo se puso el equipo al hombro, renunció a individualismos y devino en un obrero más a las órdenes de Gareca, solidario y luchando hasta el último segundo del partido dando a Perú un aire del que carecía.
La esperanza de gol
Guerrero es ídolo en Perú y se ha convertido en una década de jugador de selección en un referente de un nuevo estado de ánimo del equipo, que a base de su contagioso empuje dejó atrás la imagen claudicante que lo caracterizó en eliminatorias anteriores para transformarse en un conjunto batallador y fuerte.
El tanto de Guerrero lo ratifica como uno de los puntales ofensivos de su equipo en esta eliminatoria a Rusia 2018, con siete anotaciones. Además, es el goleador histórico de Perú con 33 dianas en más de 80 presentaciones internacionales.
El capitán peruano, de 33 años, ha sido considerado por la crítica uno de los mejores atacantes de la eliminatoria sudamericana. A base de garra, fortaleza física y técnica Guerrero se ha ganado a pulso un sitial en la historia del fútbol de su país.
Irónicamente, no debutó en Perú, donde se formó en las divisiones menores de Alianza Lima, sino en Alemania, el 2004, en las filas del Bayern Múnich, donde su habilidad para saltar y cabecear lo puso en el mapa.
De ahí pasó al Hamburgo, de donde emigró al Brasil el 2012 para jugar por el Corinthians, al cual llevó a conseguir una Copa Mundial de Clubes gracias a un gol suyo. Fue incluso goleador del Timao, con 54 tantos.
Sólo ahí, con el boleto a Rusia 2018, el inclaudicable goleador habrá completado la promesa que hizo para colgar los botines con una sonrisa: clasificar y jugar un mundial.
(FIN) AFP/RES
GRM
Publicado: 11/10/2017