Andina

Huancavelica revive el ancestral paseo de los arrieros y sus llamas cargueras

Tradicional actividad se desarrolló por el aniversario del distrito de Ascensión

Huancavelica revive el ancestral paseo de los arrieros y sus llamas cargueras, una tradicional actividad que fue saludada por la población y se desarrolló por el aniversario del distrito de Ascensión. Foto: Flor Hidalgo

Huancavelica revive el ancestral paseo de los arrieros y sus llamas cargueras, una tradicional actividad que fue saludada por la población y se desarrolló por el aniversario del distrito de Ascensión. Foto: Flor Hidalgo

15:04 | Huancavelica, jun. 7.

Los pobladores de Huancavelica y los turistas que visitaban esta ciudad celebraron el paseo de las llamas cargueras por la plaza de Armas y las calles principales de esta urbe protagonizada por arrieros y criadores de camélidos sudamericanos del distrito de Ascensión quienes revivieron una tradición ancestral y que representaba, hasta hace algunos años, el principal medio de transporte de esa zona.

El paseo de las llamas cargueras se realizó en el marco de las actividades por los 23 años de aniversario de creación del distrito de Ascensión que se celebra mañana jueves 8 de junio, para sensibilizar a la población sobre la riqueza cultural y tradicional que tienen las comunidades que se dedican principalmente a la ganadería.



“Es nuestra historia, nuestros ancestros y abuelos iban a hacer el trueque a la costa a Cañete. Los 'weccas' (ganaderos que trabajan con la fibra de alpaca, llama u oveja) íbamos con nuestro charqui hasta Cañete a traer fruta, la uva, higo, granadilla, con nuestras llamas”, recuerda con añoranza el alcalde del distrito de Ascensión, Oscar Ramírez Trucios, quien en su niñez vio a sus padres practicar esta costumbre.

Antiguamente, cuando no había vehículos de transporte público, los pobladores de la parte altoandina se trasladaban a la zona baja o a las ciudades con las llamas cargueras para realizar el tradicional trueque. En sus alforjas llevaban animales vivos y carne, fibra de alpaca y ovejas para intercambiarlos con alimentos que no crecen en la parte alta, como el maíz, cebada, trigo, frutas y enceres que necesitaban para sobrevivir todo el año.


Los arrieros tenían que caminar desde 15 a 30 días por caminos de herradura por los Andes huancavelicanos para llegar a su destino. Las llamas llevan en el cuello una esquela parecida a una campana de bronce que servía de guía para las que venían atrás y ahuyentar a los zorros; también para avisar de su llegada. Estas tienen una indumentaria particular y tradicional para ser reconocidas y no perderse en el camino. A paso ligero erguidas y orgullosas lucen sus coloridos pompones en las orejas, escudos en el pecho mientras los observan las atentas miradas de los ciudadanos que desconocen de esta costumbre.

Esta bonita e importante tradición se está dejando de practicar por las nuevas generaciones por la aparición de nuevas formas de transporte, por lo que llamó la atención de toda la población en Huancavelica que no dudaron en sacarse una foto con los camélidos. De esta forma se pone en valor las tradiciones de los pueblos altoandinos y permitimos que se preserven como un legado en el tiempo.


Los ganaderos llegaron desde las comunidades de Tansiri, Totoral Chico, Ranracancha, cada uno aproximadamente con ocho llamas. Los arrieros vestidos con la usanza tradicional confeccionadas de la fibra de alpaca y oveja. Hasta el calzado hecho de cuero de alpaca, y entre sus alforjas comida para el viaje como la cancha de maíz, machca y moron para paliar el hambre, como nos cuenta doña Isabel Huaroc.

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(FIN) FHL/MAO
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Publicado: 7/6/2023