Un convenio entre el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) hizo posible que 20 mujeres de Ventanilla y Manchay, víctimas de violencia de género o en riesgo de serlo, accedan a capacitación en diseño de modas, confección de calidad, comercialización de productos y liderazgo empresarial en la escuela Chio Lecca.
Durante el desfile de modas organizado para presentar la colección de prendas de vestir elaboradas por las confeccionistas beneficiarias, la titular del sector, Ana María Romero-Lozada, explicó que el objetivo de la intervención fue promover el empoderamiento de las mujeres y capacitarlas para la construcción de su proyecto de vida y de su autonomía económica, de tal forma que puedan romper el círculo de dependencia económica y emocional de sus agresores.
Según la ministra, seis de cada 10 dueñas de microempresas formales están sometidas a alguna forma de control que limita sus decisiones; asimismo un 53,8 % necesita el permiso de sus parejas para realizar actividades productivas, mientras que un 5,4 % tiene prohibido realizar estas actividades.
Además, las mujeres que son atacadas por sus parejas pierden entre 42,9 y 47,3 días de productividad al año porque les toma tiempo recuperarse física y psicológicamente.
“La situación de violencia que viven hace que pierdan la concentración, bajan el rendimiento y no puedan responder igual que una mujer que no vive lo mismo. Esto es realmente preocupante”, aseveró Romero-Lozada.
Por ello, el proyecto desarrollado entre el Ministerio de la Mujer y el BID tuvo como fin fortalecer las capacidades de las mujeres confeccionistas, mediante un programa de asistencia técnica que les permitirá mejorar la calidad y productividad de las prendas de vestir que venían confeccionando y vendiendo en un mercado local poco exigente.
“Les dijimos cuando asumimos el gobierno que era indispensable aplicar una estrategia que denominamos la estrategia del circulo de protección de la mujer, que empezaba desde la prevención de la violencia, pasando por la atención, la recuperación de la víctima y el emprendimiento de la mujer para que pueda generar sus propios ingresos”, remarcó la ministra, dirigiéndose a las beneficiarias de esta capacitación, muchas de las cuales desfilaron por la pasarela instalada en la sede de Chio Lecca modelando sus propias creaciones.
Para complementar esta estrategia, es importante que se involucre también el sector empresarial, al cual hay que sensibilizar sobre la necesidad de la construcción de una sociedad igualitaria, libre de violencia y estereotipos, y comprometerlos en la empleabilidad y en la contratación de los servicios de las mujeres confeccionistas, de tal forma que las integren a una cadena de calidad que les permita mejorar sus ingresos y la sostenibilidad de sus negocios.
Actualmente, según cifras del INEI, siete millones de mujeres conforman la fuerza laboral del Perú, un 23,2% más que en los últimos 10 años. Asimismo, siete de cada 10 mujeres trabajan en microempresas y 41 de cada 100 mujeres laboran en el sector servicios.
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(FIN) NDP/RRC