En medio de un silencio solemne, una por una, las papeletas de votación van depositándose en la urna. ¿Se está eligiendo un alcalde, un diputado o incluso un presidente? Nada más lejos de la realidad: se elige el par de mascotas para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio-2020.
En Japón el fenómeno de las mascotas ha alcanzado un gran impacto social, desde pequeños pueblos a incluso las prisiones, el debate se toma muy en serio.
Con grandes ojos, colores vivos y formas de inspiración animal, los organizadores desvelaron en diciembre tres propuestas y la pareja vencedora será designada el 28 de febrero, tras una votación en la que participan 6,5 millones de escolares.
¿Conseguirán las elegidas hacerse un hueco en un país donde los dibujos animados, los mangas y las figuras de este tipo son tan populares en tantos ámbitos?
La competencia es dura. En el país de Helly Kitty y Pokemon es frecuente que los adultos coleccionen peluches gigantes, posen en fotografías con todo tipo de muñecos o compren 'gadgets' con su imagen.
Uno de los más populares, Kumamon, el oso negro con pómulos rojos que representa a la región de Kumamoto (sudoeste) es una mina de oro gracias a la infinidad de productos con su imagen.
"Japón tiene la tradición de crear personajes inspirados en la naturaleza -montañas, ríos, animales y plantas- en virtud de sus creencias animistas, según las cuales todo tiene un alma", explica Sadashige Aoki, profesor en la Universidad Hosei de Tokio.
Si bien la mayoría de mascotas locales no sobrepasan las fronteras del archipiélago, las olímpicas sí que supondrán "una ocasión única para promover la tradición, la cultura y la sociedad japonesa", y con ello atraer más turistas, estima Aoki.
Fueron los Juegos de invierno de Grenoble (Francia) los que iniciaron la moda de las mascotas en 1968, con Schuss el esquiador. Después hubo otras muy célebres, como el oso Misha de los Juegos de verano de Moscú-1980.
En la historia más reciente las mascotas olímpicas han sido una fuente de ingresos muy apreciable. El personaje Vinicius, elegido por Rio para sus Juegos de 2016, permitió por ejemplo recaudar 300 millones de dólares en beneficios.
- El mal ejemplo de Londres 2012 -
Pero otras mascotas no hay tenido el mismo éxito. Wenlock y Mandeville, las criaturas cíclopes que fueron las mascotas de los Juegos de Londres en 2012, fueron consideradas "raras" y hasta "siniestras" por el gran público. Su elección fue controvertida.
Corea del Sur, donde se disputan los Juegos de invierno a partir del 9 de febrero, parece haber aprendido la lección y apostó por figuras más clásicas, con un tigre blanco con una amplia sonrisa.
Las mascotas deben ser ante todo "kawai" (bonitas o tiernas) y "populares entre los niños", subraya Munehizo Harada, profesor de Economía del Deporte en la Universidad Waseda.
Los organizadores de los Juegos de Tokio-2020 cifraron los impactos económicos potenciales en 130 millones de dólares. "Pero esperamos superar ese objetivo", declaró una portavoz.
(FIN) AFP/JSO
Publicado: 22/1/2018