Las tareas escolares en casa no siempre constituyen un potencial de aprendizaje del alumno, e incluso pueden ser motivo de frustración y conflictos en el seno de la familia, advirtió la especialista de Comunicación de Primaria del Ministerio de Educación (Minedu), Sofía Bahamonde Quinteros.
En declaraciones a la agencia Andina, Bahamonde sostuvo que, en el caso de los niños, se debe dedicar más tiempo para el juego en casa, porque está comprobado que ayudar en el proceso de desarrollo de los menores.
“A través del juego se aprende muchísimo sin necesidad de que hayan tantas tareas donde el niño está sentado haciendo actividades que en realidad no le interesan, no lo motivan y al final lo frustran”, manifestó.
En cuando a los adolescentes, Bahamonde sostuvo que las tareas significativas deben ser aquellas que estén acordes con sus necesidades de aprendizaje, que les permita compartir en familia, que involucren de alguna manera a los padres.
En tal sentido, informó que el Minedu ha aprobado la Norma Técnica Educativa 2016, el cual subraya que las tareas no constituyen un potencial de aprendizaje y solo deben dejarse aquellas que permitan a los alumnos compartir con los padres de manera recreacional. Dijo incluso que se ha distribuido a los padres de familia fascículos explicándoles esto.
“Por ejemplo, si voy con el niño a comprar el pan, le enseño a multiplicar cuántos panes se necesitan para 4 personas de la familia. O le enseño a hacer un puré de papas leyendo el texto de la receta. En ambos casos se le enseña matemáticas y comprensión lectora”, anotó.
En tal sentido, dijo que un maestro con una visión pedagógica más amplia podría también dejar este tipo de tareas, y no la típica tarea en la que el escolar debe estar sentado más de 3 horas.
“De esta manera, el colegio se convierte más en un elemento de conflicto en el hogar, porque las tareas son también un conflicto que no les permite la libertad al padre de familia y al niño, y esto genera todo un estrés y no aprenden”, señaló.
Por su parte, Mary Louise Claux Alfaro, representante del Departamento de Psicología de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), coincidió en que existen muchos problemas en la formación emocional y de desarrollo educativo de los niños generados por la exigencia de dejar muchas tareas para la casa.
Aseveró incluso que esta metodología pedagógica obligatoria genera en el seno de la familia una gran tensión, en que los padres se pelean con los hijos y éstos, a su vez, terminan odiando a sus progenitores por exigirles tanto, muchas veces, de manera severa y apelando al castigo.
Comentó que muchos padres de familia llegan al extremo de contratar a un tutor para que ayude a sus hijos a realizar sus tareas. “Pero resulta que, al tener a esa persona, los hijos se desligan de sus responsabilidad y se vuelven dependientes. O sea, no se desarrolla la autonomía”.
Claux calificó de "absurdas y sumamente exigentes" algunas tareas que actualmente se están dejando a los chicos en los colegios, y que obligan a niños a acostarse a altas horas de la noche y a los jóvenes a amanecerse para terminan proyectos complicados.
Mencionó, por ejemplo, el caso de las profesoras de inicial que enseñan a niños de 3 años a contar papeles o cartulinas con tijeras, generando en el menor una impotencia de no poder hacerlo, ya que a esa edad aún no tienen la madurez neuromuscular necesaria.
“Ese nivel de exigencia está alimentando al niño de información negativa sobre sí mismo y a futuro puede llegar a concluir que no tiene habilidades. Por eso muchos chicos, antes de empezar la tarea, dicen que no pueden”, argumentó.
(FIN) LIT/RRC
Publicado: 24/7/2016